18. Ni una noche separadas

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-Tu tampoco tienes remedio.- Digo besándola.

-No, y no pienso buscarlo.- Dice besándome de vuelta.

Al día siguiente

Llevo todo el día sobre Alessa. Literalmente. Y no me arrepiento de nada.

-No te peso, ¿verdad?

-Por enésima vez, Sara. En-serio-que-no-me-pe-sas.

-¿Segura?

-Si eres un peso pluma, podría hacer flexiones contigo en la espalda.

-No lo creo.

Ella levanta una ceja.

-¿Quieres retarme, pequeña?

-Pues sí. Si ganas, salimos a una discoteca.

Nada mas decirlo Alessa sonríe imaginándolo.

-Si haces 50 en menos de cinco minutos me pongo la minifalda. Esa minifalda.- Es imposible que haga tantas en menos de cinco minutos. Es imposible hasta para ella.

-Si las hago en menos de tres minutos.- ¿Qué? ¿Menos de tres minutos? Imposible.- Me debes un deseo.

-Si no me lo dices es que no me va a gustar.

-¿Lo tomas o lo dejas, pequeña?

¿Qué demonios? ¿Y por qué no? Total, es mi mujer de la que estamos hablando. Lo único.... Que ese deseo puede ser cualquier cosa, probablemente algo pervertido.

-Lo tomo.

Quince minutos después

Alessa está completamente sonriente mientras entramos a la discoteca. El sonido me sorprende al principio y no oigo nada más que la música. Siento mi corazón palpitar. Agarro la mano de Alessa y ella me lleva hasta el centro de la abarrotada discoteca.

-Alessa no se bailar.- Digo nerviosa.

-¿Qué?- Me grita acercándose a mí.

-¡Que no sé bailar!

-Aquí no tienes que bailar. Solo moverte al ritmo de la música, como tú quieras.

-¿Podemos beber algo primero?

-Claro.

Diez minutos después

El sonido atronador me rompe los oídos y mi cuerpo está completamente acalorado y sudando, aquí dentro hace mucho calor y el alcohol y Alessa pegada a mi no ayudan mucho. La canción se acaba y empieza una que si conozco. Alessa y yo gritamos a pleno pulmón pero aun así no se nos oye.

-Me debes un deseo.

-¿Qué quieres como deseo?

-No se...- Mira mi cuerpo descaradamente, en otro momento me sentiría avergonzada pero ahora mismo estoy completamente orgullosa y feliz.

Cuando empieza la siguiente canción pego mi espalda a su pecho y empiezo a moverme al ritmo de la canción, el calor aumente y mi ritmo también. Alessa coloca sus manos en mi cadera y yo me muevo contra ella.

Cuando salimos de la discoteca, tenemos la playa enfrente así que corro hacia ella con los tacones en la mano. Arrastro a Alessa conmigo, nos tropezamos y revolcamos en la arena. Nuestras carcajadas llenan el aire.

-Hmmm... No sabes lo bien que te queda esa falda.

Me siento a horcajadas sobre ella y me recojo el pelo. Me muerdo el labio y Alessa sonríe, sus ojos brillan reflejando la luna. Me inclino y empiezo a besarla. Poco a poco subimos el ritmo y su lengua se apodera de mi boca completamente. Juega conmigo hasta hacerme sentir que no existe nada más en este mundo.

-¡Ey! ¡Aquí no se puede estar!

Le revuelvo el pelo y ella me agarra de la cintura. Hago fuerza y damos una vuelta. Acabo sobre ella pero no interrumpimos el beso. Sabe a alcohol, pero aun así tiene algo que la vuelve adictiva. Huele a su champú y a Alessa, deberían patentar este olor. No, mejor no. Es solo mío.

De repente todo pasa muy rápido. Algo me agarra del antebrazo y me levanta bruscamente mientras me grita algo. Alessa se levanta y le da un rodillazo en la entrepierna, rápidamente su codo se estrella en su cara y seguido un rodillazo hace que se caiga hacia atrás.

Cuando cae al suelo nos damos cuenta de que es un policía que venía a echarnos de la zona. Esta tumbado boca arriba y se retuerce en la arena mientras se agarra la entrepierna. Tiene el labio partido y le cae sangre por la nariz.

-¡Eh! ¡Alto ahí!- Nos grita su compañero que se acerca corriendo.

-Mierda. Vamos.- Me dice agarrándome y corriendo. Es algo serio, se que lo es pero no puedo parar de reír y Alessa tampoco. Las risotadas delatan nuestro escondite varias veces hasta que llegamos al hotel y lo despistamos jugando con los ascensores.

-Qué raro. ¿Tus súper-sentidos han fallado?

-Estaban demasiado concentrados en ti.- Dice encogiéndose de hombros.

-¿Es que mi falda te desconcentra?

-Desde ese baile tuyo de antes no puedo pensar en nada más.

Me agarra de la cadera y yo salto y le rodeo la cintura. Ella ni se inmuta. En serio, adoro su fuerza. Me coloca contra el cristal y hace fuerza para mantenerme ahí mientras me besa. Cuando me quita la ropa descubre el gran secreto que ocultaba debajo, ropa interior de bolitas de chocolate.

-Un tanga de chocolate...- Cuando me mira casi siento el orgasmo.

Me tumba en el suelo y juega con mis pechos, cuando me doy cuenta mis manos están atadas a la pata del sofá con unas esposas. ¿Cuándo y de donde las ha sacado?

Eso deja de ser importante para mí cuando ella empieza a probar el chocolate. Su lengua busca hasta devorar el último trozo de chocolate y para ello busca ávidamente en mi zona más sensible. Adora cuando gimo y digo su nombre, lo sé por cómo me muerde cariñosamente.

No pasa mucho tiempo hasta que el calor se empieza a arremolinar en mi interior y llego al orgasmo. Alessa no me da tregua y me hace sentir tres en total. Acabo completamente agotada.

-No quiero dormir...- Le digo cuando noto las suaves sabanas y su calor rodearme.

-Cielo, estas agotada.

-Pero solo nos queda un día...

-Voy a vivir junto a ti toda mi vida, no vamos a pasar ni una noche separadas. No te preocupes. A demás, podemos hacer viajes en navidades, semana santa y no te digo nada del verano...

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.

Al día siguiente

-¿Sabes? Quiero pero no quiero que comiencen las clases.- Digo mientras como el desayuno que nos han subido.

-A mi no me importa que empiecen. Bueno si. Van a ponerme en tu clase y junto a ti en todas las materias sino... La cosa se pondrá fea.

Me tumbo en su pecho y le acaricio el hombro.

-Me encanta cuando me haces sentir así.

-¿Así?

-Sí. No sé. Amada, protegida. Siento que soy una mujer bien amada.

-Con todo ese pelo revuelto, ese brillo en los ojos y esa sonrisa adorable parece que si eres una mujer bien amada.- Sonrió.- Y que te han echado un buen polvo.

¡Ámame Como Yo Te Amo! ¡3! - ¡Chica Mala Vs. Niña Buena!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora