Capítulo 17

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Después del día en el que me le confesé a Nicolas, todo cambió entre nosotros dos. Ya ni podía mirarlo a los ojos.

Lo peor es que no sabía muy bien  la razón. Me sentía estúpida.

"¿La gente normal se enoja de ese modo al ver a su mejor amigo besandose con otra chica?

"Supongo que está el pequeño detalle que él me gusta..."

Yo me había cambiado de lugar. Ya no me sentaba junto a Nicolas, si no junto a Martin. Estaba segura de que no le agradaba, pero era el único puesto vacío... a parte del que había dejado junto al chico de ojos grises.

No hablábamos en lo mas mínimo. Él dejó de llegar a la biblioteca. A veces lo echaba de menos... pero luego recordaba ese beso y me volvía el sabor amargo a la boca.

Rita era otro problema, no paraba de decirme que lo perdonara.

-Pero Erin, él no tiene la culpa de nada. No entiendo la razón de tu enojo.

-Él es como los demás. Solo otro más que juega con los sentimientos de la gente.

-¿Pero qué estás diciendo?

No soporté mas y le dije las palabras que no quería volver a pronunciar en voz alta:

-Me gusta ¿ok? Me gustó al poco tiempo de conocernos. ¿Estás feliz ya?

-Erin- me dijo- Él no pudo haber "jugado" con tus sentimientos. Él no sabía sobre ellos ¿o si?

Negué con la cabeza.

-¿Lo ves? Lo estás culpando de algo que no pudo haber hecho.

-Pensé...-empecé a decir- que él lo sabía. No sé, de algún modo.

-El error y defecto de la gente es que siempre espera cosas de los demás, pero ¿y si aprendiéramos a no esperar nada? ¿Existiría la decepción?

No sabía qué responder a eso.

Rita me tomó de lo hombros y clavó sus ojos en los míos.

-Te quiero Erin, pero lo que voy a decir tal vez te enoje, pero es la verdad. Lo que estás haciendo es estúpido.

Y efectivamente, lo era. Sin embargo continué enojada con Nicolas, y conmigo misma.

***

Algunos días después, iba caminando por uno de los jardines de la escuela. Iba algo distraída y no me di cuenta cuando un chico pasó golpeandome uno de los hombros. Caí de espaldas. Al incorporarme, vi que dos chicos mas lo seguían.
El primero llevaba un bolso. No me había dado cuenta de la pobre chica que iba tras ellos.

"Seguramente ella es la dueña. Malditos chicos" pensé.

De la nada, una mano extendida se encontraba frente a mí. Esa mano, conectaba con un brazo y ese brazo... Nicolas.

-Tenemos que hablar- dijo con semblante serio-Ahora.

No tomé su mano para levantarme.

***

Nicolas se encontraba frente a mí, sentado en la mesa de la biblioteca, donde habíamos pasados buenos ratos.

Un sentimiento de nostalgia se abrió pasó en mi interior. Traté de suprimirlo, pero sólo hacía que se volviera mas intenso.

Amor entre Libros (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora