Capítulo Seis

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Me quedé sin reaccionar, ¿Qué ella era qué? No, no. Algo no cuadraba aquí. Claramente Albert me había dicho que los Selt eran malos, que eran algo así como los enemigos de los Rogenes, entonces ¿Qué carajo hacia aquí, viviendo en esta comunidad?

Inconscientemente di un paso atrás. Un Selt se había metido en mi cabeza, un Selt me había estado persiguiendo todo este tiempo ¿Quién me decía que no era ella? Y... Dios, Max sabía lo que había pasado y lo asustada que estaba al respecto ¿Cómo se atrevía a traerla aquí?

De pronto, todo el desconcierto que se había estado apoderando de mí, se transformó en una furia imposible de contener. Tomé con fuerza a Max de su chaqueta, empujándolo contra la pared que había a su espalda.

- ¿Cómo has podido traerla? –grité con furia- ¿Cómo te has atrevido a hacerme esto?

Sorprendido, Max fijó su mirada en la mía, ni siquiera estaba intentando zafarse de mi agarre o de intentar luchar en mi contra. Sino que estaba ahí, mirándome con clara confusión expresada en sus ojos.

- Dime –insistí agarrándolo con más fuerza- ¿Por qué lo hiciste?

- Amanda... -susurró con su frente arrugada-

Podía estar engañándome a mí misma, pero algo en él me decía que estaba igual de confundido como se veía. Algo aquí no estaba bien, y no era solo la llegada repentina de esa chica, sino por el comportamiento de Max, parecía que ni siquiera se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.

- Déjalo ya –intervino Estefany- él no tiene la culpa de que este aquí, yo...

- Tú cállate –gruñí dándole una rápida mirada con odio- y vete antes de que conozcas un lado de mí no muy agradable.

- ¡Ya basta! –gritó Max-

Me tomó con fuerza de mis muñecas, sacándolas de donde lo estaba tomando. Arregló su chaqueta y dio un paso al costado, pasando totalmente de mí. Era... era como si yo no existiera para él, como si fuera invisible.

- Vamos –dijo mirando a Estefany- te iré a dejar.

- Tú no irás a ningún lado –espeté tomándolo del brazo, deteniéndolo-

Max miró en dirección a mi agarre y luego alzó lentamente su mirada, fijando sus ojos en mí con indiferencia, indolencia y... pareciendo alguien totalmente irreconocible. Movió con brusquedad su brazo, soltándose de mi agarre, provocando que yo diera un paso atrás, sorprendida ante su arrebato y fuerza.

- Max... -susurré en un hilo de voz-

Caminó en dirección a Estefany, la tomó del brazo y jaló de ella hacia la entrada. No volvió a darse media vuelta, no me miró, no me dijo nada; simplemente salió de casa junto a Estefany, como si ella fuera alguien importante en su vida, y yo ya no lo fuera.

En cuanto escuché la puerta cerrarse mis ojos se llenaron de lágrimas. Él nunca había actuado de esa manera tan fría, no desde que estábamos viviendo juntos. Algo más tenía que haber sucedido en el tiempo en que estuvo junto a esa chica, algo en él había cambiado, y estaba segura de que ella era la culpable de esto.

Empuñé mis manos, intentando así aguantar las horribles ganas de llorar que tenía. Sabía que todos estaban pendientes de mí y de que ninguno de ellos había dicho algo en espera de que yo me pronunciara al respecto, pero ¿Qué podía decir? "Oh, no se preocupen, ya se le pasara. Esta es una típica pelea de novios". No, claro que no iba a decir eso porque no era una típica pelea de novios.

Los Warner #2: No confíes en nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora