CAPÍTULO VIII

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Abrí los ojos al ser zarandeada sin algún tipo de sutileza, Neithan me miraba desde arriba.

-Te has dormido - dijo y yo parpadé, no me había dado cuenta.

-¿Cuándo tiempo? - pregunte acomodando mi espalda en la roca.

-Casi un día completo - contestó y yo parpadé anonadada.

-¿Bromeas? - pregunté viéndolo con seriedad.

-¿Por qué tendría que? - preguntó alzando una ceja.

-No lo sé - contesté bajando la vista.

-Has hecho enojar ha Andrea - agregó y lo volteé a ver.

-¿Yo?... ¿por qué? - pregunté asustada.

-Dijo que estaba hablando contigo y te dormiste - dijo mientras se encogía de hombros.

-¿Se llama Andrea? - pregunté al recordar a la chica alta.

-Si - contestó y volteo a ver todo a sus alrededor - es hora de irnos - agregó.

-¿A dónde? - pregunté poniéndome de pie, sacudí mi falda con rapidez.

-A otro lugar - contestó y comenzó a caminar, miré hacia atrás, él chico fornido de cabello castaño casi rojizo les decía algo al grupo, no intente siquiera escuchar lo que decía y fui detrás de Neithan.

Él chico caminaba a paso rápido por lo cual tuve que correr un poco para alcanzarlo.

-¿A qué lugar exactamente? - pregunté viéndolo con firmeza, él me miró y sonrió.

-No conoces el lugar - contestó, pasamos junto al lago que reflejaba la luz solar.

-Aun así quiero saber el nombre del lugar - aseguré alzando la barbilla.

-A las afueras de Mirlan - contestó sonriendo.

-Es un nombre raro - dije pensativa, él rió y yo lo mire.

-Es un lugar bonito - aseguró.

-Bueno... - dije por lo bajo.

-Ya veras... te gustará - agregó.

Comenzamos a adentrarnos en el bosque, un escalofrío recorrió mi espalda, por el rabillo del ojo pude ver a Neithan mirarme.

-¿Esta todo bien? - preguntó, no sabia exactamente si lo  había notado.

-Si - dije con seguridad aunque realmente estaba más nerviosa que nunca.

Entrelacé las manos en mi espalda y las comencé a retorcer, deje que él me llevará unos cuantos pasos por delante.

Mi vista viajaba de un lugar a otro intentando captar cada movimiento y sonido del lugar, pero fue un tanto imposible ya que las hojas crujían bajo los pies de todos y me confundían.

-¿Enserio te encuentras bien? - pregunto Neithan mirándome, lo observe un momento y asentí.

-Si - conteste.

-No parece - agregó él y entrecerró los ojos, bajo la velocidad dejando que lo alcanzará y seguimos a la par.

-En verdad lo estoy - dije sin mirarlo realmente, mi mente viajaba justo al momento en que me había echado a correr al asustarme.

-Bueno... - dijo.

Una capa de niebla comenzó a cubrir mis pies y los de el chico, mis nervios se pusieron de punta, mis dedos se retorciendo con mucha más fuerza.

-Tranquilizante ¿si? - dijo Neithan al captar mi nerviosismo, mire a un lado y al otro mientras avanzaba.

-Estoy tranquila - mentí, no solía hacerlo mucho pero odiaba que me vieran como débil, y eso era lo único que me ganaría al aceptar que tenia miedo.

Seguimos avanzando y a cada paso la niebla se hacía más densa y cubría más parte del camino, mire hacia abajo y ya no podía ver de mis rodillas hacia abajo.

-Hey respira ondo - me dijo Neithan y volteé a verlo frunciendo el ceño.

-¿Por qué? - pregunté un tanto confundida.

-Estas muy tensa - observó él, negué con la cabeza sin mirarlo - claro que si - dijo entre risas.

-No lo estoy - dije sin mirarlo aun, las copas de los árboles se movieron de una forma muy agresiva que tuve que agacharme.

No lo pude evitar y di un grito, aquello no era normal, el viento se volvió demasiado agresivo y algunas ramas caían, me moví a gatas hasta quedar junto a un grueso tronco, recargue mi espalda y abrace mis rodillas, ya no podía más...

Mi cabello se movía con fuerza por la brutalidad del viento, a mi alrededor solo escuchaba ramas golpeándose entre si, el chirrido del viento y gritos... todos debían de estar igual de asustados que yo.

Cerré los ojos y recargue mi frente en mis rodillas, sin poder contenerme comencé a sollozar, quería volver a casa ahora mismo... ¡volver a mi vida normal!...

-¡Eli! - me llamó alguien, alcé levemente la cabeza y allí estaba Neithan en cuclillas frente a mi.

-¡Detén esto! - pedí entre sollozos, las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas cuando él puso ambas manos sobre ellas.

-¡Todo estará bien! - aseguró.

-¡QUIERO QUE PARE! - grite sin pensarlo, el se inclino hacia mi quedando a unos pocos centímetros de distancia.

-Cierra los ojos - dijo y yo negué al instante, no quería hacerlo - confía en mi - agregó y algo se retorció en mi interior.

-No te conozco - dije en un murmuró que era cubierto por el sonido del viento.

-Solo hazlo - dijo y asentí, realmente no sabia porque accedí tan solo lo hice - respira ondo - agregó y lo hice un par de veces.

Comencé a relajarme lentamente con cada inhalación y exhalación, el sonido perdió volumen a mi alrededor y la inquietud y miedo perdieron fuerza en mi.

La nube negra que se había formado en mis pensamientos se deshizo haciendo que la tormenta amainara hasta perder su furia letal, se había convertido tan solo en una pequeña llovizna...

Herederos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora