24. Una princesa debe llevar corona

3.7K 229 26
                                    

El profesor carraspea me sobresalto. Nos mira un par de segundos y después sigue a lo suyo.

- No me gusta este profesor.- Decimos las dos al mismo tiempo. Sonreímos con complicidad y yo me acerco rápido a ella para darle un piquito.

- Señoritas Sneider, de verdad estoy feliz por su reciente matrimonio pero me temo que si no dejan sus muestras de cariño para otro momento me veré obligado a cambiarlas de sitio.

Miro a Alessa avergonzada, pero ella no me mira a mí sino al profesor. Lo mira fijamente y aunque su boca tiene una sonrisa, sus ojos son desafiantes. Miro de nuevo al profesor que rápidamente deja de hacer contacto visual con Alessa al darse cuenta. Se gira y sigue escribiendo en la pizarra. Su mano tiembla un poco.

-Disculpe profesor, usted también da clase de lingüística. ¿Verdad?- Dice Alessa. El profesor se sobresalta un poco cuando la oye. Es difícil notarlo.

-Así es.- Dice orgullosamente girándose para mirarla fijamente de nuevo.

-Entonces se habrá dado cuenta de su error. Nuestro apellido no es Sneider sino Snaida.

El profesor no duda en mirar la lista de nombres para verificarlo. Oigo como algunos ríen por lo bajo.

-Si esta tan atenta a lo que digo, estoy seguro de que habrá entendido el ejercicio perfectamente así que explíquelo.- Dice rudamente.

Mi corazón palpita frenético. La e distraído, no ha podido escuchar nada de lo que el profesor ha dicho. Se me atasca el aire cuando Alessa abre la boca y empieza a explicar. ¿Qué demonios...? ¡¿Cómo ha podido escucharlo?!

- Bueno.- Dice el profesor mientras mira descaradamente mal a Alessa. Carol escucha por favor, voy a repetirl...

- No, no. No hace falta.- Dice Carol apuntándolo rápido en el cuaderno.

- ¿Qué?- Dice el profesor mirándola fijamente. Carol se acobarda ante su mirada.

- E-Es que ya entendí con la explicación de Alessa.- Dice ella tímidamente.

Oigo como la clase ríe por lo bajo y el profesor nos echa una mirada antes de seguir dando clase. No puedo evitar sonreír cuando está de espaldas. Nunca me ha caído bien este profesor.


Al final de las clases, en el coche

Estoy acariciándole el cuello y el hombro con los labios (y haciendo que cada vez tenga menos control de sí misma), cuando veo como lleva el coche por un camino distinto al de siempre.

-¿Hmm? ¿No vamos a casa?

-No, hoy es un día especial.- Dice parando en Picolinny's. Este restaurante ha abierto hace solo una par de meses pero ha cogido una fama increíble.

-¿Picolinny's? Aquí no se puede venir sin reserva.- Digo extrañada. A veces hay que pedir reserva de varios meses.

-Nosotras podemos venir siempre que queramos.- Dice guiñándome un ojo.

-¿Y eso? En serio, ¿cuántos contactos tienes?

Ella sonríe y pone su brazo sobre mi hombro mientras nos saltamos la cola de la entrada. Nos llevan hasta una preciosa mesa con velas y junto a una fuente con pétalos de rosa en el agua.

-Guau...

-¿Te gusta?

-Es increíble, es uno de esos sitios que solo ves una vez en la vida.

-Bueno, no es nuestro caso.- Dice sirviéndome vino en la copa.

-Guau, ¿que celebramos?

-Dos cosas.- Dice levantando dos dedos.- La primera es la celebración de lo bien que le va el negocio a Nino. Y se relaciona con la segunda porque ya no hay familias.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿A ocurrido algo?- Digo preocupada. Ella sonríe.

-No ha pasado nada malo, de hecho es algo bueno. Veras, cuando los científicos "murieron", por decirlo de alguna manera, muchos querían ver mundo así que les ayudamos a incorporarse a la sociedad.

Asiento.

-Uno de ellos, Nino, quien por cierto tiene dos preciosas gemelas y un hijo con un pelo rojo, como el fuego.- Levanta las cejas.-En serio. Nunca había visto un rojo tan fuerte.- Rio un poco por su cara.

- Bueno.- Dice sonriendo.-La cosa es que Nino es el fundador de Picolinny's y todos los trabajadores de aquí son colegas de la familia.

Prácticamente recojo mi mandíbula del suelo. ¡¿QUE?!

-Espera. Me estás diciendo que el dueño del restaurante más famoso es...

-Exacto. - Alessa sonríe por mi reacción mientras bebe de su copa. - Y por eso no tenemos que reservar nunca, llamamos unas horas antes y nos la reservan.

Tardo varios minutos en asimilarlo. Mi mente no puede procesar ni pensar nada que no sea "Guau" o "no es real".

-¿Y cuál es la otra noticia?

-Que como no tengo familia, no tengo trabajo y eso se traduce en más tiempo para ti.- Dice sonriéndome.

Estalló en risas de repente.

-¿Qué ocurre? - Dice Alessa extrañada.

-Es que hablas del trabajo y de que ahora no tienes nada que hacer, solo tiempo libre y yo estoy agobiada con los exámenes. Es que es muy tu hacer estas cosas.- Digo entre risas y agarrándome el estomago. Alessa empieza a reír también.

-Vaya. Disfrutando de la noche espero.

Giro la cabeza para descubrir a un hombre de mi misma edad y muy bien vestido sonriéndonos. Me impresionan sus ojos azules como el mar, que contrastan con su pelo negro como el carbón.

-Sara, te presento a Nino. Nino, esta es Sara.- Dice Alessa mientras Nino me da la mano.

-Encantado de conocerte al fin.- Me dice.- Espero que disfrutéis de la estancia. Oh. Confió en que Alessa te haya dicho que en el tema de reservas tenéis preferencia.

-Sí, me lo ha dicho. No sé como demostrarte mi gratitud.

-Oh, por favor. No es nada.

En ese momento un par de niñas de unos seis años, con el pelo negro y los ojos claros como su padre se acercan. Entre ellas hay un niño menor con los ojos muy verdes y el pelo más rojo que jamás haya visto. Detrás de ellos aparece una mujer hermosa de pelo castaño y ojos verdes.

-Justo a tiempo.- Dice Nino agarrándola de la cintura.- Esta es Karen, mi esposa.

-Encantada.- Dice tendiéndome la mano.- Sara de verdad deseaba conocerte, todos en la familia hablaban de ti. Oh, ¡y el día de tu boda estabas preciosa!

-Mami, mami. ¿Esta es la princesa? - Le dice una pequeña a su madre.

-Estas son Clara y Melanie. El pequeñín es Marco. Clara piensa que una mujer que llevaba un vestido así el día de su boda es indudablemente una princesa.- Nos explica Nino.

Antes de que pueda responder la otra gemela, Melanie, abraza los pies de Alessa. Ella ríe un poco antes de agacharse y acariciarle la cabeza.

-¿Puedo conocer a tu princesa?- Le dice al oído, pero demasiado alto. Alessa sonríe.

-Por supuesto, pero ¿sabes cuál es el código de las princesas verdad?- La niña niega.- Es muy fácil, tienes que presentarte mientras te inclinas como una princesa.

Rio un poco. Cojo mi vestido y lo levanto un poco mientras me inclino como una princesa.

-Soy Sara.- Le digo a la pequeña. Ella hace lo mismo que yo y mira a Alessa. Alessa le levanta el pulgar y asiente.

-Yo soy Melanie. Esta es mi hermana Clara y este mi hermanito Marco. Es muy pequeñito pero es muy majo.- Me explica.

-Tu corona, princesa.- Me dice Karen colocándome una pequeña corona. Es más pesada de lo normal. Espera... ¡Es de verdad!-Es nuestro regalo de bodas.- Me susurra al oído.

¡Ámame Como Yo Te Amo! ¡3! - ¡Chica Mala Vs. Niña Buena!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora