Mi mamá me empujo de la cama (para variar).
No había podido dormir absolutamente nada. Me quedé toda la noche dudando si le preguntaba al chico por qué me había ayudado.
-Hoy no te ves de tan mal humor querida ¿Pasó algo en la escuela?
-¿Por qué habría de pasar algo? Tú sabes mamá, siempre es lo mismo.
Mi madre puso cara triste.
-No te preocupes hija, ya verás que llegará tu hora. Ya sabes, salir, ir de fiesta y claro, tener más amigos.
Yo me quedé callada. Lamentaba que fuera una hija tan... anti social. Antes, deseaba ser una persona totalmente diferente para complacer a mi mamá. Yo le conté de esto un día, cuando me iba a dar las buenas noches. Le dije:
-Perdón por no ser la hija ideal, mamá. De verdad me hubiera gustado invitar a un montón de amigas a la casa, cuando era más pequeña. Tu hubieras podido hacerte amiga de las mamás. O tener novio para que lo puedas regañar. No sé... me hubiera gustado hacerlo por tí.
Ella me acariciaba el pelo. En su cara tenía una enorme sonrisa.
-¿Pero qué estas diciendo, Erin? Yo soy feliz contigo. Con la persona que tú eres. No necesito todo lo que me acabas de decir. Yo estoy contenta por la hija que tengo, porque eres diferente y no te dejas llevar por lo que los demás hacen. Tú tienes tu propia forma de hacer las cosas. Y eso lo tienes que considerar como un don, Erin. No para todos es fácil ir en contra de la corriente.
Yo empecé a llorar.
-Pero de seguro hubieras preferido que fuera diferente- dije entre sollozos.
-No hija. Yo estoy orgullosa. Nunca te cambiaría.
Nos abrazamos y nos quedamos así durante un largo tiempo. Esa fue una de esas charlas de madre e hija que a veces tenemos.
-Bueno, Erin. Alístate para que llegues a tiempo a la escuela.
Asentí con la cabeza.
***
Ya en la cocina. Mi mamá me preguntó:
-¿Y esa ropa?
-No lo sé, tenía ganas de ponerme algo bonito.
-Pues la falda y la blusa te quedan bien.
Estaba a punto de decirle gracias, cuando mi papá entró.
-¡Papá!
-Hola cariño, que hermosa que estas.
-Tu siempre dices eso-le digo mientras le doy un abrazo.
Me dio un beso sobre mi pelo dorado.
-Si quieres podemos hacer algo juntos después de la escuela.
-Me encantaría.
***
-¿Ehhhh? ¿Y esa ropa?
-Estaba aburrida. Quería dejar los jeans solo por hoy- le contesté a Rita mientras me sentaba junto a ella.
El autobús arrancó y siguió haciendo paradas.
***
-¡Vaya! La fenómeno tiene ropa femenina.
-Buenos días a tí también, Taylor- le dije con una sonrisa forzada.
Ella me hizo cara de asco y se fue a sentar con su grupito de amigas.
Entró la señora Cooper, mi maestra de física.
-Silencio clase. Vamos a empezar.
-Lo sientoo. Perdí el autobús, por eso tuve que venir corriendo- dijo Nicolas entrando todo agitado.
-Siéntese, señor Johnson ¿no es así? Y no vuelva a llegar tarde.
Nicolas asintió frenéticamente y se sentó a mi lado.
No cruzamos palabra en toda la clase.
***
-Ya pueden salir al recreo- nos dijo la señora Cooper quitándose los anteojos y dejándolos sobre el grueso libro de física.
Todos empezaron a salir poco a poco. Yo siempre soy de las últimas, porque me tomo mi tiempo en ordenar mi puesto. Sin darme cuenta ya no quedaba nadie.
Salí y me encaminé a la biblioteca. Me detuve un tiempo para ver la zona verde de mi escuela. Algunos niños pequeños jugaban en la cancha de fútbol. Otros estaban comiendo en unas escaleras. A lo lejos vi a Rita debajo de George escuchando música.
Volteé a la izquierda y en una banca, apartado de toda la gente, estaba Nicolas. No vi muy bien lo que estaba haciendo.
"Esta es mi oportunidad"
Estaba a punto de ir a donde se encontraba, pero unas manos fuertes me sujetaron por detrás. Quería gritar, pero no podía porque me habían puesto un trapo sobre la boca. Vi que las manos eran de Zack, el novio de Taylor.
Empecé a patear y a forcejear, pero me levantó y me puso sobre su hombro. Como si fuera un saco de papas.
-¿Te aseguraste que no hubiera profesores cerca?-dijo una voz. Annie.
"¿La mejor amiga también?"
-Tienes que llevarla a los baños- le dijo a Zack.
"Esto es malo. Esto es muuuuuy malo"
Seguía forcejeando y tirando patadas. Cuando vi que su oreja estaba totalmente inofensiva. Le di un gran mordisco. Aunque tenía un trapo en la boca, no significaba que dejara de morder fuerte.
Zack dio un grito. Pero en vez de soltarme, me agarró con más fuerza.
"Mierda".
-Quédate quieta de una buenas vez, maldita.
Dicho esto me dio un puñetazo en el estomago, que me sacó el aire. Todo empezó a dar vueltas, quería vomitar. Empecé a oír las cosas como si estuviesen a kilómetros de distancia.
-¡Apresúrate!- oí a lo lejos la voz de Annie- Nos están esperando.
Después de esa frase todo se volvió negro.
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TAN TAN TAAAAAN
¿Qué creen?
Perdón si sienten que mis capítulos son muy largos. Cualquier consejo es bienvenido. Oficialmente voy a subir capítulo los sábados. Así que perdón si los dejo con la duda.
Los veo en Narnia
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Amor entre Libros (Editando)
Teen Fiction-¿Por qué me hablas? Se supone que soy invisible. -Pues yo te veo perfectamente. ------------------------------ Esta historia está siendo editada, perdón si encuentran algún error chiquitín por ahí :)