019.

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Moonbin


—¿No irás por pizza con nosotros? —me preguntó Eunwoo, que tecleaba algo en su celular mientras íbamos de paso por uno de los tantos pasillos de la universidad.

—Esta vez no, tengo deberes importantes que atender. —respondí, con una sonrisa, quizás más radiante que de costumbre. No pude evitarlo.

—Nadie sonríe así cuando tiene que hacer deberes. ¿Estás loco o eres otro Moonbin? —rió él, que me miraba de una manera graciosa.

—Es que... no son deberes, mentí —hice un pausa—. Debo ir a ver a alguien.

—Uh, ¿y eso?, ¡Tienes una chica!

—No es mí chica, solo la ayudaré con un trabajo. —suspiré, tratando de sentirme conforme con eso, viendo todo el tiempo que ha pasado desde que no comparto a solas con Yoojung pasando fugazmente por mi cabeza.

—¿Es la chica especial?, como es que se me olvidó... ella es lo único que tienes en la cabeza últimamente. —movió sus cejas de arriba hacia abajo.

—¿Últimamente?, de hecho siempre, no sólo ahora. —respondí, siendo sincero.

—Me gustaría pensar en una chica tanto como lo haces tú, pero aún no caigo en el amor. —me sonrió y guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón.

¿Caer en el amor?, decidí no responderle a eso, porque me fue de improvisto la respuesta que me había dado.

Me despedí de Eunwoo en la salida de la  universidad y decidí tomar un taxi hasta la escuela donde Iseul y Yoojung estudiaban. Mientras miraba por la ventana, comencé a palmear levemente mis rodillas, teniendo una sonrisa formada en mis labios que al parecer no tenía intenciones de borrarse de mi rostro.

Me bajé cuando llegué frente al recinto escolar. Y esperé a que los alumnos empezaran a salir de clases para poder encontrarme con Yoojung.

Miré la punta de mis zapatos, con mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón, tratando de ocultar aunque sea un poco de la felicidad que sentía en esos momentos, no quería verme tan emocionado, pero presentía que mi rostro hablaba por sí solo y eso me avergonzaba.

Vi como de pronto la salida de los alumnos era como una marea de personas, muchos se iban en grupos o simplemente salían alegres por el término de clase.

Esperaba que Iseul viniese a un lado de Yoojung, pero en vez de ella venía Sanha, platicando muy feliz de algo que no tenía idea, además de que le ayudaba con el material del proyecto que era bastante.

Mi sonrisa se iba esfumando cada que ellos se aproximaban hasta donde yo estaba. Vamos... no puede ser que ese chico cambie mi estado emocional con tanta rapidez.

—Hola. —me saludó ella, con un gran sonrisa—, traje todos los materiales para el proyecto.

Hey, eso es bueno, espero no se te haya olvidado nada. —le respondí, esbozándole una sonrisa también, la cual se borró cuando miré a Sanha—. Dame eso, yo las cargaré. —tomé las bolsas que él traía en la mano y este accedió, dándomelas.

—Te llamo luego, cuídate. —dijo Sanha, quien estaba a punto de besar a Yoojung en la frente, pero yo lo impedí, tomándola de la mano.

Soy un pedazo de idiota enorme, pero mis acciones aparecen por sí solas, es algo que no puedo controlar.

—¡Se nos hará tarde, vamos! —hablé apresurado, caminando a un rápido paso sin soltar la mano de ella. Vi que a lo lejos Sanha agitaba su mano en forma de despido, pero continué a mi ritmo, hasta que doblamos en la esquina de una de las calles.

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