CAPITULO 28 "Y es azul"

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Tome mis cosas de deporte para salir a correr un rato. Mañana regresaría al trabajo y está de más decir que mis nervios estaban peor que nunca. Después de las palabras de despedidas de Yael del día de ayer, estaba más intranquila.

Porque desde ayer él no se había comunicado conmigo. Tal vez... mi teoría era cierta después de todo.

― vuelvo en una hora ―grite en la puerta. Ya casi salía cunado escuche la voz de Alex tras de mí.

― ¿a correr? ― dijo recargándose en el marco de la puerta. Comencé a ponerme mis audífonos y a buscar mi música preferida.

― sí, es un hábito que debo volver a tomar ―le sonreí antes de dirigirme a la salida.

― Alaila ―voltee una vez más aun fingiendo mi sonrisa― ten cuidado por favor sabes que la ciudad puede ser...

― Tranquilo ―me despedí con mi mano― lo tendré.

Empecé con un calentamiento algo leve en el inicio, me tomaría más de veinte minutos llegar a mi destino pero estaba dispuesta a lograrlo. Necesitaba que mi mente volara.

Llevaba un promedio de diez minutos corriendo pero no lograba sacar a Yael de mi mente. Cada maldita canción era un recordatorio constante de él. Realmente me siento como una adolecente enamorada. O al menos creo a lo que he leído.

Cada repertorio de mi música era sobre mi o mi pasado. Siempre de odio y valentía. Dolor y poder.

Sufrimiento y amor.

¡Pero mierda! Alice tuvo que tomar mi IPod justo ahora y llenarla de porquería sentimental.

A partir de hoy pondré contraseña.

Sacudiendo mi cabeza me di cuenta que casi llegaba al parque donde se supone haría mi calentamiento. Pero mi mente parecía haberse perturbado más.

Los arboles empezaron a aparecer en mi campo de visión y mi cuerpo corrió con mayor empeño.

― Mierda ― unos acordes malditamente ligeros empezaron a resonar en mis oídos― Alice.

Llegue a la zona donde los niños jugaban. Decidí que lo mejor era descansar aquí. Controle mi respiración hasta que sentí a mi corazón desacelerar su ritmo.

Estaba a punto de quitar otra canción del gusto de Alice hasta que sus letras llegaron a mí.

(1)Te estás derramando como un lavabo a rebosar de agua.
Estás desgarrado por cada filo, pero eres una obra maestra.
Y ahora yo me estoy desgarrando pasando las páginas y la tinta.

Todo es azul

Yael.

Pensé en automático.

Decidí sentarme en el banco más cercano a mí. Me relaje dejando escuchar la canción de hace un momento.

Mire al cielo recordando el color tan característico de él.

― y es azul ―susurre al viento.

Yael.

Baje mi mirada al ver a muchos niños correr con un paletero que se encontraba a mi izquierda del área de juegos. Sonreí ya que todos se acercaban y otros se alejaban con sus nieves y paletas.

Me quite mis audífonos al ver que mi música se había detenido. Ahora si quitare la basura romántica de Alice.

― si, las están regalando. Al parecer alguien las compro para todos los niños.

Mi prisión    #DescubreTalentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora