-doce.

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  El pequeño cuerpo del demonio celeste se encontraba temblando como una gelatina, mientras sus manitos intentaban colocar el brazo de su hermano alrededor de su cuerpo en un intento de sentirse más protegido. Lo cual era bastante difícil si se tenía en cuenta que su hermano estaba más que dormido.

  La película le había aburrido tanto que poco tiempo después de haberla comenzado, el sueño y el cansancio empezaron a invadirle con rapidez hasta hacerlo ceder ante ellos, además de que la cómoda cama no le facilitaba el mantenerse despierto.

  Habían llevado la televisión de la sala hasta el ático y habían juntado las camas para poder acostarse uno al lado del otro con el torso apoyado en la cabecera de los muebles. El orden, por petición de Mabel, habían sido Dipper, Bill —con Will en sus piernas— y ella.

—¿Por qué sigue el ruido? —preguntó Will, con su ojo bien abierto y la vista fija en la pantalla— Es ilógico, pero me gusta.

  Dipper soltó una suave risa, intentando ignorar que Bill, el demonio que supuestamente quería matarlo, estaba con su cabeza apoyada en su hombro, profundamente dormido. Se sentía bastante incómodo por eso, pero no tenía intenciones de apartarlo y, probablemente, despertarlo; preferiría no molestarlo.

—¿Por qué no usa el hacha para defenderse? —cuestionó el pequeño demonio, empezando a perder el miedo hacia aquella absurda película de miedo— ¡Es tonto que sólo lo use para abrir esa puerta! ¿Se deshizo del hacha? —su pequeña mano fue a parar a su rostro, frustrado.

  No entendía cómo los humanos podían ser tan tontos, ¿y así habían logrado arruinar los planes con miles de años de planificación de su hermano? Era totalmente absurdo, estaba empezando a creer que se dejó vencer.

  Se removió apenado sobre el regazo del rubio en cuanto oyó las risillas de los gemelos Pines, para luego girarse hacia Mabel con la duda reflejada en su único ojo.

—¿De qué ríes?

—Will, nada de lo que pasa en esa película es real. Todo está actuado, pero eso ya lo sabías, ¿no?

  El pequeño demonio asintió. —Pero es tonto el desperdicio de un arma blanca teniendo en cuenta que le persigue un asesino con una motosierra.

—¿Qué te puedo decir? —rió Dipper, haciendo que el demonio se girase hacia él— Tonto es la palabra que describe a la perfección las películas que transmiten en Gravity Falls.

—¿Y si mejor vemos una que hasta a mí me da miedo? —propuso Mabel, con la expresión un tanto aburrida, aquella película era una basura— ¿Propones alguna, Dipper?

—¿Mamá? —ni siquiera recordaba de qué trataba aquella vieja película, sólo sabía que cuando la habían visto, su amigo no durmió en toda la noche por el miedo.

—¿La dama de negro? —Mabel llevó su mano a su mentón, pensativa. La Dama de Negro la había visto sólo una vez, por lo que no recordaba muy bien su trama, pero ni siquiera había oído hablar de la que propuso su gemelo— ¿Qué dices, Will?

  El pequeño demonio dio un ligero respingo al oír su nombre repentinamente en la plática ajena, se había quedado un tanto distraído por andar husmeando en los sueños que su gemelo estaba teniendo. No sabía hasta qué punto Bill podía soñar las cosas más tiernas.

—S-supongo que la dama de negro —murmuró apenado, pero luego quiso darse un tortazo, ¿por qué no había escogido la otra? Su nombre daba menos miedo.

—¡Yei!

* * *

  Un par de horas después, la película había acabado y el pequeño demonio no podía dejar de temblar, el pensar en la simple escena donde el protagonista observaba por la ventana y una criatura se le acercaba desde atrás, le daba escalofrío. Y peor aún cuando Bill lo asustó con un ¡Boo! en ese momento, ni siquiera había notado que despertó.

Love is for humans [BillDip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora