One-Shots de Harry Potter (Terminada)

¿Qué te parece irnos a Roma? #2 (Draco Malfoy)

A petición general, segunda parte de "Siempre".

Meses después de la batalla de Hogwarts seguía circulando el mismo rumor: Victoria Roldan había estado allí, pero nunca pudo salir.

Nunca se supo si había sobrevivido a la caída en su sexto año desde la torre de astronomía, pero su cuerpo no fue encontrado, así que supusieron que realmente lo había hecho y luego huido. Pero como todo, muchos creyeron que, aunque la caída no la hubiera matado, el estar sola por más de un año sí lo había hecho. Pero, ¿acaso alguna de ambas opciones era cierta?

En Malfoy Manor, Draco Malfoy preparaba una mochila, la cual tenía un hechizo de extensión indetectable. Cuando estuvo listo, se la colgó del hombro, tomó su varita, bajó las escaleras y dejó frente a la mesa del recibidor la carta que le había escrito a su madre. Dio un último vistazo a la mansión, suspiró y salió.

Ella corría, escapando de su mayor temor: ser encontrada. Se tropezó un par de veces, pero no le importó y siguió.

Cerró la puerta tras de sí, se dejó caer al suelo recostada de la misma y escondió su cabeza en sus manos. Tenía suerte.

El joven Malfoy hizo aparición en Hogsmade. Tenía una corazonada, y no pensaba dejarla pasar. La noche anterior había tenido un sueño de lo más extraño, como una visión.

Victoria estaba en su visión.

Sujetó con fuerza su mochila y comenzó a caminar a paso apresurado, deseando no haberse equivocado. Siguió el sendero de piedra que le recordaba tantos buenos y malos momentos.

Al final llegó al cruce, donde un letrero color rojo se alzaba citanto "HOGWARTS".

Victoria se preparaba para dormir. Guardó todo en su mochila, como cada noche, y escondió su varita bajo la almohada. Se tapó con las mantas y cerró los ojos, esperando que nada saliera mal... Como aquella vez.

Draco Malfoy entró al castillo, corrió por los pasillos e irrumpió en el Gran Comendor como si de su casa se tratara. Los estudiantes voltearon a verlo, con confusión, pero la directora McGonagall se levantó. La misma se disculpó, diciendo que tenía un asunto importante que atender, y comenzó a caminar junto al rubio platinado hacia su oficina.

El camino fue silencioso; en Hogwarts las paredes sí oían, todos lo hacían. El chico se secó las palmas de las manos con su camiseta, pues comenzaba a sudar. La profesora dijo la contraseña y entraron al despacho.

Se sentó con calma, y observó al joven.

-Malfoy, ¿qué le trae por aquí?

El chico sabía que ella tenía una corazonada, pero lo dejó pasar.