-¡Venga ya!- Digo indignada. Ella saca a la luz su sonrisa de demonio y me besa, su lengua se mueve rápida y ávida por mi boca. Cuando se aparta ya se me han olvidado los argumentos que tenía pensados.
Cuando abro los ojos Alessa sigue sosteniéndome la mano mientras conduce. Le beso la mano y se la aprieto antes de volverme a dormir.
Abro los ojos por segunda vez, y descubro que estamos en un sitio diferente. Sin embargo, no me asusto. Siento a Alessa acariciándome el hombro y como mi cabeza está en su cuello, también siento su pulso en la frente. Muevo la cabeza y le beso en cuello. Noto como ríe un poco cuando su pecho tiembla, también noto como un escalofrió la recorre.
-¿Dónde estamos?- Le susurro en el cuello, vuelve a tener un escalofrió.
-En el aeropuerto. - Me dice mordiéndome la punta de la nariz. Rio un poco.- Las maletas ya están subiendo al avión. Y si, te he llevado en brazos durante todo el trayecto y no me arrepiento de nada.
Oculto la cara en su pecho.
-Yo tampoco me arrepiento de nada...- La beso, y no me importa quien pueda mirarme. Ella es mi mujer y la amo, no me importan los demás, Alessa me ha demostrado su amor y eso es en lo único en lo que pienso pensar. Bueno, en eso y en la luna de miel.
-¿Me dejas ver mi billete? - Le digo cuando nos separamos. Ella asiente y me lo da. Rápidamente miro el destino pero... ¿No está? ¿Qué demonio...?
-Buen intento, pequeña.- Me besa la frente. - Por supuesto, e cuidado hasta el más mínimo detalle. No sabrás donde vamos hasta que llegues.
-Y... ¿No tengo opción de averiguarlo?- Le digo acariciándola en el escote, cerca de un pecho. Al mismo tiempo, me aprovecho de mi escote y veo como a ella se le desvía la mirada. Ella abre la boca y la cierra, pero la vuelve a abrir....
-Pasajeros al vuelo 345 procedan al embarque por favor. Muchas gracias.
Me bajo de su regazo y miro fijamente el altavoz. ¡He estado tan cerca!
-Salvada por la campana.- Digo con pesar.
-¿Salvada?- Dice levantándose pesadamente. -No entiendes mi dolor. - Dice mirando con pena mis pechos. Instintivamente me tapo y seguido me ruborizo. Ella saca a la luz su sonrisa se demonio.- Que mona.
Pasa el brazo por mi cintura y me atrae hacia ella.
-Que sepas, que te lo hubiera dicho, si no nos hubieran interrumpido.- Suspira.- No tengo autocontrol cuando se trata de ti...
Sonrió y ella me pasa el brazo sobre los hombros.
-Eso me será útil...- Bostezo.
-Vaya, vaya. Alguien tiene sueño.
Vuelve a levantarme en brazos y se dirige a embarcar.
-¿No estás cansada de llevarme en brazos? Tengo que pesar...- Me fijo en sus brazos, apenas está haciendo fuerza. Parece que está llevando cinco kilo en vez de cincuenta.
-Estoy segura de que no sufriré de lumbago, no te preocupes. Aunque... Así tendría excusa para que me cuidaras...
Rio un poco y Alessa me acerca más a ella. Veo como varias personas la observan, fijándose en su corto vestido. Después me miran a mí y algunos, los que no comprenden, fruncen el ceño, otros suspiran.
-Exacto.- Digo en voz baja.- Ella es mía.- Rodeo su cuello y le doy un pequeño y suave beso en los labios.
-¿Has dicho algo?
-No. Nada.- Digo mirando alrededor y apoyando la cabeza en su pecho.
En el avión
Le acaricio el pelo, ella desliza la cabeza desde su asiento hasta mi hombro, está profundamente dormida. Miro por la ventana del avión, pero solo veo un inmenso mar que se extiende hasta el infinito. Suspiro, pues si que ha cuidado hasta el mas mínimo detalle. Una idea cruza mi mente, podría preguntarle a uno de los pasajeros...
