Herederos (Borrador)

CAPÍTULO XXV

Era extraña aquella sensación en mi cuerpo, sabia que algo andaba mal pero no sabia que con exactitud, Jonathan caminaba con total tranquilidad mientras me sujetaba con una mano, su contacto era cálido y no molestaba en lo absoluto, baje la mirada viendo como mis botas pisoteaban las hojas secas.

Suspire y voltee hacia atrás, Ahron hablaba con Andrea y Neithan mientras agachaba la cabeza y negaba, volví a mirar al frente quitando el brazo de Jonathan de mis hombros, lo vi de reojo como me miró confundido pero sin embargo no lo mire, me cruce de brazos y lo seguí a la par.

La imagen de aquella chica cayendo al suelo se reproducía una y otra y otra vez, negué y voltee a ver el cielo, la mayor parte estaba cubierta por frondosas copas de árboles pero aun así lograba ver en ratos su azul infinito, lo adoraba y me fascinaba.

-¿En qué piensas? - me pregunto Jonathan, no lo voltee a ver ni nada.

-No importa en lo que piense Jonathan - conteste volteando al frente.

-A mi me importa - contesto y lo voltee a ver.

-No debería de... - mire adelante hacia donde estaba Keith y el chico fornido que había visto salir junto con Jonathan del bosque.

-Me importas - dijo y lo voltee a ver con el ceño fruncido.

-¿A qué te refieres? - pregunte, él se encogió de hombros y volteo al frente.

Baje la cabeza y una imagen fugaz cruzó tras mis párpados haciendo que retrocederá un paso y cerrará los ojos con fuerza mientras apretaba los puños.

-¿Te encuentras bien?... - escuche la voz de Jonathan, era un tanto lejana pero asentí, abrí los ojos y lo vi frente a mi preocupado.

-Estoy bien - dije en voz apenas audible, voltee hacia atrás y todos se habían detenido y me miraban, baje la cabeza y comencé a caminar avergonzada.

-¡Hey!... - dijo Jonathan alcanzándome - cuéntame que fue lo que paso... - pidió y yo negué.

Ni siquiera yo lo sabia, algo se sentía atorado en mi garganta y pase saliva, camine más aprisa intentando disminuir el espacio entre Keith y yo ya que ella no había parado.

Me puse a correr sin siquiera haberlo pensado realmente, tan solo me veía corriendo sin poder detenerme y la verdad era que no quería hacerlo, se sentía tan bien...

-¡ELI!... - escuche gritar a alguien, era la voz de Jonathan, voltee hacia atrás pero sin embargo no lo vi y me voltee hacia enfrente.

Sentía tan bien el viento golpeando mi rostro que sonreí, en parte me sentía como si fuera una niña pequeña experimentando con un nuevo juego, algo fugaz atravesó mis pensamientos... era Jonathan con una mirada azul electrisante y una sonrisa maliciosa, no se veía como lo hacía ahora sino que trasmitía cierto temor a mis venas, su mirada era amenazante y su sonrisa pícara como si nada importará.

Seguí corriendo y mientras lo hacía las imágenes corrían de igual manera por mi cabeza, no sabia de donde provenían solo que contenían cierto misterio en ellas y al mismo tiempo me contaban una historia, no era una demasiado bonita ya que en ratos aparecían unas sangrientas, me detuve en seco al verme a mi misma con una espada llena de sangre y mi cabello esparcido teñido de rojo, parpadee un par de veces intentando alejar esa imagen pero esta se aferró a mi, en aquella imagen yo respiraba entrecortadamente, alce la cabeza moviéndola de lado a lado para que mis cabellos se apartará y sonreí con malicia, aquello no fue lo que me atemorizó, sino el color escarlata que brillaba en mis ojos.

-¡ELI!... - dijo Jonathan, voltee y lo vi mirándome aterrado, no comprendía el porque exactamente.

-¿Por qué estoy aquí?... - pregunté.

-Tu saliste corriendo - contesto dando un paso hacia mi, uno el cual yo retrocedí.

-Sabes que no me refiero a eso - dije ladeando la cabeza, él me miró confundido y después abrió los ojos de par en par.

-Mira esto no... -

-¡CALLATE!... - lo interrumpí y él me miró confundido.

-Dejame hablar... - pidió y yo negué.

-No importa lo que quieras decir... - baje la mirada sintiendo las lágrimas cercas - es verdad lo que dijo esa chica ¿no? - lo volví a mirar y él cerro la boca de golpe.

-No - contestó finalmente después de un largo silencio - no lo es porque no somos lo que ella pensaba - agrego.

-Entonces... ¿qué somos? - pregunté, él me miró un momento sin decir nada y después negó.

-No sabría como explicártelo - contestó, lo mire un segundo y después me gire, camine un poco y él me tomo del brazo.

-No te vallas - me pidió, lo voltee a ver con las lágrimas en los ojos.

-No comprendo nada de esto - dije y baje la mirada, él tomo mi barbilla y me hizo verlo a los ojos.

-Todo estará bien - aseguró, se acerco a mi y beso mi frente, cerré los ojos sintiendo lo suaves que eran sus labios y deje que los míos se entreabrieran.

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