CAPITULO 38 "LECCIONES"

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Unas grandes bolsas negras salían de la habitación de donde tenían a Alaila. Me apresure a entrar debido a que no tenía idea de que significaba esto.

Al entrar solo me encontré con dos empleadas quienes cambiaban las sabanas de la cama y limpiaban la habitación.

No mire rastro de ella, ni de Sandy en toda la habitación. Pero si hubiera ocurrido algo, Yael me habría hablado cuanto antes. Así que todo debía seguir igual.

― disculpen señoritas ¿dónde está nuestra nueva dama de la casa?

Una de ellas sonrió con amabilidad antes de responder.

­― está tomando el desayuno con la señorita Sandy y el Señor Hantson en la terraza.

Okay, eso no lo veía venir.

― Disculpa, creo que escuche mal

Dije aun sin poder entender lo que claramente había dicho.

― Disculpe señor Michelle, la señorita Alaila y Sandy están desayunando en la terraza junto al señor Hantson.

― Si... eso creí escuchar.­­­­­ ― Mire alrededor de la habitación encontrando otras pequeñas bolsas transparentes con colchas nuevas

― ¿Qué paso aquí?

Dije en un susurro antes de casi correr a donde se encontraban Alaila y Sandy

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Dije en un susurro antes de casi correr a donde se encontraban Alaila y Sandy.

Por lo poco que he visto y oído Alaila no soporta a la pequeña reina blanca pero...

Sumar a esa ecuación a Yael... no, eso no era posible.

Una risa hizo que apresurara mi paso. Y por fin al doblar pude divisar a una sonriente Sandy con una Alaila que tomaba un desayuno a espaldas de mí, mientras Yael leía el periódico y su semblante solo mostraba el asomo de una sonrisa.

Me quede parado cerca de ellos. Mire mis manos tratando de contar los dedos encontrando que realmente estaban completas. No estoy soñando joder.

― Michelle

Grito una dulce voz haciendo que mi mirada se dirigiera a la mesa una vez más. Sandy sonreía con sus mejillas totalmente sonrosadas.

Me acerque para darle un beso de saludo, pero al dirigirme a Alaila esta se encontraba tranquilamente sentada sin mirar a nadie. Tenía un suéter algo holgado y un short.

― Buenos días.

Salude con demasiada alegría esperando respuesta por parte de Alaila pero parecía dispuesta a ignorar a todos.

― Buenos días Michelle.

La mirada de Yael se dirigió a Alaila antes de continuar con su lectura.

― Michelle hoy haremos sus postres favoritos. Además hay que ir por más flores. Alaila me va acompañar ¿puedes creerlo?

Sandy relato mientras su sonrisa no se despegaba de ella, sino al contrario se volvía más grande.

Mi prisión    #DescubreTalentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora