Esperanzado (Oliver Wood)

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  lo_mas_vital

       Sostuve con fuerza la escoba, esperando. La tensión se sentía en el aire: Gryffindors y Slytherins ansiaban la victoria, la gloria. Un último juego que definiría todo.
     Caminé tras mi equipo hasta el campo, escuchando los vitoreos de la casa de las serpientes dándonos todo su apoyo. Teníamos que ganar. El líder de nuestro equipo nos dirigió unas palabras y todos subimos a nuestras escobas para tomar nuestros puestos.
     Me posicioné frente a los tres aros, recogiendo mi cabello en una coleta alta. Escuché uno que otro piropo y puse los ojos en blanco, desinteresada.
     Oliver Wood me observaba desde el otro lado del campo. Estaba bastante lejos, así que no distinguí su expresión. Decidí no prestarle atención para no distraerme.
     El juego comenzó. Los gritos de la fanaticada no tardaron en escucharse mientras la quaffle iba de cazador en cazador. Los golpeadores de nuestro equipo arremetieron las bludgers contra la cazadora del equipo de Gryffindor, buscando distraerla. Sin resultado.
     Se acercó peligrosamente. Y lanzó. El aro de la derecha estaba desprotegido, y sin embargo, lanzó al de la izquierda para confundirme. Mala jugada. Golpee de vuelta, salvándonos de darles sus primeros diez puntos.   
     Siguiente tiro. Salvado. Tercero. Salvado. Comenzaba a escuchar la melodía en mi cabeza, una canción tan bonita y en estos momentos, para mí, burlona. Mientras ellos seguían en cero nosotros anotábamos punto tras punto, con facilidad.
     — I ain't going anywhere if you couldn't tell —canturee sonriendo de lado al evitar que anotaran, con burla.
     Cuando Oliver Wood gritó molesto supe que teníamos una oportunidad. Llevábamos 150 puntos y ellos, cero. Sabía que aún podían remontar, pero no se los dejaría fácil. Ninguno lo haría. La forma en que se burlaron de nosotros los últimos tres años, como nos aplastaron... se acabó.
     Estábamos listos para cortar cabezas.
     Los buscadores emprendieron su rápido vuelo tras la snitch cuando la divisaron. Era el momento. Katie Bell esquivó sin problemas a nuestros cazadores y a los golpeadores. Solo faltaba yo. Apuntó, esperó un segundo y lanzó.
     Falló.
     Golpee con todas mis fuerzas la quaffle, haciendo que pasara sobre los cazadores de Gryffindor y acabara a manos de Slytherin. Un golpe certero de nuestra parte nos hizo ganar esos últimos diez puntos que necesitábamos justo cuando Harry Potter  atrapó la snitch.
     Por un momento Gryffindor estalló de felicidad. Todos habían estado tan pendientes de la pequeña bola dorada que no notaron nuestra última jugada. Cuando repararon en el puntaje Slytherin se levantó y comenzó a gritar de felicidad. Sonreí radiante, volando hasta mi equipo para fundirnos en un abrazo grupal.
     La primera y la última vez que esto pasaba.
     Todos bajamos, alzando nuestras escobas al tocar el suelo. Cuando íbamos a saludar a los Gryffindor estos nos fulminaron con la mirada, aunque nos dimos el apretón de manos.
     Wood apretó con fuerza mi mano cuando llegó su turno y me hizo acercarme a él, quedando solo a centímetros.
     —Esta es solo una batalla, Marita —murmuró para que solo yo lo escuchara.
     —Una de las tantas que te ganaré —me solté de su agarre con brusquedad—. Se acabaron los días de burlarse de mí, Oliver.
     Me alejé de él, seguida del equipo. No permitiría que se metiera nunca más conmigo.
     (...)
     Quinto año. Oliver Wood estaba dispuesto a ganar, ya que era su Sexto año y pronto se iría. Estaba día y noche comiendo y respirando Quidditch.
     Yo no me quedaba atrás. Nuestro viejo líder tuvo que irse de Hogwarts, así que yo ocupé su lugar por petición popular. Tras encontrar a otro cazador para el equipo comenzamos con los entrenamientos, no tan desesperados como los de Oliver Wood, pero casi.
     Queríamos ganar, pero sabía que este año quizás no teníamos tanta suerte. Oliver estaba casi loco por conseguir la copa y haría lo que fuera para hacerlo.
     Caminé hasta la biblioteca, en silencio, mientras consideraba nuestras opciones. El primer juego contra Ravenclaw, el segundo contra Hufflpuff, el último contra Gryffindor. Podíamos lograrlo. Me senté algo lejos de las mesas comunes en la biblioteca y comencé a anotar estrategias, mordiendo mi labio para concentrarme.
     —Tus mofletes se notan más cuando estás en esa posición.