Miro a Alessa. Observo su relajado rostro, el pelo le tapa un poco la cara. Se lo aparto suavemente, admirando la suavidad de este. Ella se queja un poco y mueve su cara contra mi hombro, acomodándose. Abraza mi brazo como si fuera un peluche. Sonrió. No podría hacerle algo así a Alessa, después de haber estado cuidando hasta el más mínimo detalle.
De repente me aprieta demasiado, tanto que incluso me duele.
-N-No... No te vayas... No lo hagas....- Dice con cara de dolor, sube las piernas hasta su pecho y se aferra con fuerza a mi brazo. Le beso la frente.
-Estoy aquí, cielo. Estoy aquí.- Ella se relaja al oír mi voz y no puedo evitar acariciarle la mano.
Una luz cegadora y algo moviéndose junto a mi me despierta.
-Oh. L-lo siento mucho, no quería despertaros.
Alessa se frota un ojo y le sonríe, el hombre del asiento de delante se queda atontado.
-V-veréis, es que soy fotógrafo y no me he podido resistir.- Nos muestra su móvil. En la foto se nos ve a Alessa y a mí, apoyadas la una contra la otra, dormidas.
-Es preciosa.- Dice Alessa mirándome.- ¿Puedes pasármela?
El chico sonríe y asiente.
-Claro pero cuando lleguemos a tierra firme. No me gustaría tener un accidente.
Alessa asiente y me agarra la mano.
-Sí, ya tuve suficiente con uno.
Cuando el avión aterriza, el chico nos pasa la foto y Alessa la pone de fondo de pantalla. Después me sonríe como si fuera una niña pequeña y ambas corremos en busca de nuestras maletas.
Cuando llegamos a las cintas Alessa niega con la cabeza y me lleva a una ventanilla donde solo hay un hombre.
-Adelante, di tu nombre.
-P-Pero no sabe quien soy...- Le digo susurrando. El hombre levanta la cabeza.
-Esto... S-Soy Sara...
-Oh si, la señorina Schneider.- Dice con un gran acento Italiano.
-¿Con que Schneider e?- Digo mirándola, ella esta detrás de mi, agarrándome de los hombros pero aun así puedo ver su sonrojo.
-Sorpresa...- Dice con voz tímida.
-Schneider... Schneider... Es bonito. Me gusta. La señora Schneider.... No, mejor quito lo de señora.- Digo riendo un poco.
-Dejémoslo en señorina.- Dice imitando al hombre Italiano.- Por cierto, se escribe Schneider pero se pronuncia Snaida.
-Snaida... ¿De dónde es el apellido?
-Alemán.
-¿Tu padre era Alemán?
-No, cuando hui a Rusia me cambie el apellido, pero acabe eligiendo uno alemán. -Se encoje de hombros.
-Por aquí por favor.- Nos indica el hombre Italiano. Nos lleva hasta un pequeño helipuerto donde están sacando un pequeño Jet.
-Mira eso.- Le digo.- Es como el de la película de James Bond... ¿Cuánto dinero habrá que tener para poder tocarlo?
-No lo sé, pero me han dicho que va a subirse la mujer más hermosa del mundo.
-¿Una miss universo?- Alessa asiente.
-Creo que su pareja le quiere dar una sorpresa.- Me dice al oído.
Cuando miro al frente, estamos junto al Jet.
-¿Que hacemos aqu...?
-¿Ocurre algo, pequeña miss universo?- Una sonrisa picara aparece en su boca. Me sonrojo y sonrío mientras subo al Jet.
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¡Ámame Como Yo Te Amo! ¡3! - ¡Chica Mala Vs. Niña Buena!
RandomSara no es racional cuando está lejos de Alessa. Alessa es peligrosa si no está Sara. Sara no se imagina lo que está a punto de ocurrirle. ¡¡Alessa no piensa esperar ni un minuto más!!