Capítulo 15

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Me despedí de Mike. Estaba algo sorprendida de que un completo desconocido me hubiese ayudado y muy agradecida. Pero en esos momentos me sentía muy mal.  Sentía un gran agotamiento, físico y mental.

Mis únicos dos amigos me habían tratado como basura. 

"Odio las fiestas, odio el alcohol. Sólo hace que la gente cometa idioteces"

Caminé hasta el lugar en donde había dejado la camioneta. Aún desde ese lugar se escuchaba el retumbar de la música contra las paredes de la casa de Laura.

Me metí en la camioneta y puse la calefacción. Estaba empapada y tenía frío. Sin duda ese estaba siendo uno de los mejores cumpleaños de mi vida. 

De regreso a casa, estuve a punto de chocar con una señora. Ese día iba de mal en peor. Los ojos se me llenaron de lágrimas, de nuevo, pero no lloré. 

"Espera a que estés en tu cuarto, donde nadie te vea".

Con cada minuto que pasaba, el nudo que tenía en la garganta se iba agrandando. 

***

Apagué el carro y subí directo a mi habitación. Por fortuna mis padres estaban profundamente dormidos. Me eché en mi cama y deje que las lágrimas fluyeran. Lloré, lloré y lloré, hasta quedar completamente seca. Ya calmada me puse a pensar:

"¿Qué estoy haciendo con mi vida? Seguramente ni Rita ni Nicolas estarán pensando en mí, y yo estoy aquí... llorando. Las lágrimas no me sirven de nada. Lloro porque vi a Nicolas con otra chica, pero, el tiene todo el derecho a besarse con quien quiera. También Rita. Ellos hacen su vida, es su problema. No tengo que estar triste por ellos. Buscaré mi felicidad, con o sin ellos".

Poco después, caí en un mar de sueños, buenos y malos. Con piscinas que devoraban a gente, y flashs de cámaras que te dejaban ciego. Con chicos guapos que te salvaban, y con amigas que se sentaban debajo de un árbol a hablar de tonterías. 

***

Llegué tarde a la escuela. Interrumpí la clase de la señora Cooper. Ésta me fulminó con la mirada, pero no me dijo nada. 

Me senté junto a Nicolas, el cual me dedicó una sonrisa, como todos los días. Pero ya no era lo mismo. Lo miré seriamente a los ojos. Su sonrisa desapareció de su boca al ver mi expresión. 

-Tenemos que hablar. 

Durante toda la clase Nicolas trató de dirigirme la palabra, pero yo lo ignoraba. También sentía las miradas de Rita. Cuando hacíamos contacto visual, ella desviaba la mirada a otra parte. 

La clase pasó demasiado rápido para mí. No me sentía preparada para lo que iba a hacer, pero era necesario. 

Al salir de la clase Nicolas me esperaba junto a la puerta. Le indiqué con la cabeza que me siguiera. Éste me siguió sin hacer ningún tipo de pregunta. 

Yo caminaba por delante de él, sentía su mirada clavada en mi espalda. Los cuadernos que sujetaba contra mi pecho se me deslizaban por mis manos sudorosas debido a los nervios. 

"Tú puedes hacerlo Erin ¡puedes hacerlo! Sólo no des vuelta atrás"

Me detuve justo en el lugar donde Zack me había capturado. El lugar en donde había iniciado a observar a aquel chico de ojos grises con curiosidad. Parecía como si hubiera sido hacía una eternidad. 

Me dí la vuelta bruscamente y lo miré a los ojos. Si no hablaba en ese momento jamás lo haría. 

-Escucha, Nicolas- dije tratando de sonar lo mas natural posible- Desde que llegaste, mi vida dio un giro de trecientos sesenta grados. Contigo reí y lloré como nunca lo había hecho antes. De verdad había encontrado el amigo que siempre quise. Rita siempre estuvo conmigo, pero aún así, tenía un vacío en mi interior ¿entiendes?- dije sin apartar la mirada. 

Nicolas yacía en frente de  mí, serio. Sus ojos reflejaban confusión, miedo y angustia. Quizo decir algo, pero yo no se lo permití. 

-Con el paso del tiempo, me fui enamorando lentamente de ti. Eras como el héroe de mi vida, que siempre me rescataba. Y en verdad, estoy muy agradecida de que me hicieras sentir eso. En serio.

Nicolas dio un paso hacia adelante.

-Espera Erin. A mí también me gus-

-No- le interrumpí- No lo digas.

Iba a ser muy doloroso escuchar esas palabras.

-Me di cuenta de una cosa, y era de que no te conozco como creí que lo hacía. Ayer... te vi besándote con un chica en la fiesta de Laura-dije bajando la mirada. 

Al acabar de decir esto, Nicolas pareció haber recordado muchas cosas. Hizo una mueca.

-Erin, no es lo que parece. 

-No me tienes que dar explicaciones-dije retrocediendo- Tú tienes todo el derecho de hacer lo que quieras, no soy tu novia ni nadie- me empezaba a flaquear la voz pero continué- Somos de dos mundos diferentes. Tú sigues siendo como ellos, un chico popular que le gusta ir a fiestas y tener chicas. Yo sólo soy un ratón de biblioteca. 

-Erin, no soy como ellos. No me gusta ir a fiestas ni tener chicas. 

-¿Ah si? ¿Y qué hacías ayer?

Se quedó callado un momento.

Yo no esperé a que volviera a hablar. 

-Me gustaba nuestro amor entre libros. 





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Tranquilos. TRAAAANQUILOS.

No me maten, por favor. El próximo capítulo va a ser épico. 

La verdad es que ahora me siento observada porque unos amigos descubrieron este libro y bueno... lo están leyendo. JAJAJAJAJA.

¿Quisieran que el otro capítulo lo narrara Nicolas? 

Amor entre Libros (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora