Capítulo Once

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- Fue una mala idea.

Murmuró Erik mientras caminaba de un lado hacia otro en el living de mi casa, por suerte mi madre no se encontraba, porque definitivamente le hubiese dado un infarto si veía el estado en el que me encontraba. Contuve la respiración y me acomodé nuevamente sobre el sofá, posición en la que me ponía era incómoda. Di un suspiro y fijé mi vista en el techo, Erik me tenía algo mareada de tanto que se movía.

- ¿Quieres sentarte un momento? –gruñó Clar-

- Fue una pésima idea –volvió a decir Erik pasando por alto el comentario de mi amiga. Estaba demasiado ensimismado con lo que tenía en su cabeza como para prestarnos atención-

- Déjalo. Está intentando usar su cabeza para algo más que solo chicas –dijo Noah con diversión, ganándose una risa por parte de todos-

- Te he escuchado –espetó Erik regañándolo con la mirada-

- Y ¿Qué se supone que fue una pésima idea? –pregunté-

- Que hayas salido de Rousel –dijo mirándome fríamente- tienes que quedarte ahí, es el único lugar en que los Selt no pueden entrar.

- Te recuerdo que hay unos cuantos Selt viviendo entre ellos y...

- No es lo mismo, Clar –le interrumpió Noah- creo que hemos hablando antes de su diferencia.

- Creo que –suspiré y fije mi vista en Victoria, quien hasta el momento se había mantenido bastante callada- ¿Qué te pasa?

- ¿A mí? –se apuntó, yo asentí- nada –se encogió de hombros- ¿Por qué debería de pasarme algo?

- Tú nunca estás tan callada, es más, siempre eres la que nos dice qué hacer cuando no está Max.

- Dejemos a Victoria fuera de esto –salió en su defensa, Erik, caminando hasta ella-

- ¿Por qué? –pregunté frunciendo mi ceño, algo no estaba bien-

- No es algo que...

- Está bien –le interrumpió Victoria- puedo decirlo.

En un gesto de lo más extraño para mí, y que no me esperaba, Erik apoyó su mano sobre el hombro de Victoria y esta la tomó entre las suyas. ¿De qué me había perdido?

- Tengo un hermano mayor, Hans, que... vive en la comunidad Selt. Creo que él podría ayudarnos a saber algunas cosas.

Mis ojos se abrieron más de lo normal y me quedé por unos segundos mirando fijamente a Victoria ¿Ella qué?

- ¿Tienes un hermano que vive con los Selt? ¿Cómo? –pregunté confundida- ¿No se supone que entre ambas comunidades se odian?

- Sí, es así pero... -suspiró y bajó la mirada. Esta era una de las pocas veces en que veía a Victoria con la guardia baja- él y yo compartimos sangre negra.

- ¿Sangre negra? –interrumpió Clar mirándola igual de desconcertada que yo- ¿Qué significa eso?

- Los Selt son los únicos que tienen sangre negra –dijo Noah pareciendo incómodo con la conversación. Claro, él era el primo de Victoria, ningún miembro de la familia debía de sentirse orgulloso por tener sangre negra-

- ¿Cómo es que comparten su sangre?

- Oh, esa es una historia para otro día –dijo sonriendo de medio lado y componiéndose en cosa de segundos. Soltó la mano de Erik y entonces ahora fue ella quien se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro- ¿Cuento corto? Mi padre se acostó con una maldita Selt.

Los Warner #2: No confíes en nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora