CAPÍTULO XLII

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La piedra Cliptromata me intrigaba y al mismo tiempo me daba escalofríos, debía encontrarla antes de que alguien la usara en contra de todos, tenia en mente a unos cuantos adversarios que querrían usarla pero no sabia si realmente podrían tenerla.

Parpadee y volví a mirar el reloj que estaba en el buró... 5:25 am, gruñí... todo el asunto de la piedra robada no me dejaba dormir.

Me senté y observe la puerta, ya casi se levantarían los demás y yo no había podido conciliar ni una hora de sueño, talle mis ojos y me levante para ir a darme un baño.

Salí sintiéndome cansada, observe la cama y negué, sabia que si me acostaba solo me quedaría mirando el techo por unas horas más así de que salí del cuarto arrastrando los pies, no había señales de que alguien estuviera realmente despierto.

Llegue a la cocina y me senté en un taburete con una taza de café en mano, le di un sorbo y después mire el cuadro que colgaba en el muro, eran líneas revoltosas de diferentes colores que se unían y enroscaban creando figuras abstractas, suspire y volví a darle un sorbo.

-Hola - dijo una voz algo triste, di un respingo y voltee hacia la entrada, ahí estaba Daniel con la cabeza gacha.

-Hola - dije y tome otro sorbo mientras desviaba la mirada.

-Yo... creí... - suspiro y yo cerré los ojos, sabia lo que quería decir.

-Jamás significaste nada para mi - dije mientras lo veía, su cara se torno pálida y yo escuche el crujir de mi corazón, no me gustaba herir de esta manera pero debía alejarlo.

-¡Y todos los besos... y caricias y tus palabras! - dijo parándose frente a mi.

-Creo que mentí - "¡mierda!" pensé al instante, ¡no debía decir creo!.

-No hablas enserio... ¡te conozco! - dijo y fue hasta mi lado para tomarme de los hombros.

-No me conoces Daniel - dije con voz neutra y él parpadeo intentando no llorar.

-¡Claro que si! - dejo él.

-No puede conocer a alguien que no se muestra en su verdadera forma - dije con seriedad, él quedo perplejo y me soltó.

-Dijiste que me amabas - dijo en un susurro.

-Yo amo a Alec - dije después de un momento de silencio.

Lo vi cerrar los ojos con fuerza y después comenzar a negar, abrió los ojos y unas lágrimas cayeron, jamás lo había visto llorar y eso me rompió el corazón.

-Dime que estas mintiendo - dijo en un susurro y me volvió a tomar de los hombros, bajo hasta mi altura.

-No miento - tarde en decir.

Él junto nuestras frentes y me estremecí internamente, entonces me beso y yo solo me congele sin saber que hacer, sus labios rosaban con suavidad los míos y entonces lo mordí con fuerza haciendo que se apartara con brusquedad.

Me miro perplejo mientras se llevaba una mano a su labio, bajo la mano y tenia sangre.

-No vuelvas a besarme - dijo poniéndome de pie, me gire y salí por la puerta que daba al jardín trasero.

Una brisa fresca me recorrió pero aun así camine un poco, podía ver los primeros rayos solares mientras caminaba con calma.

AÑOS ATRÁS

Mire la gema una vez más, era de un hermoso azul turquesa que simplemente me atraía o quizás simplemente era el poder que contenía,
Amber me había dicho que era demasiado peligrosa y que un humano en especial no la podía tocar, suspire... debía devolverla a su lugar de reposo.

Una parte de mi odia que me dieran este tipo de tareas y más sabiendo que debía proteger a Jackson, a Janet y a otros seis más que simplemente habían estado en el lugar equivocado y momento equivocado, volví a suspirar ellos estaban pagando los platos rotos.

Camine por el suave pasto, la luna brillaba y todo lucia basta hermoso, frente a mi estaba un estanque en el cual había una roca enorme en el centro.

A paso lento comencé a entrar en el lago, el agua estaba fría.

-¡Eli! - grito Jackson, me gire solo para ver como lo lanzaban por los aires.

Me congele y apreté la gema en mi mano haciendo que se clavara hasta hacer que mi sangre brotara y cayera al suelo.

-Querida... - dijo el hombre con voz suave mientras sostenía a Janet del brazo.

-Clark déjala - dije en voz suave, él sonrió sabiendo que me tenia en su poder.

-Te propongo un intercambio - dijo con una gran sonrisa, su tes era tan pálida que asustaba y sus ojos negros sin pupila, él estaba totalmente consumido por la ambición al poder.

-Sabes que no puedo darte lo que pides - dije resignada.

-Entonces elijes la muerte de la chica - asintió dándolo por hecho.

-¡No! - dije al instante, observe la gema en mi mano - atrapala - dije antes de lanzarla lo más lejos posible.

Él soltó a Janet y corrió tras la piedra mientras yo corría hacia el grupito de chicos, los mire y faltaba Jackson, al instante lo busque con la mirada por todos lados.

Damela! - grito Clark, lleve mi mirada hacia él y pude ver a Jackson parado enfrente mirando su mano.

Maldije internamente y una luz azul y verdosa lo comenzó a iluminar.

Herederos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora