Against love

Without you

Maggie comenzó a envolverse en su mundo de música, a Violet y a Rachell le preocupaba mucho, se pasaba los días en su habitación encerrada entre partituras sin acabar y teclas de piano.

A penas dormía, estaba en busca de la canción perfecta y le estaba comenzando a volver loca, paranoica con eso de la canción. Travis la esperaba siempre en el banco del parque con esperanza de volverla a ver, pero Maggie no aparecía.

Muchas veces, Ellis pasaba en frente de la ventana de Maggie y la veía como se desesperaba con las melodías, como tocaba el piano de una manera muy hermosa pero para ella no era perfecto y se enfurecía.

Una noche, Travis no aguantó más sin saber que le ocurría, decidió ir a su casa. Allí, la vio a través de la ventana, escaló el pequeño árbol de delante de la ventana. A duras penas consiguió llegar a la rama más alta:

-¡Maggie! -le llamaba desde allí.

Ella miró a su alrededor, pero no vio nada:

-¡Maggie! -repitió Travis.

Miró a la ventana y lo vio allí subido, asustada por si se caía, abrió la ventana:

-¡¿Qué haces aquí?! -preguntó sorprendida.

-He venido a verte, llevo mucho tiempo sin verte, ¿qué te ha pasado?

-Nada... solo que... tengo algo entre manos.

-¿El qué? ¿te puedo ayudar? -preguntó él.

-No, esto lo tengo que hacer sola, la tengo que encontrar sola.

-¿Qué tienes que encontrar? -dijo extrañado.

-La canción.

-¿Todo esto por una canción? ¿de verdad? -preguntó sorprendido.

-No es una canción cualquiera, es la canción, la canción perfecta, la canción que exprese mi vida entera en notas musicales.

-Maggie, es imposible contar toda tu vida en unas simples notas.

-Tú crees que son simples notas, pero no, cada nota contiene una historia distinta, una historia llena de vida, y debo encontrar la perfecta armonía entre las notas para poder expresar una única historia entre todas, mi historia.

A Travis le parecía que se estaba comenzando a volver loca:

-¿Por qué tanto interés ahora por el piano y las canciones? -preguntó curioso.

-La última vez que nos vimos me sucedieron montones de cosas y comencé a reflexionar, en nuestras vidas pasan miles de cosas y ¿porqué no contarlas de una manera distinta a las letras?, y eso estoy intentando hacer.

Maggie se apoyó en la ventana, Travis se acercó cuidadosamente avanzando por la rama gruesa que llegaba hasta ella:

-Que noche estrellada... -suspiró ella.

-Sí... es hermosa... pero tú lo eres más.

Maggie se lo tomó en broma:

-Gracias Travis, que haría yo sin un amigo como tú.

Travis se quedó cortado:

-Sí... con un amigo... como yo... -dijo desanimado.

El reloj antiguo del salón, marcó las doce y resonó por toda la casa:

-Vaya... ya es tarde... debería irme a dormir.

-¿Ahora? -preguntó él sorprendido.

-Sí... mañana me quiero despertar pronto para...

-Buscar la canción perfecta, sí, ya lo sé -dijo desanimado.

-Bueno... buenas noches, Travis -dijo Maggie cerrando la ventana.

Él bajó del árbol y caminó por la calle, Maggie se pegó a la ventana y lo vio irse, comenzó a sospechar de que él sentía algo más que amistad.

Había notado ciertamente desilusionado cuando le había llamado amigo, y no solo eso, sino todas las veces que habían quedado...él se comportaba como algo más que un amigo. Pero Maggie ya no quería más rollos en el amor, sabía que le traería problemas, no quería sacar a nadie más de su mundo de vandalismo. 

Resultaba que Travis también era un pandillero al igual que Jared, no fumaba pero bebía mucho, robaba e incluso había repetido varios cursos. No entendía por qué se juntaba con gente tan... tan distinta a ella...

Se tumbó en su cama y apagó la luz, su mente hizo un pequeño hueco y entre las partituras y notas musicales, dio paso a Travis, el chico que pronto llenaría toda su cabeza.

Cuando su mente añadió a Travis, todo cobró vida, las notas se iban escribiendo solas sobre el pentagrama, la canción perfecta se estaba construyendo.

Sobresaltada, se levantó de la cama, rápidamente cogió una partitura y dejó que su mano escribiera lo que tenía en la cabeza.

Al fin la había encontrad, una perfecta armonía, la chispa que le faltaba.

En el silencio de la noche, se oía su obra maestra.Todos los vecinos se levantaban preguntándose de dónde procedía esa música. Por casualidad, Jared pasaba por allí de camino a una fiesta. Al escuchar el piano, se paró frente a su ventana, añorando a Maggie y soñando en que esa canción fuera para él. Se apoyó en el árbol deseando que nunca finalizara aquella música celestial. Alegre, Maggie se apartó del piano y se asomó a la ventana para ver si Ellis había pasado por allí como muchas otras noches.Al acercarse al cristal pudo ver una silueta correr entre las sombras nocturnas, pensó que habría sido su primo y sonrió.

Jared llegó a las fiesta:

-¡Eh! ¿por qué has llegado tan tarde? -preguntó Charlie, un amigo suyo.

-Estaba... bueno... nada -dijo desilusionado recordando todas aquellas veces que se había cruzado a Maggie, la había visto de lejos o la había visto en su ventana... tan hermosa como recordaba:

-Venga chaval... ¡no te desanimes! -dijo su amigo sabiendo que volvía ha pensar en su ex.

Jared miró por encima a los invitado y vio a una chica de pelirroja y mirada seductora, ella le sonrió y volvió a mirar a su grupo de amigas:

-Eso me gusta más... veo que te has fijado en Beth -dijo Charlie- que buena has pescado, no solo está buenísima sino que es hija del presidente de las empresas  Gilbert Company, uno de los hombres más ricos de Estados Unidos.

-¿Enserio? -dijo sorprendido- ¿y qué hace alguien como ella en una fiesta como esta?

-Pues que ella también compra mercancía con el dinero de su "papaito", y se codea entre gente como nosotros, aunque en público va con gente de su nivel -explicó Charlie.

Estuvieron hablando Charlie, Beth, Jared y la amiga de Beth, Kath. Pasadas las horas, Beth cogió a Jared y se lo llevó a una habitación. Él se sorprendió, no comprendía que hacía. Beth lo sentó en la cama y se sentó sobre Jared, cuando le dio el primer beso, él se apartó:

-Para -dijo Jared.

-¿Qué ocurre?

-Eres preciosa pero... no quiero hacer esto.

-¿Por qué? no me tengas miedo... no muerdo... -dijo juguetona.

-Lo siento, no te ofendas... pero ninguna otra chica que no sea Maggie me parecerá tan bella o ideal para mi. No quiero hacer esto con alguien que no sea ella.

-¡Vete a la mierda! ¡ ¿cómo te atreves a dejarme plantada?! ¡a mi!  ¡eres un idiota! -exclamó enfadada yéndose.