Melody of thought

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Jared se sintió perdido, sin ella nada sería igual. 

Maggie comenzó a interesarse por Travis, le parecía alguien misterioso, así que al día siguiente volvió al parque, al mismo banco y a la misma hora con la esperanza de volverlo a ver. Allí apareció Travis, con su impecable sonrisa:

-Yo te vi ayer -dijo él mientras se sentaba a su lado- que pena que te fueras tan pronto.

-Lo sé, fue una pena, estaba tan bien aquí...

Así pasaron los días y las semanas, se encontraban los dos en aquel banco a la misma hora. Poco a poco se fueron conociendo más y más hasta que decidieron quedar más allá del parque.

Maggie le sentía como su mejor amigo o algo parecido, pero Travis... no quería ser un simple amigo cuando la conoció.

Una tarde, mientras Travis y Maggie paseaban, apareció Jared y se quedó asombrado frente a ellos:

-Vaya... hola... Jared -dijo Maggie nerviosa.

-Veo que tienes chico nuevo -dijo Jared incómodo.

-¡No! él no... él es... ¡no! -contestó ella tartamudeando.

-¿Quién es? -preguntó Travis celoso.

-Un... un viejo amigo -respondió Maggie.

-¿Eso es lo que fui para ti? ¿un simple amigo? Bueno... que le voy a hacer, a veces el amor no es correspondido -dijo Jared.

Maggie le miró entristecida, él siguió hacia delante. Haber visto a Maggie con otro le había dolido, pero aquellas palabras... aquellas palabras le habían perforado su interior.

Maggie se quedó allí parada:

-¿Estás bien? -preguntó Travis poniendo su mano en su hombro.

-Sí... solo que... -suspiró- déjalo.

-¿Te hizo daño?

-Travis... déjalo, por favor -insistió ella- Mira... creo que ya es hora de que me marche a casa.

-¿He dicho algo que te ha sentado mal? ¿qué pasa? -preguntó Travis preocupado.

-Por favor... déjame.

Maggie se fue a casa. Entró y no había nadie, Violett se había ido con Rachell de compras y su tío continuaba en su viaje de trabajo. Ella dejó las llaves en el recibidor, subió las escaleras y pasó frente a la habitación de Ellis para dirigirse a la suya, pero a mitad del pasillo, retrocedió y se quedó apoyada en la puerta de su primo mirando todas sus cosas. Estuviera donde estuviera, le echaba de menos, no entendía porqué había dejado todas sus cosas allí porqué no llamaba ni hablaba con ella. Se preguntaba dónde estaba, en estos casos era él quién le aconsejaba, quién le entendía. Suspiró y se marchó a su cuarto.

Se sentó en su cama y miró el piano de su habitación. Se levantó y se sentó frente al piano y comenzó a dejar que sus suaves dedos jugaran con el teclado.

Una dulce melodía bañaba la casa, se escapaba por la ventana abierta y llegaba a la calle donde la gente se preguntaba de dónde procedía aquella bella canción.

Cada nota que tocaba le hacía recordar algún momento con Jared, tocaba desde su corazón una partitura de amor y dolor.

Pensó haberlo superado pero vio que no, que lo difícil no fue escribir esa carta sino aprender a convivir sin él. Creyó que Travis sería la solución a sus problemas pero solo era una tapadera para encubrir el sufrimiento que la hundía.

Al terminar la melodía, escuchó unos aplausos que procedían del exterior, al asomarse a la ventana, vio a Ellis allí abajo. Ilusionada, bajó a toda prisa y se dirigió hacia él:

-¡Ellis! -exclamó abrazándolo.

-Maggie...

-¿Dónde te habías metido?

-Estuve en casa de unos amigos, se han comprado una casa nueva y me han ofrecido vivir con ellos, he venido a por mis cosas.

-¿Por qué te fuiste?

-Ya no puedo continuar viviendo aquí, sabiendo lo que sé.

-¿Qué sabes?

Ellis suspiró:

-Muchas cosas...

-Dímelas, te quitará cargo en tu consciencia -dijo Maggie- Por favor...

-Sé que todos esos viajes y turnos extra son mentira, en realidad le está siendo infiel a mi madre con una chica que trabaja en el bar de enfrente de su empresa. En realidad tampoco tiene trabajo, su jefe le pilló con la chica en su despacho y le despidió.

-¿Y de dónde saca el dinero?

-Estafa a la gente, además, la chica esa vende drogas y le da dinero. Llegará un día en el que mi madre se entere o él decida abandonarla del todo y fugarse con esa drogadicta.

-No te sientas mal por él -dijo Maggie.

-Es que eso no es todo, la chica...

En ese momento vio a lo lejos el coche de su madre.

-Lo siento, me tengo que ir -dijo Ellis.

Y de nuevo, vio como se marchaba. Violett se acercó a Maggie:

-¿Quién era?

Ella no respondió y entró en casa. Regresó a su habitación dolorida, cabreada y aprovechando la mezcla de sus sentimientos, cogió una hoja de partitura y fue dibujando nota a nota con un lápiz. Fue dando forma a una nueva canción. Borró varias veces... los recuerdos se le venían a miles y la concentración se marchaba. Desesperación sentía por dentro. Necesitaba a alguien, un apoyo, un pilar  que mantuviera su tablero en pie, ella no podía sola.

Todos se habían marchado, su madre ya no estaba, Jared se había esfumado de su vida, Ellis se había ido sin más, su tío era un traidor y su tía vivía una mentira, ya no tenía a nadie... quería olvidar a Travis, pensó que él le recordaría a Jared y sería un problema para ella.

Arrugó el papel y lo tiró, desesperada gritó. En ese momento, se imaginó a su madre allí, agachada a su lado, le recogía la partitura arrugada, la estiraba y se lo daba en la mano junto al lápiz, se imaginó que le decía:

-Nunca te rindas, lucha y llegarás muy alto. Levanta la cabeza, hija mía, supera tus pasos anteriores...

-No puedo mama, necesito a alguien.

-Maggie... recuerda que nunca estarás sola...

Tras esas palabras, el espejismo desapareció. Tomó el lápiz y continuó su melodía, una melodía que llamaría: "No estarás sola"


Against loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora