Capítulo 1

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-Erin ¡Erin! ¡Despiértate de una buena vez! Vas a llegar tarde. 

-Cinco minutos- dije tapándome la cara con las sabanas. 

Mi madre en vez de ser cariñosa y amable me tiró de la cama. ¡A veces puede ser tan delicada!

¿Para que querría yo volver a ese colegio? ¿Para que me digan rara de nuevo? No gracias. 

Siempre he sido diferente a los demás. Tengo gustos e intereses distintos, pero al parecer la gente clasifica esto como "raro". Aprendí a vivir con eso. En el mundo hay mas gente como yo, o al menos yo conozco una persona: Rita, mi mejor y única amiga. 

A ambas nos evitan hablar, creo que piensan que si lo hacen les vamos a pasar la "rareza" o algo asi. Pero la verdad es que el deseo de no hablarse es mutuo. 

Bajé las escaleras, el olor de tostadas inundaba la casa y mi estomago lo sabía. 

-No tienes tiempo de comerlas aquí, te he preparado el desayuno para que lo comas allá. 

-Gracias mamá- dije dándole un beso y tomando mi mochila. El autobús ya estaba en la puerta.

***

-¿Problemas para dormir de nuevo?- preguntó Rita cuando me senté a su lado. 

-¿Se nota?

-Algo. ¿Lista para empezar un nuevo año?

-Será lo mismo de siempre. Tú y yo las raras, tarea y poca vida social. 

Nos reímos, la verdad es que nos gustaba ser como somos. No necesitábamos estar con los populares ni nada parecido para ser nosotras mismas. 

Doceavo, ultimo año en la escuela. Nuestra clase era igual que las anteriores, no era la gran cosa. Como siempre me senté al fondo, en el puesto que esta junto a la ventana. Rita en cambio se sentaba junto a la puerta, decía que ese era el puesto ideal si te gusta ser el primero en salir de clases. Así es ella. 

Todos los caballeros (así llamábamos a los populares Rita y yo) se estaban contando las cosas que hicieron en verano. Fiestas, borracheras, etc. Todos estaban hablando cuando entró el Señor Dalas, tras el venía un chico que nunca había visto antes. Su  pelo era negro, liso y le llegaba hasta los ojos, los cuales eran totalmente grises. Tenia la tez pálida y era alto. 

-Su atención, por favor- dijo el señor Dalas golpeando la mesa con una mano- Este año tenemos un estudiante nuevo, por favor saluden al señor Nicolas Johnson. 

Algunos dijeron "Bienvenido" algunas chicas susurraban "esta bueno" y yo solo pensé: "un popular mas".

Nicolas se sentó al otro extremo de la clase y con esto empezó la clase. 

***

Sonó la campana para salir al recreo. Rita fue la primera en salir, como siempre. Ella y yo no pasábamos los recreos juntas. Yo en la biblioteca y ella debajo de George, su árbol (larga historia). 

Salí de la clase leyendo unos versos que había escrito durante la clase, cuando estaba distraída. 

"Quiero salir,

sáquenme de aquí, 

porque por aquí ya no quiero mas...-


Una mano me arrebató el cuaderno de las manos.

-Vamos a ver que carta de amor escribió la rara, seguramente a quien se la vas a dar le repugnarás, nadie te podría amar- dijo Taylor una de los lideres de los caballeros- Vaya es un poema tan depresivo-. 

-Como tu digas, seguramente tu ni podrías escribir algo así. 

-Cállate fenómeno, yo soy mejor que tu en todos los sentidos. 

-Devuelvele el cuaderno- dijo una voz a mis espaldas. 

Me di media vuelta. Era el chico nuevo. 

"¿Por que me esta ayudando?"

Taylor empezó a reír coquetamente.

-Oye Nicolas ¿ no te gustaría unirte a nuestro grupo? Hay una fiesta este fin de semana, seguro te gustaría ir conmigo. 

"Que perra"

-¿Te importaría darme mi cuaderno? Así puedes seguir coqueteando tranquila. 

-Oh- dijo mirándome con desprecio- Sigues aquí. Claro ¿este cuaderno?- dijo rompiéndolo en varias tiras. 

Yo me quedé mirando los trozos de papel cayendo a sus pies huesudos. Me agaché y empecé a recogerlos. 

-Oye ¿por qué haces eso?- le preguntó Nicolas. 

-Es divertido- respondió como si nada- ¿Qué te parece lo de la fiesta? ¿Te animas?

-No gracias, no me agradan las fiestas, y si tuviera que ir con alguien no sería con una persona que lastima a los demás por diversión. 

Taylor abrió la boca muy sorprendida. Seguramente nunca le habían dicho algo como eso. 

-Como quieras- dijo apartando un mechón de su pelo. Dió media vuelta y se fue con ese caminar suyo tan... peculiar. 

La vi desaparecer tras una esquina, cuando sentí la mirada de Nicolas. Me di la vuelta bruscamente y nos quedamos viendo. 

-Esto... gracias- dije dando media vuelta y desapareciendo entre los demás alumnos, sin darle tiempo de decir algo. 

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Hoooola. Espero que les guste. Criticas y sugerencias son bienvenidas.

-Ale. 


Amor entre Libros (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora