21. ¡Ella es mía!

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Entonces me doy cuenta de que los más cercanos a nosotros miran la mano de Alessa y mía que siguen juntas y más importante. ¡Los anillos se ven mogollón! Empiezo a oír los primeros rumores. Miro a Vero.

-¿Lo has hecho quer...?- Ella esta riéndose antes de que acabe la frase. Si. Lo ha hecho queriendo. ¡Maldita!


A la hora de comer

Alessa y yo hemos tenido clases separadas, en total han sido dos horas y media pero a mí me han parecido días enteros. Hemos quedado en la cafetería porque está en el medio y así ninguna hace recorrido de más. En clase la gente no hacía más que mirarme, lo cual ha hecho que me cueste concentrarme. Al final no lo he conseguido y me he pasado las horas pensando en que podría estar haciendo ella. ¡Quiero verla ya!

Camino rápido hacia la cafetería, no he dejado los libros en clase para poder venir rápido. Cuando me acerco veo un cumulo de gente. Bueno, yo solo quiero estar con Alessa. Entonces todos giran la cabeza radicalmente y me miran fijamente. Me acerco temerosa y mirando al suelo. ¿Por qué me miran? ¿Qué ocurre? ¿Por qué están todos en la maldita puerta de la cafetería? ¿Dónde está Alessa?

A medida que me acerco me pongo más nerviosa. ¿Qué les pasa? ¿Por qué no dejan de mirarme? Algunos me miran mal, otros me miran de arriba abajo con asco. Quiero correr, no quiero estar aquí. Pero Alessa y yo hemos quedado aquí. Solo tienes que entrar Sara, solo tienes que entrar.

Nada más abrir la puerta la veo, está apoyada en la primera columna, esperándome. Tiene a su alrededor un par de chicos y varias chicas. Hay más chicas que chicos. Noto como los celos me devoran. ¡Ella es mía! ¡Alejaros! No me doy cuenta de que estoy quieta hasta que Alessa levanta la vista y sonríe. Rápidamente se pone delante de mí y me garra de la cintura para levantarme y dar una vuelta.

-Te he echado de menos.- Dice y me da un pequeño beso en los labios. Yo sigo intentando procesar todo.- Creo que te he dibujado en todas las hojas de mi cuaderno... Tengo que comprar uno nuevo.

Pasa su brazo sobre mis hombros y sonríe. Le sonrió de vuelta. La cafetería entera nos mira, incluso la señora que reparte la comida nos mira fijamente a medida que pasamos.

-¿Por qué había tanta gente contigo? ¿Qué te decían?

-Bobadas. Apenas les he hecho caso.

-¿Pero qué clase de bobadas?

-Bobadas que si me vuelven a decir les romperé la mandíbula.

-... Aun así quiero saberlo.

-Pequeña, no quiero que te siente mal.

-Lo sé, pero si no me lo dices no podre evitar comerme la cabeza.

Alessa suspira.

-Está bien. Me preguntaban a ver qué hacia contigo y bueno... Se me declaraban en fila...

¡Malditos! ¡Malditos! Una furia celosa se extiende por mi cuerpo, y me quema en los ojos.

-Pequeña... Sabía que no tenía que decírtelo.- Dice juntando mi cara a su pecho para que nadie vea mis sueltas lagrimas. Sabe que odio que me vean llorar.

-No... Quería saberlo. Sé que eres hermosa, de verdad. Pero ya llevas un tiempo conmigo, ¿Por qué no pueden dejarte en paz?

-Quizás porque no saben la noticia más importante.

Levanto la vista. ¡Claro! ¡Eso les haría darse cuenta de que es mía!

-A ti... Te importa que... Bueno. ¿Que se haga público?- Digo temerosa de su respuesta.

¡Ámame Como Yo Te Amo! ¡3! - ¡Chica Mala Vs. Niña Buena!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora