23. Reclamo (parte dos)

25 3 4
                                    

Sin pensarlo, Sirio se echa a correr directo hacia donde sus amigos están, esperando no llegar demasiado tarde.

El robusto ángel lo mira extrañado, pero lo deja de lado y continúa preguntando por Billie a los ángeles que archivan papeles.

La distancia entre los archivos y el lugar de encuentro de los tres amigos no es mucha, pero es tanta la prisa por llegar que el pelirrojo piensa seriamente en dejar de lado las reglas y volar a su destino. Justo al pasar por la sección donde Luis inspecciona, a este le llama la atención la prisa que lleva el usualmente sereno ángel, a quien reconoce por sus cabellos rojizos.

El barbudo sigue a Sirio sin que este se dé cuenta, deja suficiente distancia de ventaja para pasar desapercibido tras de él. Al llegar a uno de los rincones más deshabitados del cielo, este decide escudarse en un roble mientras el pelirrojo llega donde dos seres descansan tranquilos. Luis no puede escuchar nada, pero está seguro de una cosa, ha encontrado a su objetivo: el zombie.

*

— ¡Billie! —exclama Sirio tan pronto mira a sus amigos.

— ¿Sirio, todo bien? ¿porque tan agitado? —pregunta el castaño sorprendido.

—Es que Billie... Luis y Mario... Ellos... Billie... ¡Pronto! —habla entrecortado tratando de tomar aire.

—Debes tomar aire, relajarte y así nos dices con calma que pasa porque no te entendimos nada. —responde Billie levantándose del suelo.

—No hay tiempo, ellos te están... Buscando —logra formular recargándose del hombro del zombie.

— ¿Para que, como, porque lo buscan? Y ¿cómo lo sabes? —Inquieto, Carlos interfiere.

—Yo los vi buscando, incluso uno preguntó por él a unos ángeles archivando, dijo que busca a un ser que no es un ángel, pero habita este mismo lugar.

—Puede ser cualquier otro ser no—angelical, Sirio. —alega el castaño.

Mientras los ángeles discuten, los ojos del zombie se entrecierran al mirar detrás de sus únicos amigos, acomoda su gesto desconfiado y apunta hacia donde un ángel barbudo mira severo.

—Billie, ¿Cierto? Necesito que vengas conmigo, el todopoderoso quiere hablar contigo. —habla firme y desafiante.

—No te lo llevarás, ya sé que luce horrible pero no es malo, en serio. —suplica el pelirrojo.

—Mejor no me defiendas, Sirio. —declara irónico y se acerca al barbudo siguiéndole el paso.

Carlos y Sirio se miran perplejos entre sí, preocupados por lo que pueda suceder con su amigo.

Billie, el Zombie ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora