7. Zombie por desgracia (parte uno)

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—Billie, espero no te moleste esta pregunta, pero ¿cómo te convertiste en zombie? —habla tímido y tan bajo que es increíble que lo haya escuchado el chico frente a él.

—Justo eso te quería contar a continuación —dice mostrando cierta inquietud— después de la muerte de mi hermana, me decidí a salir en busca de mis padres. Me arme de valor a la mañana siguiente, tomé una mochila lo suficientemente grande para llevar comida, un cambio de ropa, y algunas armas para defenderme como cuchillos de la cocina y herramienta de mi padre —suspira sonoramente antes de continuar con el relato— y salí de mi hogar que ahora estaba destrozado y no era nada seguro.

Tan solo con esas palabras, Sirio nota como, por primera vez, el desfigurado rostro del zombie demuestra nostalgia y dolor al mismo tiempo. Se siente mal por hacer al pobre chico recordar momentos tan dolorosos, pero también siente que debe sacarlo de su sistema. Piensa en una manera en la que pueda hacerle saber que todo está bien, pero sinceramente no cree que haya algo bueno para Billie ahora.

— Mi plan era salir y tratar de encontrar a mis padres para irnos lejos o escondernos hasta que todo este caos terminara, pero no funcionó y mi aspecto actual es la prueba de ello —apunta a si mismo con un dedo— pero no te confundas, no morí en el instante en que salí, tarde varios días en llegar a mi maldición.

— En esos días, tuve miedo, fui valiente, y desarrollé insomnio, muy conveniente, por cierto —se rasca la cabeza y hace un gesto muy parecido a una sonrisa— La verdad no sé cuántos días pasaron después de la muerte de mi hermana, pero sé que fueron suficientes. Mis padres nunca aparecieron y me hice a la idea de que habían sido derrotados por los adefesios aquellos —hace una pausa breve mientras mira el gesto irónico del pelirrojo— lo sé, lo sé, ahora soy uno de ellos, pero no significa que esté orgulloso de serlo.

La ironía no solo está en la historia que Billie cuenta, según Sirio, también está en su forma de expresarse de ellos, en el hecho de que ahora sabe que, a pesar de ser un ser moribundo y putrefacto, Billie tiene sentimientos y tal vez, solo tal vez, su presencia en el cielo no es tan inútil como todos piensan.

Billie, el Zombie ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora