MAD Love [Jackson got7-Lemon]

[21] -Amame- LEMON AL FIN!!!!

---Narra Jackson---

Estábamos sentados uno al lado del otro en el sofá de mi casa, en todo este tiempo Mell no había tenido la oportunidad de entrar, siempre ocurría algo y debía irse en el intento o JB la molestaba y hacia que estuviera con él... -Me lleno de furia recordarlo-

Se encargaba de ver todo en silencio, la podía sentir más tranquila, sus ojos brillaban como un frágil cristal, uno muy hermoso.

-Tu casa es como la de cualquier hombre soltero- Soltó una leve risa en tono juguetón.

-En vez de burlarte te traeré algo para que te cambies estas empapada-

-Estamos empapados- Volvió a jugar con sus palabras, amaba su rostro.

Opté por quitarme la camisa mojada, sino lo hacía me daría frio, no me importo hacerlo delante de ella, lo hice mirando a otro lado para que no se sintiera incomoda; pero... creo que no logré mi cometido. Voltee a verla y soné mi nariz. 

-Jack.... – Tenía la boca abierta y mi perverso pensamiento se activó, ¡debía controlarme! –Eres un idiota Jackson...- Sonrió para culminar de mirar mi torso desnudo.

-Tienes razón, aún soy un idiota- Miré sus labios sin disimulo. Instintivamente mi cuerpo se acercó a ella de nuevo tomándola por el rostro e incorporándola delante de mí. –Y lo seguiré siendo mientras te tenga a mi lado y no pueda probar tus labios-.

-¿Q-quien dijo... que no lo deseo?- Su confesión me sorprendió, no quería preguntarle el por qué de su tristeza, ya lo sabía, no estaba dispuesto a arruinar el momento, además... tenerla tan cerca ¡me jode demasiado!

-¿Qué deseas?- Me acerqué a sus labios sintiendo su respiración.

-No me hagas preguntas obvias idiota- Me pellizco el brazo haciéndome saltar del susto; pero no la solté... ¡No estaba en mis planes hacerlo!

Posó su nariz con la mía acariciando mi nuca con sus dos manos haciéndome perder el autocontrol. La tomé de sus caderas alzándola hacia mí, sintiendo su sexo en el mío, su respiración era un jodido imán para mis deseos, quería sentir su piel, que me sofocara su calor, sin evitarlo me endurecí y mordí levemente su cuello.

¡Soy un enfermo, no hizo nada y ya estaba excitado! Chupé sus labios bruscamente haciendo que sus caderas se movieran por instinto, tenía su aprobación, ¡era lo que necesitaba! Simulé tres envestidas y gimió, ¡fue lo mejor! Hizo que apretara sus glúteos con fuerza y me comiera de nuevo sus divinos labios.

Bajé a su cuello mordiéndolo y lamiéndolo, la necesitaba con todas mis fuerzas, la bajé, quedamos frente a frente y me detuvo de repente.