Los Hijos De La Viuda Negra

Los inocentes son mis víctimas favoritas

Mientras tanto fuera de la mansión de la viuda negra en un camino desolado que pocos conocían caminaba el alcalde Teodor sin ser consciente de adonde iba, lo único que hacia era dejar que sus pies lo guiarán sin importarle a donde o si se perdía, iba hundido en sus pensamientos y tristezas que amenazaban con arrastrarlo hacia una mar en el cuál se iba a ahogar cuando escucho una voz algo familiar:

-Teodor. -Esa voz sonaba sorprendida como si no se hubiera esperado verle y Teodor quién había mantenido la cabeza gacha sin mirar por donde iba la levantó para encontrarse con la mirada del padre que nunca conoció Fabian Del Monte-.

-Tu que haces aquí?. -No se sentía con ganas de ser amable con nadie y se sentía muy confundido al haber coincidido con el en el mismo caminó-.

-Eso mismo te preguntaría si no fuera que por tu rostro pasa la misma confusión que por el mío.
-Respondió seriamente Fabian-.

En ese momento Teodor comenzó a mirar a su alrededor confundido ya que nunca había caminado por estos senderos tan desolados, se encontraba casi como si estuviera encerrado en un circulo rodeado de árboles que parecían ser rejas aquí sólo acompañado por la presencia de su padre quién notaba que algo no estaba bien:

-Lo siento. -Teodor se sorprendió al escuchar la voz de Fabian quién lo miraba tristemente-.
Se que debes estar pasando por un momento difícil con la desaparición de tu esposa.

-Aparecerá de eso estoy más que seguro y sin importar como mataré al tipo que la secuestro.
-Habló decidido sintiendo un puñal en el corazón al recordar a Ana Carolina y en el tiempo que no la veía-.

-Todos quieren lo mismo que tú hijo pero debes tomarte las cosas con calma antes de tomar alguna decisión. -Le aconsejo-.

-Manuel fue por mi hija y la salvó pero eso le trajo graves consecuencias a mi pequeña por que a partir de ahora no volverá a caminar y yo... no soportó la idea de que mi hermano no sea capaz de curarla o hacer algo por ella a pesar de ser su tío, como odio a ese maldito. -La verdad es que eso no era tan cierto, no podía odiar a Tobias era su hermano aunque le haya quitado a Felicia pero la verdad es que no sentía mucho afectó por el a pesar de ser gemelos, nada los unía más que el estúpido lazo de sangre y apariencia física-.

-No odias a tu hermano eso no es lo que realmente sientes pero debes entender que tu hermano no es un héroe y que aunque el lo desee no puede curar o salvar a todo el mundo, no importa de quién se traté.

-Claro lo decís por que es vuestro hijo y por eso lo defendéis tanto.
-Dijo Teodor algo enojado-.

-Tu también eres mi hijo y comprendo tu dolor pero debes entender que tu hermano también es un ser humano que no puede salvar a todo el mundo.

-Eso lo entiendo pero demonios no puedo evitar sentir rabia al saber que yo tampoco puedo hacer nada, nada. -Teodor se tiró al suelo enfurecido mientras se agarraba su cabeza con las dos manos-. Pero tu que vas a saber si ni siquiera me conoces aunque tengamos la misma sangre.

-No te conozco lo suficiente eso es verdad, pero a pesar de todo si me esfuerzo en llegar a entenderte y ahora mismo lo estoy haciendo, yo también e sentido frustración al no poder hacer nada por aliviar o curar el dolor de un hijo pero con el pasó del tiempo e aprendido a no forzar las situaciones, lo mejor para alguien es dejarlo sólo para que pueda organizar sus ideas y lo que va a hacer pero cuando ya a perdido la confianza que tenía en si mismo es cuando actuó como un buen padre y lo dejó llorar sin hacer mucho por que su fuerza de voluntad y su fe será lo único que lo ayudará y los levantará sin importar que tan perdido éste.  -Fabian recordaba los momentos de su hijo Hugo cuando se sentía abatido al ser abandonado por la persona que consideraba el amor de su vida, pero a pesar de los años que pasó sufriendo y formando una capa a su alrededor esa capa logró romperse en cuánto cruzó unas miradas con la misma viuda negra, hay fue cuando su corazón se logró curar-.