Capítulo III

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William solo asintió y caminó hacia la silla que se encontraba al lado de la cama de Candy, sobre el buró, vio una hoja garabateada, al parecer Candy había dibujado unos ojos y debajo de estos una "T". Con una campanilla llamó a Dorothy para que se quedara con ella mientras él almorzaba y se cambiaba de ropa, ya que no se había percatado que siendo las 11:00 de la mañana aún estaba en ropa de dormir.

William se encontraba dando vueltas en la biblioteca, mientras George trataba de concentrarse en unos contratos que le habían llegado de Chicago.

- ¿Oíste algo? Seguro que ya se despertó – William preguntó alarmado.

- Calma William, no me pongas más nervioso. Si tan solo hubiera sobrevivido Clint, una mascota siempre es importante, la hubiese ayudado mucho – George consideró dulcemente.

- Aún me sorprende que fueran siete sobrevivientes, yo pensaba que eran más. ¿Quiénes fueron los demás? - preguntó William mirando hacia el jardín.

- Una familia con un bebé, ellos eran tres; un alférez de marina y un integrante de la nobleza inglesa. Déjame ver, éste es el reporte, si es correcto el sobreviviente es el hijo del duque de Grandchester...Terrence G. Granchester - le aclaró George.

- Terrence... ¿será la misma persona? ¿Su castillo no es el que se encuentra por el lago? –preguntó rápidamente William.

- Ese mismo, ¿quieres que averigüe cómo se encuentra el muchacho? -preguntó George.

En ese preciso momento llegó Dorothy.

Toc, toc.

- Adelante - pidió William.

- Sr. William, la señorita ya despertó -le dijo Dorothy con notable alegría.

William ni tardo ni perezoso se apresuró a llegar a su habitación. Entró sin tocar y abrió la puerta inmediatamente...

- Ca...¿estás bien? William, corrigió su error a tiempo.

- Eh...sí, mejor, ¿qué me pasó? Tengo hambre, puedo pedirle un poco de pan y leche, señor - sugirió Candy.

- ¿No prefieres bajar al comedor? - le preguntó William.

- Preferiría comer en el jardín con Clint - le pidió Candy.

George miró a William alarmado y le indicó que saliera.

- Claro vayamos al jardín, pero ¿quién es Clint? - William le preguntó a Candy.

- ¡Ah vamos! ¿No conoces a mi mascota? ¡Es un oso! ¿No es así? - Reafirmó Candy.

- No traías ningún oso cuando llegaste aquí, Candy - respondió William, procurando no reír.

- ¡Ah no! ¿Qué extraño Albert? Aseguraría que él venía conmigo - reafirmó Candy.

William Albert Andley aseguraría que escuchó su nombre, como le llamaba antes, una lágrima se asomaba por sus ojos en ese momento.

- ¿Cómo dices? ¿Me reconoces Candy? – preguntó William sin perder ni un minuto.

- ¡Ah, pero que cosa dices! ¡Claro, eres Albert! Mi amigo de América. ¿Qué no me reconoces? Soy... soy... Albert no recuerdo mi nombre. Tú sabes ¿cómo me llamo? - le preguntó ella.

- Sí, pero que tal si jugamos antes de decirte tu nombre. ¿Qué te parece si yo me pongo un nombre distinto al que dices y yo te pongo uno? - propuso William.

Memorias de un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora