Por muy raro que pareciera oían sollozos en alguna parte de la habitación, la ventana se encontraba cerrada y en una esquina Candy, sin bata de dormir, hecha un ovillo, lloraba con mucho dolor.
- Candy, ¿dónde estás? – observaba tratando de adaptarse a la oscuridad de la habitación.
- Yo no fui Albert, yo no fui, fue una trampa - dijo Candy cuando la Tía recién había llegado a su habitación.
- ¿De qué trampa hablas Candy? – preguntó extrañado William.
- Del caballo de Anthony, Albert, de verdad que no fue mi culpa, tu...tu tía no me va a querer, todos me miran extraño - exaltó una muy atormentada Candy.
- Ven Candy - solicitó un muy angustiado William.
- ¡Albert, Albert! - dijo Candy arrojándose a sus brazos y llorando inconsolablemente.
- Tranquila Candy - la abrazó sin temor y alzó la vista para indicarle a Dorothy que le trajera su bata y una frazada, ya qué estaba temblando.
- Lo siento Albert, no fue mi intención, solo se cayó cuando su caballo pisó la trampa, no quise que pasara esto, de verdad – decía ella con un llanto incontrolable.
- Lo sé mi pequeña, pero nadie te está culpando – decía esto mientras miraba a la señora Elroy.
- Una niña de cabello rojo, si lo hizo y tu tía también - comentó mirándola con los ojos llenos de lágrimas.
Mientras la Tia Elroy lo miraba con los ojos inundados por dos lagrimones que le cubrían ya las pestañas.
- Tranquila princesa, nadie te culpa, sólo debes de tranquilizarte. Dorothy trae un té y Tía ayúdeme a acostarla – pedía William preocupado.
- Enseguida joven William - dijo Dorothy.
- Esa niña me odia, pero yo no tuve la culpa – Candy comenzaba a hipar.
- No, ella no te odia, sólo es un poco mimada - mencionó la Tía Elroy.
- No sabes cuánto lo quería, pero yo no soy una chica normal y me pedían que fuera normal, pero yo no lo soy... - contaba Candy.
- A ¿qué te refieres con una chica normal, Candy? - preguntó William.
- Tú sabes...como ella – dijo señalando a la señora Elroy.
- Jajajaja qué cosas dices, sencilla es como eres tú y a mí me gusta que seas auténtica, lo sabes, ¿verdad? – contestó William.
- Pero a tu tía le gusta cómo es la niña del cabello rojo, pero a mí no, a mi me gustan los animalitos como a ti – comentó Candy.
- ¿Por qué crees que te adopté Candy? - preguntó Albert.
- La tía Elroy abrió los ojos como platos – por fin se había atrevido a confesarle esa parte de su vida.
- No lo sé, no recuerdo por qué lo hiciste, ah ya sé, porque me parezco a Rosemary – le comentó ella
- En parte por eso, pero Candy, tus primos me pidieron que te adoptara y pues me pareció buena idea tu influencia – dijo William ahogando un sollozo.
- Sí...Anthony también me habló de ella, el día que falleció – sorprendiéndolo aún más.
La tía Elroy ya no toleró más confesiones y salió rápidamente de la habitación de Candy, Dorothy venía con el té y la tía Abuela Elroy se encontraba en el pasillo a punto de llorar...de tristeza.
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Memorias de un amor
RomansaESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Después del fallecimiento de Anthony, Candy se muda momentáneamente al Hogar de Pony, el Tío...