Mientras George se encaminaba hacia el coche, William se encontraba frente a la ventana viendo a Candy cómo jugaba con Puppet. Riéndose porque la mascota de William la perseguía sin darse cuenta de que en la entrada de la mansión se encontraba un poco de jabonadura tirada en el piso, al pasar por ahí, la pisó y se le dobló el pie, torpemente se agarró de la manija de la puerta sin alcanzarla, saliendo disparada al inicio de la escalera, Dorothy emitió un grito ensordecedor al notar que Candy se golpeaba la cabeza con el primer escalón de la inmensa escalera principal debido a que ya lo había manchado de sangre. William al oír el grito de Dorothy salió a su encuentro.
- No Puppet, no me hagas eso, jajaja...¡ay! – decía Candy con una risa incontrolable.
- Cuidado Señorita Candy – le advirtió Dorothy.
- ¿Dorothy, qué pasa? – Albert asomó su cabeza para ver que sucedía y corrió a ver como se encontraba su pequeña. ¿Candy, estás bien? Dorothy, ¿qué sucedió? – le preguntaba Albert preocupado.
- Estoy bien, William deja de gritarle a la pobre de Dorothy y tú Dorothy, sabes que no me gusta que me digas señorita – dijo Candy regañándolos.
Cuando hubo dicho esto Dorothy comenzó a llorar y la abrazó tiernamente.
- ¡Candy, me has reconocido! – exclamó Dorothy emocionada.
- ¡Ouch! – se quejó. ¡Claro! ¿Te llamas Dorothy o no? Me duele la cabeza - comentó Candy un tanto preocupada.
Con una sonrisa feliz, la llorosa Dorothy comenzó a levantar a Candy ante un preocupado William.
- Ven Candy, te llevaremos a tu habitación a curarte esa herida – le señaló Dorothy.
- Dorothy estoy bien, sólo es un poco de sangre, nada más – tratando de zafarse del agarre, pero fue imposible.
En ese momento, los colores se le fueron del rostro y se mareó.
- ¡Cuidado Candy! Ve por dónde caminas - advirtió Dorothy al auxiliarla.
- Creo que mejor te cargo, no te ves bien, llamaré al Doctor Robson – convino William apaciblemente como convenciéndose de los sucesos.
- No es necesario que me llame, ya estoy aquí, Mary Jean auxílieme – pidió el Dr. Robson exigente.
- Enseguida – asintió Mary Jean.
- Rápido las sales – Mary Jean las sacó del maletín del Dr. Robson.
Poco a poco Candy volvía en sí, estaba un poco atontada, pero soltó una broma.
- ¡Ay, sentí como si mil Puppets me hubieran aplastado! ¿Los viste, William? - preguntó Candy.
Todos comenzaron a reír.
- Más bien fue que te caíste con la jabonadura Candy, Puppet no te hizo nada, sólo correr detrás de ti – le contó el rubio a Candy.
- ¡¿De verdad?! – dijo ella un poco sorprendida.
- Bueno el Dr. Robson te quiere presentar a alguien y te tengo una sorpresa – habló William muy misterioso.
- ¡Ah sí! ¿Cuál? – preguntó divertida Candy.
- Candy – dijo Albert reprendiéndola.
- Ah sí perdón, qué descortés que soy, Dr. Robson ¿cómo ha estado? - saludó ella cortésmente.
- Muy bien y ya ni te pregunto, veo que ya volviste a las travesuras, mira te presento a Mary Jean, tu nueva enfermera; el Dr. Robson hizo las presentaciones entre Mary Jean y Candy.
ESTÁS LEYENDO
Memorias de un amor
RomanceESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Después del fallecimiento de Anthony, Candy se muda momentáneamente al Hogar de Pony, el Tío...