Luciano se fue después de que Polonia se hubiera dormido, la niña se sentía bien con la presencia del muchacho pero eso acabo en el momento en que el cruzó la puerta y ella hubo cerrado los ojos entrando al mundo de sus sueños:
Me encontraba caminando por los pasillos de mi casa buscando con desesperación a mis padres, me agarré la falda del vestido negro para poder correr más a prisa presentía que estaban en algún lugar y sus vidas peligraban, fue en ese momento que me percate de que corría por un pasillo sin fin sumido en la oscuridad, no alumbraba ni siquiera una vela pero podía ver por donde iba gracias a la luz de la luna llena que podía ver por los ventanales, pare un poco para respirar ya que me sentía como si mis pulmones se estuvieran encogiendo. Cuando recuperé el aire vi una puerta abierta delante mío, agarre un poco mi falda y caminé hacía allí, no entre a ese cuarto por miedo pero si me quedé en la entrada observando que había dentro, era una recamara la cuál se encontraba sumergida en la oscuridad la única luz era la que entraba por una ventana y frente a esta yacía una mujer con unos largos cabellos negros y un vestido negro algo descolorido con una capa tapándole la cabeza, esa señora levantó su mano y me indico con esta que viniera, yo no sabía si ir pero mis piernas en contra de mi voluntad se movieron solas y camine hacía ella, ya cuando estuve cerca pude ver bien sus ojos al inclinar la cabeza eran tan fríos como un témpano, levantó su mano y con delicadeza la puso en mi cabeza acariciándose el pelo y mirándome como si estuviera estudiándome, luego alejó su mano de mi cabeza y la puso bajo mi mentón, me miró directo a los ojos y sonriendo amargamente me dijo:
-Has heredado la maldición de tu madre y es por eso que terminarás igual que ella.
-De que me habla?. -Le pregunte algo alterada-.
-Lo siento. -Susurro-.
Elevó su mano libre y la puso en mi cara, no tengo idea de que estaba haciéndome pero al momento de tocarme la cara sentí un intenso dolor como si me estuvieran quemando o peor aún, sabía perfectamente que me encontraba en un sueño pero se sentía tan real, grité con todas mis fuerzas cuando una luz salió de debajo de la mano de la señora en mi cara y caí al suelo en el momento en que ella apartó su mano.
Intenté despertar pero no pude, me sentía sin fuerzas hasta para levantarme del suelo, no entiendo no le esta pasando se suponía en los sueños yo podía soñar lo que quisiera y controlar mi mente a mi voluntad pero ahora me estoy dando cuenta de que cuando te quedas dormida estas indefensa y cualquier ser malévolo puede venir a atacarte, eso mismo me esta pasando a mi, no soy capaz de despertarme o luchar ya que alguien me lo estaba impidiendo:
-Que me hiciste?. -Le pregunte fulminándola con la mirada-.
-Un conjuro, no despertarás a menos que encuentren el antídoto.
-Un conjuro? Dios eso significa que eres una bruja, no lo creo no puede ser la bruja Florencia, mi madre me a hablado mucho de usted y por eso no creó que usted haya sido capaz de....
La miré fijamente, todo esto era obra suya y no creó que sea algo que haría una amiga a otra por lógicos motivos, la miré tan decepcionada como era posible:
-Traicionar a mi madre. Usted traicionó a la viuda negra, no puedo creer que haya sido capaz.
-Digamos que trabajo para el que odia a la viuda negra pero si lo dices de esa forma si. He traicionado a tu madre. -Hablaba con tanta naturalidad como si no le importara-.
-Y más encima tiene el descaro de admitirlo, no entiendo como se atreve. -Estaba furiosa-.
-No tengo motivos para contarte.
ESTÁS LEYENDO
Los Hijos De La Viuda Negra
Historical FictionSegundo parte de La viuda negra. Se titula: Los hijos de la viuda negra Los rumores que cuenta la gente relatan que la viuda negra junto a su marido el antiguo Líder de los implacables han desaparecido misteriosamente sin dejar rastro alguno dejando...