Max puso los ojos como platos en cuanto vio a Bradd sentado en el sofá. Inmediátamente, Bradd se puso de pie y se quedó sentado en el sofá blanco en vez del gran rojo.
Mi abuelo estaba cautivado en mí y acariciaba mi rostro de vez en cuando.
- Como has crecido, pequeñaja - Dijo con su sonrisa. Me alegraba verlo. Me sentía completa - ¿Donde está el fracasado de tu Padre? - Me encogí de hombros.
- Debe de estar trabajando - Mi abuelo sonrió.
- ¿De verdad trabaja? No defiendas al imbécil de tu Padre, Cielo - Bradd me miró aturdido.
- Abuelo, Papá está bien - Bradd puso los ojos como platos - Salió muy temprano al trabajo, prometió traerme un regalo por mis calificaciones - Max sonrió.
- Me alegro, ¿buena almuna como siempre? - Asentí.
- Como siempre - Bradd se sorprendía por lo mentirosa que estaba siendo.
- Mónica y yo nos preocupamos por ti, cielo... Queríamos saber si de verdad estaba todo al cien por ciento bien - Asentí.
- Pero... ¿Siguen en Canadá? - Bradd puso los ojos como platos.
- No. Hemos decidído ir donde tu vayas - Dijo pasando su mano por mi mejilla izquierda - Claro, si crees que es correcto.
- Por supuesto, abuelito - Dije dándole un abrazo. Me sonrió y palmó mi espalda.
- ¿Te parece si vamos a verte nueva ropa? Siempre te veo igual - Dijo con malicia.
- Ya sabes, tengo mucha ropa... Papá siempre me compra. Pero tengo mis pilchas favoritas, como toda chica - Dije con risitas tontas. Mi abuelo besó mi frente, le dio la mano a Bradd y se asomó por la puerta.
- Por cierto ¿quién es él?
- Mi novio - Dije tomándo la mano de braddie.
- Cuídala y avísame si tiene problemas con sus Padres - Dijo mi abuelo. Bradd asintió con firmeza... Algo me decía que tendríamos que hablar pronto.
- Saludos a la abuela - Dije moviendo mi mano en señal de despedida.
Al cerrar la puerta me tiré cansada en el gran sofa rojo. Bradd se sentó en el suelo, mirándome.
- ¿Qué ha sido eso? ¿"Papá"? - Preguntó.
- El abuelo Max es Padre de Laura. Siempre han sabido que ellos han sido los peores Padres de la vida... Pero si les digo lo que yo vivo, me sacarán de aquí y nos irémos a Canadá - Le miré - Al comienzo deseaba contarles, los llamaba desesperada pero jamás contestaban mis llamadas...
- ¿Qué es lo diferente ahora? - Suspiré.
- Tú. Lo único que me hace verdaderamente feliz es estar contigo, y no quiero que me alejen de ti - Él sonrió.
- Me agrada cuando te pones romántica - Le fulminé con la mirada - Es broma, mi amor.
Nos acomodámos juntos en el sofá. Tenía sus manos pegadas a las mías... Y entonces, algo le fastidió.
- ¿Pasa algo? - Pregunté.
- El otro día... Cuando nos encontró tu Padre... Me di cuenta de una cicatriz que llevas en tu costado - Dijo haciendo presión en la cicatriz. Los malos recuerdos se me vinieron encima.
- ¿Y?
- ¿Por qué la tienes? ¿Te operaron o algo? - Le miré. ¿Era correcto seguirle mintiendo?
- No quiero mentirte ni nada, amor, así que mejor no te diré por qué la tengo - Apretó los labios.
- Dime que no fueron tus Padres - Bajé la mirada - ¡¿Me estás jodiendo?! - Preguntó irritado y obligándome a mirarlo - Elizabeth, ¿y te dejaste?
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Sin miedo a nada. [TERMINADA]
Fiksi RemajaElizabeth es una chica normal de apenas unos 17 años de edad. Sus supuestos Padres estan mal de la cabeza. Ella no puede recordar más cosas que torturas y malos momentos que pasó con ellos. Tiene traumas que nadie puede cambiar en ella... Le cuesta...