Félix y yo estábamos algo silenciosos. Leonor revoloteaba por toda la casa buscando algo con que distraerse para no meterse en aquella conversación donde un Padre conocía a su hija y donde una hija conocía por vez primera a su Padre.
Me percaté de cada movimiento que hacía... Sus ojos rodaban cada vez que yo miraba el piano, su manos temblaban cada vez que yo apretaba mis rodillas... Su labio inferior tenía un movimiento extraño cuando intentaba articular alguna palabra. Era divertido ver lo idénticos que éramos.
Félix al mismo tiempo que yo tomó una galleta de las que Leonor había dejado encima de la mesita. Cuando nuestras manos se rozaron en el plato las apartamos sin dudarlo. Al final, ninguno se comió una de aquellas galletas.
Los ojos de Félix miraban de vez en cuando el piano a la vez que yo hacía lo mismo.
Un motor crujió fuera de la casa. Leonor corrió a la puerta antes de que yo reconociera el motor de aquella motocicleta.
- Bradd - Dije en voz alta. Félix me miró confundido.
- ¿Bradd? - Miré a mi Padre. El corazón se me frenó cuando escuché por vez primera su voz... Era grave y demasiado profunda... Era una voz de un hombre trabajador y dedicado a lo que hacía... Lo miré confundida en cuanto entró Bradd a tropezones.
- ¡Elizabeth! - Se arrodilló a mi lado y tomó mis manos mientras pasaba por alto los ojos acusadores del invitado de Leonor - ¡Por favor perdóname! - Gritó mientras tomaba aire y besaba mis manos - ¡Te juro que lo siento! ¡Jamás volveré a mentirte! - Félix miraba con detención como Bradd tomaba mis manos y, por vez primera, me sentía incómoda con las demostraciones de cariño.
- Bradd - Empecé.
- No, no me digas nada... ¡Sí, dime algo! ¡Di que me perdonas! - Leonor tocó el hombro de Bradd y este le apartó. Me puse de pie mientras Bradd hacía lo mismo.
- Bradd, es mejor que te vayas - Dije mientras él volvía a enredar sus brazos en mi cuerpo.
- Bebé por favor perdóname - El corazón se me detuvo cuando Félix comprendió a qué venía aquel chico preocupado y desesperado por mi perdón. Bajé la mirada y besé los labios de mi novio.
- Perdonado, ahora vete - Dije soltando sus manos.
- Bradd, es mejor que te vayas - Dijo Leonor. Entonces, él miró al hombre que estaba en el sillón de al frente. Lo miró a él y luego a mí por un buen rato hasta que logró comprender la gravedad del asunto. Tomó sus dos piernas y se largó.
Félix estaba callado, meditando y buscando las palabras adecuadas que saldrían de su boca para mí. Fue algo gracioso cuando ambos llevamos nuestras manos a la cara y como sonreímos al mismo tiempo.
Sus ojos rodaron una vez más cuando ambos miramos el piano y supuse que tanto él como yo quería que tocasemos en aquel hermoso instrumento. Ninguno dio el primer paso y no estaba seguro de si yo tenía que darlo.
- Así que... - Félix me miró aturdido - ¿Eres mi Padre? - Sonrió nervioso y luego se rascó la nuca.
- Pues eso parece... - Dijo distraído. Sonreí pero a la vez sentía algo amargo dentro de mí.
- Vaya - Dije mientras él notó lo que sentía.
- Leonor me ha contado todo que ha pasado contigo y... - Tragó saliva, apretó con fuerza sus dos manos y luego volvió a mirarme - ... Laura. - Terminó por fin.
- No hay necesidad de hablar de ello - Dije con frialdad.
- Pero...
- No hay necesidad. - Dije aún más fría. Félix sonrió.
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Sin miedo a nada. [TERMINADA]
Teen FictionElizabeth es una chica normal de apenas unos 17 años de edad. Sus supuestos Padres estan mal de la cabeza. Ella no puede recordar más cosas que torturas y malos momentos que pasó con ellos. Tiene traumas que nadie puede cambiar en ella... Le cuesta...