CAPÍTULO XVII

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Parpadee un par de veces incrédula, no sabia de donde había salido aquella escena que removió mi corazón.

-¿Sabes quién soy?... - me volvió a preguntar Neithan, lo mire un segundo más y asentí.

-Neithan Brockman - conteste y pude apreciar un brillo de alegría en sus ojos azules.

-¿Recuerdas como nos conocimos?... - me preguntó con entusiasmo, asentí aunque no estaba muy segura de que aquella escena fuera cierta.

-Acababa de terminar la guerra... y estabas junto con Andrea y Keith bajo un árbol... y lloraban - conteste y él me abrazo con fuerza, me sentí congelada sin saber que hacer, tan solo podía mirar al frente.

-Has vuelto - dijo mirándome directo a los ojos - al fin... - pude apreciar como sus ojos comenzaban a inundarse.

-No entiendo nada - dije muy seria mientras buscaba alguna respuesta en sus ojos.

-No te preocupes - dijo tomando mis manos entre las suyas - con el tiempo recordarás todo - agrego alzando la vista y sonriendo de una manera muy tierna.

-Esto es bastante nostálgico - dijo Keith, la volteé a ver solo para ver como giraba sobre sus talones y se marchaba.

-Me alegra que comiences a recordar - dijo Andrea poniéndose en cuclillas junto a su hermano.

-Esto es... - me sentí tan extrañamente rara, me puse de pie - una locura - agite la mano frente a ellos.

Gire sobre mis talones y comencé a caminar, podía sentir la vista de todos clavadas en mi espalda pero no me importo, camine hacia donde supuse deberían estar Artemisa y Camil.

Cuando me reuní con ellas ambas me miraron con expresiones extrañas, como si vieran algo irreal.

-¿Qué pasa? - les pregunte.

-Tu cabello es más claro... - contestó Camil medio trabada.

Tome un mechón de mi cabello que caía por mis hombros, lo mire con atención y era verdad... tenia un tono dorado en pedazos y en otros seguía siendo oscuro.

-¿Qué es lo que te esta sucediendo? - pregunto Artemisa, negué sin saber que responder, yo estaba igual de confundida que ella sino era que más...

Estando allí de pie me abordo un sentimiento de miedo y terror pero... no me pertenecía a mi porque ya estaba tranquila... en parte, mire a mi alrededor y note como algunos me miraban con raras expresiones en sus rostros, atentos a cualquier movimiento mio.

"No te muevas" me susurró una voz en mi cabeza, era algo chillona y agena, volteé hacia otro lado.

"¡Me esta mirando!" dijo una voz frenética, era de un chico.

Me sentí mareada y mis piernas se hicieron débiles, casi las imagine como si fueran espaguetis, caí al suelo y el golpe me sumió en las tinieblas...

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AÑOS ATRÁS...

Neithan me miró desde el sofá, podía sentir la angustia que emitía al estar los cuatro allí solos.

-¿Por qué no comes de tu helado? - pregunté, él bajo la vista hacia el plato con helado napolitano que se encontraba en la mesita de centro.

-No tengo ganas - dijo sin mirarme, busque su mirada con la mía.

-No debes temerme - dije y él alzó la vista, me recordaba en parte a mi cuando era una niña, y de vivir con Anabel fui a parar con Ángela.

-No te tengo miedo - dijo y sentí en su voz un pequeño temblor, mentía y yo sabía que era para darle más seguridad a sus hermanas.

-Te creo - mentí y mostré una sonrisa - me pareces bastante valiente para tu edad - agregue.

-Mi padre lo era - contestó con firmeza.

-¿Enserio?... - pregunté y él asintió.

-Era el capitán del escuadrón tres - agregó - y los mandaron al frente contra los de Arturo - finalizó y observe como sus ojos azules se inundaban.

-Mi padre pertenecía a la nobleza - confesé y me senté muy recta, era algo que no solía decir con frecuencia.

-¿Te refieres a un Rey?... - preguntó sorprendido, asentí y observe el cristal de la mesita, era un círculo oscuro y en los bordes tenia pequeños relieves.

-Le encantaba ir a la guerra - agregue y lo volteé a ver - decía que él debió de ser un fuerte guerrero en su vida pasada -

-¿Y cómo es que terminaste aquí sola? - me preguntó con curiosidad.

-Bueno... un día entraron al castillo y asesinaron a mis padres y a dos de mis hermanas... yo tuve que huir - confesé - y ya no he querido volver - agregue.

-Te deben estar buscando - dijo y yo negué.

-Fingí morir - confesé y me puse de pie, aquello simplemente me daba ansiedad.

-¿No extrañas tu hogar? - me preguntó Andrea, la volteé a ver.

-Demasiado - confesé y sonreí, me volví a sentar frente a ellos - pero aquello es pasado - agregue con entusiasmo.

Neithan me sonrió y tomo el plato de helado, comenzó a comer sin apartar la mirada de mi.

Mi mente viajo a otro lugar, uno en el que yo era una pequeña niña de cinco años de edad, miraba la hermosa colina verde mientras Anabel tomaba mi mano, se agachó y me susurro al oído.

"Ves todo esto" movió su mano de un lado a otro abarcando la colina, asentí y la volteé a ver "es tuyo" agrego, no podía parar de mirar sus ojos verdes tan brillantes y relucientes de alegría, sonreí y la abrace con fuerza.


Herederos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora