CAPÍTULO 5 "Pastelito"

256 20 1
                                    

Alaila

Apenas han pasado unos días desde que comencé en esta empresa. Y vaya comienzo que tuvo.

Desde el principio no pude evitar mirar de vez en cuando con el señor Hantson. Después de todo, si acaso se le ofrecía algo.

Pero cada vez que lo hacia él ya estaba mirando hacia mí. Lo único que podía hacer era que mis ojos volvieran a la computadora. Tenerlo tan cerca de mí será difícil.

Entonces el sonido de mi celular me distrae. ¡No puede ser! Se me olvido ponerlo en vibrador. Trato de tomarlo lo más rápido que puedo para que el señor Hantson no lo escuche.

—Bueno —hablo en un susurro. Volteo y un par de ojos azules me observan detenidamente.

Creo que si se dio cuenta.

— Alaila ¿a qué horas sales a comer? Digo porque si yo no te busco tu ni tus luces— me regaña una de las voces que más amo.

— yo... no... —Es increíble— no se

¡Dennis!

Hace tres meses que no se de ella. Cuando se fue de la ciudad por su nuevo trabajo aun nos manteníamos en contacto, pero de meses para acá ha estado muy ocupada en el hospital

— ¡Entonces pregunta!— grita del otro lado haciéndome que cierre un poco los ojos y aun así me es imposible quitar mi sonrisa. Deberás que extrañaba a esta mujer— porque créeme Alaila Anderson que yo no me voy de esta ciudad sin haberte regañado como es debido— sé que está sonriendo la muy loca.

Y ahora que lo pienso, no tengo idea de a qué horas es mi almuerzo. Estos últimos días el solo me dice que salga a comer y listo. Aunque en si un horario fijo no tengo. Y para saber tengo que preguntar y el único que podría decírmelo está mirándome con una cara de pocos amigos en este momento. No tendría por qué molestarse, le había dicho desde un principio que podría interrumpir sin querer.

— En este caso espera— tapo la bocina de mi celular y decido enfrentarme al tirano— señor Hantson ¿a qué horas es mi almuerzo?

— En diez minutos— contesta tajantemente y sus ojos taladrándome. Cierto, alrededor de esta hora salía— pero le iba a preguntar que si podía quedarse, necesitamos adelantar lo más que podamos.

— es que necesito salir es de suma importancia— respondo un poco seria. Que ni crea que va a impedirme salir con mi mejor amiga— si gusta podría adelantar quedándome una hora más tarde. No hay ningún problema.

No me puede impedir salir, además unas horas mas no me perjudica en lo absoluto. Veo que su boca forma una línea recta, si sus ojos tiraran fuego ahora si parecería todo un tirano. Realmente esta cabreado y sigo sin ver el porqué.

— ¿es demasiado importante el asunto?

—Demasiado— le digo rápidamente. Dennis espera.

Mira unos papeles que están cerca. Además solo será un par de horas

— está bien— dice finalmente— pero por favor llegue a tiempo.

— No hay problemas— que bien. Tomo de nuevo mi celular— en quince minutos en la cafetería de siempre ¿te parece pastelito?— a ver si llamándola como cariñosamente le digo me regañe menos.

— me parece perfecto, ahí te veo, aun así no te libras de mi coraje terroncito— y cuelga.

Al menos lo intente.

Lo bueno que me queda cerca de la empresa. Tengo demasiado que contarle.

No puedo evitar mirar al señor Hantson y por lo que veo su humor empeoro.

Mi prisión    #DescubreTalentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora