CAPÍTULO XXXVIII

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JACKSON...

No sabia el momento exacto en el que me había dormido pero me había despertado un quejido, parpadee un par de veces antes de ver a Elena, se volvió a quejar y esta vez sonreí y la abrace, ella se quejo con más fuerza y la aparte un poco.

-¿Estas loca? - pregunté llorando de alegría - me asustaste -

-Perdón - dijo en medio de otro quejido, sonreí de nuevo y ella intento hacer lo mismo.

-¡No lo vuelvas a hacer! - demande y ella se rió un poco, se agarro la panza y se volvió a quejar - ¿qué te duele? -

-Todo - contestó y yo sólo fruncí el ceño - es un dolor interno - contestó a la pregunta jamás realizada.

-¿Qué fue lo que hiciste? - pregunté, ella se sentó con dificultad.

-Sobrecargue mi mente - contesto.

-¡Pudiste morir! - dije asustado.

-Tenia que hacerlo... no podía seguir así - dijo volteando a ver el suelo.

-Lo que importa es que sigues aquí - dije y la abrace.

La escuche reír y yo sonreí.

ELENA

Lo aparte de mi con cuidado, si Jack había pensado que había muerto entonces los demás también, me levante con cuidado sintiendo que mis piernas se doblarían.

La mayoría dormía aunque el sol ya estuviera asomándose, Neithan me observó pasmado, sonreí y después él corrió para abrazarme con fuerza.

-¡¡ESTAS VIVA!! - grito en el transcurso.

-Si - dije mientras el me sostenía en brazos, me meció de un lado a otro mientras mis pies colgaban - me puedes bajar -

-Perdón - dijo y me bajo, lo observe sonriendo a pesar del dolor interno que sentía.

-¿Dónde esta Alisa? - pregunté y al instante su rostro se puso serio.

-Casi te mata - dijo, observe alrededor ya casi todos estaban despiertos y me miraban atónitos.

-Ella solo hizo lo que le pedí - dije y él me observó con los ojos entrecerrados.

-Pero casi mueres - agrego.

-Lo se... - dije y la busque con la mirada, ella estaba sentada en el mismo lugar en donde habíamos estado.

Sin pensarlo dos veces corrí hasta donde estaba y me arrodille a su lado, ella me observó asombrada y con ojos cansados.

-Gracias - dije y ella negó.

-Casi mueres - dijo comenzando a sollozar.

-Yo sabía eso desde un principio - dije y seque sus lágrimas, ella me abrazo con fuerza y sentí como se estremeció en mis brazos.

-Hora de irnos - dijo Jackson, me aparte de Alisa y me puse de pie con una sonrisa, le extendí la mano y ella la tomo para levantarse.

Emily me abrazo contenta, me imagine que ella no se había dado cuenta de nada, me agache y la abrace.

Reanudamos la caminata como antes pero esta vez me sentía diferente... más completa, ahora podía recordar toda mi vida que realmente era una historia bastante larga.

Después de como unas dos horas de caminata salimos a un valle hermoso, lo reconocí al instante era de mi familia... al fin había vuelto a casa.

Sonreí y voltee a ver a Neithan, él se encogió de hombros y sonrió, di un paso al frente y al instante me detuve.

A unos diez metros apareció Artemius con una sonrisa pícara, baje a Emily y la hice hacia atrás, de un momento a otro mi mirada se poso en el chico que llevaba tomado del cuello, lo estaba amenazando con cortarle la garganta.

Parpadé un par de veces para aclarar mi vista... y allí lo vi... con su cabello castaño hecho un desastre como siempre, era algo tan característico de él como sus ojos alargados y pestañas tupidas, me estremecí, debía controlarme y no dejar que vieran lo nerviosa que me ponía, claro que me ponía nerviosa, y aun más que eso... me alarmaba.

La hoja afilada de la daga rozaba su piel bronceada, estaba tan cercas de la yugular que un movimiento en falso y él moriría, y junto con él mi corazón de por vida.

Pase mi peso de un pie a otro con disimulo mientras miraba sus ojos, eran de un hermoso café claro, unos los cuales adoraba y había llegado a ver de cercas, y ahora estaban a bastantes kilómetros de distancia.

"un paso en falso y todo termina" me dije y era cierto más de lo que realmente quisiera.

Me límite a plantarme con determinación fingiendo estar relajada, una de mis manos se desplazó hasta mi cintura, justo donde colgaba una daga dorada con incrustaciones de piedras rojas, rojas y brillantes como lo era la sangre en las venas justo antes de salir al exterior, la sujete con fuerza que sentí cada gema clavarse en mi palma, quería echarme a correr hacia él y abrazarlo con fuerza... pero no podía y más que eso no debía, pero mi corazón siempre iba contra la ley...

Herederos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora