CAPITULO 21 "Redencion"

109 8 0
                                    


Alaila


Esa noche que llegamos a casa, decidimos que lo mejor era dejar lo ocurrido en el bar olvidado. Al final de cuentas nada había sido demasiado grave.

Al menos para ellas.

Mientras yo me encontraba sin poder cerrar los ojos, Dennis estaba más que dormida a lado mío.

Intentaba ver que es lo que mi mente podía hacer para escapar del enfrentamiento que me esperaba el lunes. De esa plática de la cual sé que no podre huir por más que lo intente.

Pero después de haber descansado tan solo unas horas, mi mente más calmada trato de hacerme creer que lo más posible era que todo haya sido solo una idea mía. O eso deseaba creer hasta que tuve que darme una ducha por la mañana.

Todo el mundo de ideas y mentiras que me dije a mi misma toda la noche se vinieron abajo cuando frente al espejo pude notar las marcas que se encontraban en mi cuerpo.

En unas partes de mis caderas ―por no decir la mayoría― se encontraban unos que varios rasguños, que estoy segura fueron proporcionados por mí, pero no los moretones en forma de dedos.

Me quede pasmada viendo mi reflejo con el corazón en mi boca por lo que esto significaba. Porque a menos que me lo haya causado yo misma, esto no podía decir más que lo que pasó horas atrás no fue fruto de mi imaginación.

Lo peor vino cuando tuve que darme la vuelta ya que no pude ocultar mi horror cuando vi como un lado de mi trasero contenía marcas con más intensidad.

Cerré los ojos con fuerza pero al abrirlos ahí estaban. Yael provoco esto. Y fue con tan solo unos minutos que estuve con él.

Ahora sé porque parte de mí se sentía tan alerta con respecto a él. Yael no era un hombre como los que he conocido en mi vida. En el poco tiempo que llevo de conocerlo me he percatado de una maldad que a veces pareciera emanar de su ser, de sus ojos. No la podría comparar con la de alguien más, ni siquiera con el del animal de mi padrastro. No eso no sería lo correcto.

Porque creo que la de él es aún peor.

Pero a pesar de ello, por más que mi subconsciente grita que me aleje una parte irracional de mí, algo que grita en señal de aprobación hace que me obsesione más por Yael.

¿A qué estoy dispuesta por llegar por él?

Temo a la respuesta.

~~~~~~~~~~~~~~~~

― Cuídate mucho terroncito ―decía la voz de Dennis que se amortiguaba porque su rostro se encontraba escondido en mi cuello.

Siempre nuestras despedidas eran así. Casi sentía el dolor físico de separarnos. Desde el momento en que nos conocimos hemos sido bastante inseparables y el que ahora estemos a distancia es un reto para ambas.

―tú también pastelito

Mire cuando se subió a su camioneta con toda mi familia a espalda mía contemplando la escena frente a ellos.

Limpio unas lágrimas mientras se salía de la entrada de mi casa. Sonreí con tristeza mientras la despedía con la mano. A diferencia de ella yo no podía llorar, al menos no de la manera tradicional.

Esa tarde sin distracciones de mi amiga y familia me quede viendo en mi ventana al cielo. La luna aún estaba en su mayor esplendor. Toque suavemente mis brazos hasta llegar a mis caderas. Los moratones que tenía en mi cuerpo parecían gritar a cada segundo lo que había sucedido.

Mi prisión    #DescubreTalentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora