Predestinado a recibir el peso del mundo, día tras día la rutina vivida lo cansaba, frente a una caja de imágenes. En el silencio de la madrugada cuando no había nadie y la caja no estaba encendida. Una suave brisa se colaba entre la ventana y bailaba con las cortinas, en ese momento cerraba sus ojos e imaginaba el mundo allá afuera. Esos ruidos desconocidos, ese mundo que soñaba algún día conocer.
Hora tras hora, día tras día, mes tras mes, año tras año continuaba su vida entre monotonía y sueños. Una tarde fue remplazado no hubo despedidas ni lágrimas, el cielo estaba gris amenazante de lluvia, pero él sonreía, al fin fue libre abrió los ojos y envejeció con una sonrisa en los labios.
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EL PROSTIBULARIO DE LA VIDA
KurzgeschichtenEL PROSTIBULARIO DE LA VIDA En un remolino de ideas revueltas por el rastrojo de historias inverosímiles e inspirado mis letras mezclando palabras vestidas de misterio, terror, horror fantasía, humor y desamor que surgen en una calle clandestina c...