Como es de costumbre. Gabriel parpadea y se da cuenta que una vez más ha sido consumido en sus horas de trabajo. Se restringen sus ojos, ordena su escritorio y comienza a abandonar la oficina con su maletín bajo el brazo. De pronto al otro lado del cristal relucía su rostro, el cual mostraba la placidez de la maldad en una sonrisa pegada al cristal. Se detuvo en el ventanal y retrocediendo unos pasos, cuidadosamente comenzó avanzar en estado de desesperación pensando que mucho trabajo le había pasado la cuenta; Sin entender lo que pasaba, el rostro le seguía por cada ventana, su mente y sus sentidos adormilados entraron en estado de alerta y el pánico lo llevo a golpear el vidrio con sus puños; Se lanzó con ambas manos y su corazón desbocaba en pulsaciones.
─ ¡Nooooooo...noooo! ─grita con horror—. No estoy muerto ─ decía y se aferraba con un hilo de voz que se transformó en un llanto desgarrador─. Como puedes reírte de mí, ¡Maldito...Maldito! ─y golpea con todas sus fuerzas hasta que agotado sintió resonar la voz detrás del cristal Su razón se agravó con rapidez, el eslabón se rompe por lo más débil y su mente obsesionada con el trabajo cruzó la delgada línea y desde ese momento se diluyó en su propio mundo y en un idioma incomprensible.
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EL PROSTIBULARIO DE LA VIDA
Short StoryEL PROSTIBULARIO DE LA VIDA En un remolino de ideas revueltas por el rastrojo de historias inverosímiles e inspirado mis letras mezclando palabras vestidas de misterio, terror, horror fantasía, humor y desamor que surgen en una calle clandestina c...