Prólogo

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Me senté en el Salón Azul del Palacio Real, esperando a que saliera el Príncipe. Fue retenido por una reunión con el primer ministro y su padre, el emperador. Yo estaba empezando a ponerme impaciente, mi vuelo era en 4 horas y tenia que estar en Incheon en 2 horas. Todas mis maletas estaban empacadas, esperando en el coche que la Emperatriz me había permitido usar durante mi estancia aquí. Jin y yo nos habíamos acercado...mucho más de lo que el protocolo nos permitía ser. Lo amaba muchísimo y estaba segura de que él se sentía de la misma manera... pero nunca podríamos estar juntos, tenia muchas expectativas en su vida como Principe y futuro Emperador, cosas que una simple extranjera y plebeya como yo nunca podría darle.

Sólo unos minutos más, ___... dale unos minutos más, estoy seguro de que saldrá pronto.

Mientras esperaba, mis ojos se dirigieron a la enorme pintura en un marco dorado que había terminado de pintar en las primeras horas de esta mañana que colgaba delicadamente al lado de una pared cerca de la chimenea flanqueando el lado derecho de la pintura de sus padres, que era el doble del tamaño y colgaba sobre el manto de la chimenea y estaba flanqueado en el lado izquierdo por uno de sus abuelos. Se veía tan guapo vestido completamente de negro. Su cabello había sido cuidadosamente peinado y sus profundos ojos de chocolate brillaban con la bondad y dulzura que tenia dentro de su corazón. Yo estaba muy orgullosa de esta pintura, sabía que era algo que nunca volvería a capturar de nuevo en mi vida.

El Salón Azul siempre fue mi lugar favorito del Palacio. Estaba lleno de tanta historia y tantas delicadas antigüedades y pinturas de personas de tiempos pasados, que habían recorrido los mismos pasillos que yo hace tantos años atrás. Extrañaría mucho a este enorme palacio, guardaba recuerdos personales del tiempo que pasé con Jin. Oí un golpe en la puerta y me giré para ver quién era. Era el conductor.

-Señorita ___, es hora de irnos.

Suspiré suavemente y asentí con la cabeza. Agarré mi abrigo, me lo puse y busqué un sobre en mi pequeño bolso, luego, caminando hacia el pequeño escritorio, lo coloqué debajo de una pequeña estatuilla de porcelana de una geisha japonesa. Tomando una respiración profunda, tomé una mirada más del Salón y me marche. Una vez en el patio, levanté la vista hacia el elegante edificio y vi a Jin apoyado perezosamente en el alféizar de la ventana. Pareció notarme porque se levantó y apretó la mano contra el cristal. Le sonreí vagamente e incliné la cabeza antes de subir a la parte trasera del coche. El conductor subió al frente y encendió el coche, luego comenzó a conducir fuera del patio. Miré hacia atrás y Jin había salido corriendo del palacio y estaba parado impotentemente en el pavimento. Sentí lágrimas en los ojos que luego cayeron por mis mejillas mientras lo observaba, luego me giré hacia el frente.

-¿Estás bien, señorita?- Me di cuenta de que el conductor me miraba a través del espejo retrovisor.

-Sí...mis ojos están resecos por las alergias...eso es todo...

Espero que les guste la historia ¡Hasta la próxima!

El Príncipe de mi Corazón (Jin y ___) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora