One cut, two cuts, three cuts, four...

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Un día, Maggie se dirigió a su taquilla, había una foto suya en el momento del aquel maldito beso, con rotulador permanente habían puesto en la puerta: Lesbiana, rara, zorra. Arrancó la fotografía y con su manga intentó borrar las palabras, pero no pudo. Harta, se fue al baño, se quedó frente al espejo, apoyada sobre el lavabo. Se miró en el cristal, veía que estaba fatal, aquella situación la estaba consumiendo. Se metió en el servicio, cuando salió, en el espejo estaba puesto con pintalabios rojo: Zorra. Comenzó a llorar con la cabeza agachada, se volvió a mirar, con las mangas de su sudadera se limpió las mejillas y suspiró para tranquilizarse.

Pero la rabia le pudo y dio un puñetazo al espejo, así rompiéndolo. Los trozos de cristal cayeron sobre el lavabo, Maggie cogió uno y lo miró, miró su reflejo en él, lo puso sobre su muñeca y se hizo el primer corte. Cuando la sangre comenzó a brotar, Maggie dejó caer el cristal al suelo y se tapó la herida con la mano, presionándola.

Ese fue su primer corte, pero no sería el último, tras él le siguieron más y más hasta que sus brazos estaban llenos de heridas. Nadie sabía de la existencia de aquellos cortes en sus brazos excepto ella y su única amiga, la cuchilla.

Pronto, comenzaron los típicos rumores sobre alguien deprimido, y los insultos de lesbiana y zorra pasaron a suicida, deprimida, emo...

Todas las noches, Maggie solía pasear para escuchar el silencio en vez de aquellas palabras tan duras. Una de esas noches pasó por al lado de un callejón, allí, había alguien sentado en el suelo.Se acercó y resultó ser Jared. Se había drogado y le estaba haciendo efecto. Maggie se agachó y puso sus manos sobre sus rodillas:

-Jared ¿estás bien?

Él levantó la cabeza y la miró indiferente:

-Jared ¿qué ocurre?

-¿A ti qué te importa?

-Pareces agotado.

-¡Qué me dejes! ¡vete! -gritó por los efectos de la droga.

Jared se levantó del suelo y se le cayó una bolsa con unos extraños polvos blancos, Maggie lo cogió y los miró:

-¿Qué es esto, Jared?

Él se giró y se lo intento quitar, pero Maggie apartó la bolsa:

-¡Dámelo! -gritó él.

-¡¿Te estás drogando?! -preguntó ella.

-¡¿A ti que te importa ahora mi vida?! - dijo quitándole la bolsa.

-Me importas mucho -contestó.

-¡Si te importara no hubieras hecho lo que hiciste! -exclamó Jared.

-Te lo puedo explicar.

-¡Largate! -gritó él.

-Jared... por favor...

-¡Largo! -exclamó.

Maggie se marchó cabreada:

-Vive creyendo las mentiras, destrózate por idiota -dijo mientras se iba.

Esa noche, Jared se quedó pensando en las últimas palabras de Maggie. Poco después recapacitó y decidió ir a rehabilitación para ayudarse, para no destrozarse como Maggie había dicho.

Jared pensó durante la rehabilitación, y decidió ir a darle las gracias a Maggie, a darle la oportunidad de que se explicara.

Justamente ese día, los tíos de Maggie no estaban en casa, se habían ido de viaje con Rachell, y Ellis se había quedado en casa de un amigo.

Maggie estaba frente a su portátil, viendo en las redes sociales como se metían con ella. Encendió la cámara y grabó un vídeo para las redes:

-Soy Maggie Bowman, y sí, todo lo que decís es verdad,-dijo enseñando sus brazos-pero soy así por vosotros. Quiero que sepáis que ya no voy a volver a las clases, nadie me va a volver a ver de nuevo, se despide la zorra lesbiana y emo.

Envió el vídeo y apagó la cámara.

Se dirigió a la bañera, encendió el agua y cogió una de las cuchillas que tenía escondidas, en ropa interior se metió en el agua. Las gotas caía por su cuerpo, agarró fuertemente la cuchilla y se hizo un corte, dos corte, tres, cuatro...la sangre caía desde la bañera al suelo.

Jared vio el vídeo desde su teléfono, sabía lo que iba ha hacer, corrió hacia su casa, entró por la puerta trasera. La puerta del baño estaba cerrada con pestillo, oía el agua caer, tiró la puerta abajo, Maggie ya no respondía. Sacó a Maggie de la bañera y la abrazó fuertemente mientras lloraba gritando desesperado:

-¡Ayuda! ¡Por favor! -gritaba balanceándose con ella en brazos.

Miró su cara y con una mano acarició su pelo mojado, pegó la cabeza de ella a su pecho:

-No... por favor... ayuda... -susurró llorando.

Un vecino, que oía los gritos, asomó por allí y vio aquella escena. Parecía el escenario de un crimen. Enseguida avisó a la ambulancia. Jared la acompañó.

Le tomaron el pulso, era débil. En seguida llegaron, le dieron sangre pero su corazón iba parándose, Jared vio como le intentaban reanimar.

En ese momento, le pasó por la mente todos aquellos momentos que había vivido con ella, se le pasó por la mente como Maggie había caído en la depresión, ella en la esquina de la clase con su capucha, las burlas que le hacían en el pasillo, pensó en como ella le había salvado y él no había estado ahí para ella.

Pensó en que la amaba todo este tiempo, bajo aquella fina capa de odio, estaba lleno de amor, pensó que él era el culpable, si hubiera estado ahí apoyándola, si hubiera escuchado la verdad...

Le dio un puñetazo a la pared del pasillo blanquecino, se puso a llorar enfurecido. Llegó Ellis y miró a todas partes, vio a Jared allí frente a la pared:

-Jared ¿dónde está? -preguntó alterado.

Jared le miró con las lágrimas en las mejillas:

-Se la han llevado, la estaban reanimando.

Ellis se echó las manos a la cabeza y andaba de un lado a otro. Él pensaba lo mismo que Jared, que había sido culpa de él, no la apoyó, la dejó por una tontería y Maggie decayó:

-¡Es por tu culpa !-dijo Ellis señalándole- ¡Ella estuvo ahí para ti! ¡estuvo para sacarte de la vida de pandillero! ¡estuvo ahí para salvarte de una sobredosis! ¡¿dónde estabas tú cuando la insultaban?! ¡maldito drogata! ¡¿dónde estabas?! ¡eres un drogadicto de mierda! ¡solo piensas en ti! ¡¿y ella?! ¡¿acaso no significaba algo para ti?!

-Sí, lo era todo.

-¡Y una mierda! ¡la has dejado morir! -exclamó Ellis pensando que Maggie no sobreviviría.

-Lo siento...

-¿Lo sientes? ¡¿lo sientes?! ¡hace unos meses saliste del hospital! ¡ella te llevó allí para salvarte! ¡y tú la abandonaste como a un perro!

Jared comenzó a cabrearse y salió fuera. Ellis le siguió, se quedaron en las puertas:

-¡Ella besó a esa chica por error! ¡la emborracharon! ¡ella no quería! -explicó Ellis- ¡y tú la dejaste sin dejar que te explicara algo! ¡está así por ti! ¡maldito drogata de mierda!

Jared paró y se dio la vuelta:

-¡Cuando la he encontrado estaba yendo a vuestra casa para darle las gracias y dejar que me explicara! ¡he sido yo quién la ha traído aquí! ¡si no llego a estar yo, ella se hubiera muerto en vuestro baño! -dijo Jared.

-¡Llegaste un poco tarde! ¡el daño ya estaba hecho! -exclamó Ellis.

-¡Puede que el daño estuviera hecho pero aún podía salvarla! -dijo él.

Tres horas más tarde llegaron sus tíos

Against loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora