Capítulo 11

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-Por favor, señor Adams, tome asiento- dijo la señora Cooper indicándole a Tony un puesto al otro extremo de la clase. 

Nicolas continuaba tenso a mi lado.

-Oye... él es...

-Él no es nadie que me interese, no te acerques a él, Erin. 

-Pero...

-Sólo, no te acerques, créeme, puede ser muy malo aunque no lo aparente.

Mejor me quedé callada. No quería entrometerme. Levanté la mirada y vi que Taylor ya estaba coqueteando con Tony.

"Perra"

-Señorita Cook, deje eso para después y ponga atención- le regañó la señora Cooper mientras escribía en la pizarra.

Durante toda la clase, Nicolas no dijo ninguna palabra. Estaba encerrado en sus pensamientos. Tenía su barbilla apoyada en una de sus manos, mientras que con la otra no paraba de peinarse su pelo negro. 

Notó que lo estaba mirando, trató de sonreír, pero le salió fatal. Pobre Nicolas, esto seguro que no se lo esperaba. 

***

Al sonar la campana para ir al recreo, Nicolas no me esperó como solía hacerlo. Tomó sus cosas y salió rápido del salón, con la mirada baja. Corrí detrás de él. 

-Nicolas, espera. 

-Tranquila Erin, sólo... necesito tiempo para estar solo-dijo mientras se alejaba con rapidez.

Esa fue la última frase que me dirigió en todo el día. No hablaba, ni separaba la mirada de la pizarra.

Por otro lado, Tony estaba empezando de maravilla, en otras palabras: ya era amigo de Taylor. En la clase de matemáticas se sentaron juntos, mi mirada se topó con Zack, que miraba celoso al nuevo par de amigos desde una esquina. 

***

-Erin ¿te agradó el chico nuevo?- me preguntó Rita con una mirada... extraña.

-Emm... ¿Rita, estas bien?

-Es que amiga, es taaaaan guapo. Su pelo rojizo me vuelve loca y las pecas ¡las pecas!

"Oh no. ESTO NO ESTÁ PASANDO"

-Rita ¿estas loca? No te puedes enamorar de un chico como él.

Frunció el ceño, y levantó una ceja.

-¿Cómo que no me puedo enamorar de él? ¿Acaso lo conoces?

Guardé silencio. Rita dejó de hacerme mala cara y volvió a su buen humor.

-Oye- dijo empujándome con el hombro- Tranquila, tal vez es extraño para ti que yo me enamore, después de todo a pasado un largo tiempo desde la última vez.

Me reí. ¿Cómo podría olvidar ese enamoramiento?

-Ese tal George Néfil, pobrecito.

-¡Oye! No es mi culpa que no le gustara el regalo que le hice y que por eso me haya rechazado.

-Rita, estabas obsesionada con él, no fue por el regalo que te rechazó. Tu lo... atemorizaste.

Nos echamos a reír.

-¡Hasta le puse su nombre a mi lugar favorito!

-Es cierto- dije mientras las lágrimas salían de mi ojos debido a la risa. 

Amor entre Libros (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora