One-Shots de Harry Potter (Terminada)

Sangre Sucia (Draco Malfoy)

@yandere-baby

Era un momento de desesperación total.

Harry había mencionado el nombre de el señor tenebroso, y no es que yo tuviera miedo de decirlo, pero ahora era un nombre tabú.

Ron tenía razón. Los mortífagos nos apresaron, y tuvimos suerte de que Hermione hubiera hecho que la cara de Harry se pareciera a la de Dudley, porque al menos, quizá y solo quizá, lo dejarían libre y podría seguir con nuestro objetivo.

Pero como siempre, la mala suerte me seguía. Uno de los mortífagos tubo la impresión de que Harry era... Pues Harry, y así dieron con cada uno de nosotros, hasta llegar a mí.

El tipo que me sostenía evitó que pudiera moverme. Entonces, el que parecía el líder, me observó de cerca.

-Pero ¿qué tenemos aquí? Si tú no apareces en los carteles de "Se busca"... ¿acaso eres sangre pura, linda? -dijo y me estremecí.

- ¿Acaso tienes neuronas, idiota? -respondí evadiendo su pregunta.

Rió descaradamente.

-O eres sangre pura... O una sangre sucia -sonreí.

-O mestiza, que no se te olvide esa -añadí, escupiendo en toda su cara.

Pasó su mano por su rostro, limpiándose, y me miró furioso.

-A esta la reclamo. Cuando lleguemos a Malfoy Manor, la quiero solo para mí.

Me sacudí, en busca de alguna escapatoria, pero era inútil. Mi varita estaba escondida en mi pantalón, pero mi mano no llegaba. Y si lograba huir, ¿qué pasaría con mis amigos? No los dejaría por nada.

Por medio de aparición llegamos a Malfoy Manor. Cuando caminamos hasta la sala principal, nos tiraron al suelo como si fuéramos una carga.

Me levanté a duras penas y le di una buena patada al que quería reservarme. Cayó estremeciéndose y quejándose.

- ¡No soy tu jodido objeto! -le espeté para volver a patearlo.

En un abrir y cerrar de ojos mis amigos ya no estaban, y me encontraba acorralada por una mortífaga que conocía muy bien.

-Bellatrix, cuánto tiempo -dije reuniendo valor.

- ¿Cómo osas hablarme, sangre sucia? -dijo y me tiró al suelo.

Solo me dio tiempo a escuchar "crucio", porque el resto solo fueron las risas de la mortífaga. Un dolor imposible de describir cubrió cada parte de mi cuerpo, y no pude evitar soltar un grito y una que otra lágrima.

- ¿Dónde está tu valor ahora, Cristina? -se burló llamándome por primera vez por mi nombre.

Cuando mi vista dejó de ser roja, divisé en una esquina a un rubio platinado con una expresión de dolor en el rostro. Sonreí distante. Todo lo que pasamos para terminar de esta forma.

Bellatrix pareció no notarlo, pero se tiró al suelo y se acercó -demasiado- a mi rostro.

- ¿Qué acaso los mortífagos no conocen el espacio personal? -pregunté, pues aunque ella llevara la delantera, no me dejaría vencer tan fácil.

Gruñó molesta y apuntó con su varita a mi brazo derecho. Susurró un hechizo, y sentí como si escribieran con fuego sobre mi piel. Cerré los ojos con fuerza y me mordí el labio para no gritar, pero el dolor era demasiado.

Aumentó la intensidad, buscando que me quejara, pero no le volvería a dar la satisfacción. Sentí un sabor metálico en mi boca y supe que me había partido el labio.