22. Reclamo (parte uno)

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—Necesitamos transferirlo de inmediato, volverá a causarnos problemas y esta vez no lo podremos solucionar tan fácil —se apresura a decir uno de los discípulos del Señor.

—No hay que apresurar medidas tan drásticas, hablemos con el chico y así arreglamos lo de la transferencia. Él tiene derecho a saber qué es lo que ocurre. —razona un ángel de rasgos asiáticos sentado en la gran mesa de discusión.

—Me parece adecuado, traigan al chico para conversar con él ahora mismo. —finiquita el ser todopoderoso.

*

Sirio acomoda papeles con información básica de los niños a los que ha cuidado durante su estadía en el cielo, parte de sus actividades diarias. A lo lejos logra observar a dos ángeles, Luis y Mario, quienes parecen estar buscando algo, o a alguien.

Billie y Carlos conversan sobre trivialidades en el mismo rincón del cielo donde siempre se reúnen, ya que el castaño no tiene interés en regresar a ser humano, no se preocupa por juntar puntos al realizar actividades.

Luis observa detenidamente a los ángeles trabajando con archivos mientras el rubio se enfoca en los que cuidan infantes.

—No lo veo por aquí. —se alcanza al escuchar decir al moreno.

—Preguntaré si alguien lo ha visto. —menciona Mario mirando seguro a su compañero.

—Está bien, mientras buscaré en aquella sección. —dice Luis y ambos toman caminos separados.

El ángel rubio y robusto se pasa caminando por demás de Sirio y a este le provoca escalofríos por primera vez. Mario se sigue de largo y le pregunta a alguien alejado de Sirio si ha visto a un ser peculiar. La descripción del ángel no es muy concisa, por lo que Sirio alcanza a escuchar.

—Veras, quien busco no es precisamente un ángel ni siquiera un ser de luz, es más bien como un desfiguro y no recuerdo su nombre...

—Billie... —susurra el pelirrojo sintiendo su mente nublarse, un mal presentimiento le ataca.

Billie, el Zombie ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora