-Mira eso.- Le digo mirando el Jet.- ¿Cuánto dinero habrá que tener para poder tocarlo?
-No lo sé, pero me han dicho que va a subirse la mujer más hermosa del mundo.
-¿Una miss universo?- Alessa asiente.
-Creo que su pareja le quiere dar una sorpresa.- Me dice al oído.
Cuando miro al frente, estamos junto al Jet.
-¿Que hacemos aqu...?
-¿Ocurre algo, pequeña miss universo?- Una sonrisa picara aparece en su boca. Me sonrojo y sonrío mientras subo al Jet.
Se me desencaja la mandíbula cuando veo el interior. Asientos de cuero blancos, mesas de caoba y... ¿Cerezas? ¿Qué hace un cuenco de cerezas aquí? Me siento en uno de los asientos junto a la ventana y cojo una cereza doble.
Me meto una a la boca y levanto la otra mirando a Alessa, su mirada cambia y se vuelve seductora. Se mete la otra cereza a la boca y cuando se echa hacia atrás y la unión de las cerezas se rompe, un escalofrió me recorre.
-Con que esas tenemos... A ese juego pueden jugar dos.
Alessa levanta una ceja.
-Ven a por mí, pequeña.
Aterrizamos en no sé donde, porque no le he prestado ni la mas mínima atención a nada salvo a Alessa. Nada más bajar me tapa los ojos y ordena algo en un idioma que no entiendo. Me hace caminar, guiándome por algún lado, hasta que de repente, el agua del mar me acaricia los pies. No está fría, es mas esta templada pero tirando a caliente... O yo tengo los pies fríos.
Alessa me quita las manos y me muestra un mundo luminoso y lleno de color. La arena blanca, el inmenso mar... El calor.
-Bienvenida a Okinawa. -Me dice esperando mi reacción. Yo parpadeo una par de veces antes de lanzarme sobre ella, ella no se lo espera y caemos a la orilla del mar. Acabo sentada a horcajadas sobre ella y con los brazos extendidos a ambos lados de su cabeza.
-Pequeña, ¿me estas insinuando algo con esa postura? – Levanta una ceja.
Me sonrojo horriblemente y la agarro del cuello antes de hundirle la cabeza bajo el agua. Ella se remueve y no tarda en cambiar de posición y hacerme una aguadilla a mí. Las dos reímos ruidosamente. Apoyo mis dos brazos en sus hombros y le acaricio la nuca.
-Mi amor, sé que esto te va a sonar raro pero... ¿Dónde está Okinawa?
Alessa me mira como si estuviera en un trance y no estuviera realmente aquí.
-¿Alessa?- La sacudo un poco.
-¿Eh? ¿Qué? ¿Puedes repetirlo?
-Digo que donde esta Okina...
-No, no. Lo anterior.
¿Lo anterior? Me quedo un rato pensando y Alessa me mira fijamente, impaciente. Entonces descubro o que quiere.
-Mi amor...- Digo besándola, cuando nos separamos ella suspira y relaja los hombros.
-Que bien sienta...
-Disculpen.- Dice un hombre rubio, con ojos verdes y vestido de esmoquin. – Les agradeceríamos que no se bañaran con la ropa puesta.
-¿Ya nos han llamado la atención?- Digo intentando parar de reír. Entramos en el hotel con toda la ropa mojada y vamos dejando un rio detrás de nosotras. La gente nos mira, pero yo no puedo parar de reír y trato de ocultar la cara en el pecho de Alessa.
-Por supuesto.- Dice Alessa intentando no reír.- Apuesto a que ese chulo de playa solo se ha acercado para mirarte.
Estallo en risas.
-¿Chulo de playa? Eso solo se dice a un enemigo.
-Todos lo que te miren o intenten alejarte de mí son mis enemigos.- Dice mordiéndome el cuello en medio del Hall del hotel, lo que consigue que ría aun mas. Cuando nos acercamos al mostrador el hombre nos mira como si estuviéramos locas.
-Alessa Schneider. Tengo una reserva.- Cuando Alessa dice su nombre, al hombre se le ilumina la cara. Rápidamente un par de personas aparecen y nos ponen unas toallas sobre los hombros.
-Por aquí, por favor.- Nos dice el hombre.- Felicidades por su matrimonio. Su Jet ha sido trasladado al Helipuerto más cercano y sus pertenencias ya están en sus habitaciones.
Nos metemos al ascensor y el botones mira pulsa un botón y mira fijamente la puerta del ascensor.
-Mira que vistas.- Me dice Alessa, ambas nos giramos y yo le agarro la mano que tiene en mi hombro para que no la quite. Ella ríe y me pega a su cuerpo. Las vistas son increíbles, la gente camina por la playa y por los puestos junto a la playa. Desde aquí veo una heladería y varios restaurantes.
-Por favor, visiten la parte Este del hotel. Allí podrán disfrutar del...
Por el rabillo del ojo veo como Alessa le hace un gesto y el botones no acaba la frase. No.... ¿Va a hacerme lo mismo otra vez?
-Es una sorpresa.- Me da un pequeño golpe en la punta de la nariz. Si, va a hacerme lo mismo... En realidad me encanta esto de las sorpresas. El ascensor llega la planta, y el botones nos acompaña hasta la puerta. Una vez allí nos abre la puerta, y le da la tarjeta (con la que se abre la puerta) a Alessa.
Yo cuando veo el interior entro casi corriendo y rio. Dios mío, ¡es enorme! ¡Me encanta! El suelo de baldosas blancas se extiende por toda la habitación, frente a nosotras hay un gran ventanal que hace de pared. Y en la esquina, hay un gran balcón.
A la derecha hay un gran sofá... En serio, es demasiado grande. En la mesa delante del sofá hay varias botellas, de Ron, de Whisky, de Vodka, champan e incluso vino. También hay copas.
A la izquierda está la grandísima cama que... Bueno, pienso darle buen uso a la cama. Junto a ella hay una puerta que supongo, será el baño. Alessa desliza sus manos por mi estomago.
-¿Te gusta?
Asiento.
-¡Es genial!- Digo como una niña pequeña, sin contenerme.
-Aquí tienen los horarios. Disfruten de la estancia y si necesitan cualquier cosa, por favor, no duden en llamar a recepción.
Alessa le da un billete, al hombre se le ilumina la cara y abre los ojos de par en par.
-Confió en que no nos molestaran.- Digo para sorpresa de Alessa.
El hombre niega con la cabeza y se va. Alessa me mira, curiosa.
-¿Qué piensas hacerme?
Yo camino hasta el baño, hay una ducha y una bañera. Bien.
-Ya lo veras. ¿Nos damos una ducha?
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¡Ámame Como Yo Te Amo! ¡3! - ¡Chica Mala Vs. Niña Buena!
RandomSara no es racional cuando está lejos de Alessa. Alessa es peligrosa si no está Sara. Sara no se imagina lo que está a punto de ocurrirle. ¡¡Alessa no piensa esperar ni un minuto más!!