     Alcé la cabeza, topándome con Oliver. Estaba recostado de la pared y lucía orgulloso su uniforme, que estaba algo sucio. Venía de entrenar. Me levanté, sin moletarme en responder, y caminé a la salida.
     Me detuvo, acorralándome contra la pared. Éramos del mismo tamaño, así que no fue tan intimidante como esperaba. Lo notó pero no le importó.
     — ¿Por qué tan callada? —sonrió de lado, escondiendo su maldad bastante mal.
     —Sal de mi camino, Wood —fruncí el ceño. Apegué el cuaderno a mi cuerpo, evitando que leyera nada—. Estoy ocupada.
     — ¿Intentando montar una estrategia para vencernos? No llegarás lejos —me susurró bajando la vista a mis labios.
     —Si lo hice una vez lo haré denuevo. Vencerte no es difícil —me encogí de hombros y lo aparté, volviendo a caminar.
     Volvió a acorralarme.
     —Ojalá pudieras decir lo mismo sobre nuestra relación.
     Apreté los puños, sintiendo cómo mis uñas se enterraban en la palma de mi mano. Los recuerdos azotaron mi mente con rapidez, llenándome de desconfianza y tristeza. De repente me sentí pequeña. Me aferré al cuaderno, bajando la cabeza como hacía en tercero cuando estaba cerca de él y me escabullí bajo sus brazos para irme.
     —No juegues sucio conmigo. Acabarás dentro del barro—susurré con los ojos brillando, yéndome de allí.
     ¿Se creía que el recuerdo de su engaño iba a debilitarme?
     (...)
     Oliver estaba feliz. Feliz y confiado. Tomó mi mano cuando nos lo indicaron, sosteniéndola con suma delicadeza, y sonrió mirándome a los ojos. Llevaba los últimos meses persiguiéndome, vigilándome, acorralándome. Sabía que tenía las manos lastimadas por todas las veces que hizo que me lastimara con mis propias uñas para no responderle como correspondía. Estaba yendo demasiado lejos por esto.
     —Buena suerte —dijo sonriente.
     No respondí. Solté su mano y volé hasta mi lugar, algo distraída. Me regañé por eso. Fijé mis ojos en la quaffle cuando el juego empezó, esperándola.
     Slytherin tenía la quaffle. Intentamos anotar, pero Oliver lo evitó como el buen guardián que era. El juego se comenzaba a tensar poco a poco. Lanzaban hacia nosotros, salvaba el punto. Lanzábamos hacia ellos, salvaban el punto. El marcador no subía y el silencio de parte del público era absoluto.  
     Entonces Oliver se distrajo.
     Era nuestro momento. Comenzamos a anotar ignorando la pelea sobre nuestra cabeza, o casi ignorándola por completo. La snitch daba vueltas y vueltas, sin cesar, y los cazadores iban tras ella dándose empujones. Nuestros puntos subían. 10, 20, 30, 40, 50... y seguían. Era nuestra oportunidad. Pero entonces, pasó. Una bludger arremetió contra mí desde el otro lado del campo antes de que los golpeadores pudieran salvarme del golpe y caí de la escoba, inconsciente.
     (...)
     Desperté en la enfermería con la cabeza hecha un lío. Miré a mi alrededor, aturdida, topándome con Oliver dormido en una silla. Me senté como pude.
     Oliver despertó y me miró, aliviado. Tenía ojeras, estaba despeinado y tenía mal puesta la corbata.
     —Hasta que despiertas —dijo restregándose los ojos—. Comenzaba a preocuparme.
     — ¿Qué pasó? —susurré tocando la venda en mi cabeza.
     —Alguien encantó la bludger para que te diera —explicó enderezándose—. Cuando lo vi volé hacia ti y te traje aquí.
     — ¿Pero y el partido? Nosotros...
     —Ganaron. Malfoy atrapó la snitch —dijo encogiéndose de hombros. Estaba relajado, como si fuera algo sin importancia—. Harry se distrajo cuando caíste y Malfoy aprovechó el momento. Los entrenaste bien.
     Sonreí débilmente, orgullosa.
     —Gracias —lo miré a los ojos. Tomó mi mano—. ¿No estás molesto?
     —Lo estaba, pero tengo que aceptar que hiciste un buen trabajo. Siguieron jugando aunque caíste y cuando acabó el juego fueron a por ti.
     —Sabían que no moriría. Estábamos rodeados de profesores, era imposible —miré nuestras manos.
     Oliver se quedó en silencio unos segundos hasta que se atrevió a hablar.
      —Lo siento. Por lo que te hice intentando ganar y... lo de antes —mordió su labio, realmente arrepentido.
     Lo miré. No tenía ganas de perdonarlo, pero se veía tan dolido, tan arrepentido.
     —Si lo repites te lanzaré yo la bludger —advertí sonriendo de lado.
     Sonrió, con un atisbo de esperanza en sus ojos. Sabía que quería decirme algo, pero no lo hizo.
     Paso a paso.

One-Shots de Harry Potter (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora