Love is for humans [BillDip]

-dieciocho.

  De una manera u otra, Tom supo que Bill necesitaría un cálido abrazo y un hombro en el que llorar y que con esa estúpida forma triangular no podría dárselo, o al menos eso era lo que pensaba Will mientras sentía que el aire se le iba de los pulmones por los fuertes y delgados brazos de Bill rodeándole. Ahora él también tenía una bonita y, como dijo Mabel, sexy forma humana; con cabellos azules y la piel menos pálida que la de su hermano. Una de las pocas cosas que compartían era la altura y el oscuro color de ojos.

  Paseó sus dedos por la suave y húmeda cabellera de Bill, enredando sus dedos en algunas hebras y sonriendo levemente; jamás habían tenido ambos, al mismo tiempo, un cuerpo humano, y se sentía cada vez más como un mortal que como un demonio con poderes casi ilimitados. Y ahora ambos podían ser como mortales, una de las cosas más locas que alguna vez habían deseado.

  Y como todo mortal se sufría por muchas cosas, y entre ellas estaba el amor. Bill estaba justo con ese problema por haber presenciado algo que no debería, o por haberse enamorado de alguien que lo odiaba, más bien. Pero, aunque sonase contradictorio, Will aún tenía mucha fe en que su hermano podría ser feliz junto con el mortal que amaba. La esperanza es lo último que se pierde, decía el dicho por allí, y el ahora peliazul lo creía firmemente.

—Lo odio —murmuró Bill, con el rostro oculto en el cuello de su hermano. Éste sólo soltó una suave risa y le acarició la espalda con dulzura—. No te rías, esto es serio —se separaron y el rubio se cruzó de brazos—, quiero mi raromageddon.

  Will volvió a reír y negó, tomando la mano de su hermano y acariciándole el dorso de ésta, intentando darle un poco de paz.

—¿Para qué? ¿Para que vuelvan a vencerte y convertirte en estatua, o para que luego te arrepientas porque Dipper en serio te odiaría?

  Bill entreabrió los labios para contestarle con, probablemente, algo muy grosero que hasta podría hacer a el otro llorar, pero luego calló. Selló los labios e hizo una mueca, sorprendiendo un poco a Will.

  El Bill de siempre le había dicho algo que lo habría lastimado más que un puñetazo en el ojo.

—Me haría a mí mismo un favor —se encogió de hombros, con una muy leve y torcida sonrisa—. Él me odiaría así como yo lo odio a él, todos ganamos.

  Will rodeó los hombros del rubio con un brazo y le besó la mejilla; —No lo odias, ni él a ti. No intentes engañarte a ti mismo. ¿Por qué no confías más en ti y le dices lo que sientes?

  Bill giró los ojos con cierto cansancio y molestia, preguntándose cómo su hermano había sobrevivido millones de años siendo tan ingenuo, ¿que acaso no sabía que las cosas cambiarían para mal si Dipper llegase a saber que le encantaba? Si es que ya no se había dado cuenta antes, claro. Con las tonterías que le decían Mabel y Will, supo de inmediato que hasta una niñita enamorada hubiese disimulado mejor que él; y eso le enfermaba. ¡Era un excelente mentiroso! ¿Por qué eso cambiaba cuando estaba junto a Dipper?

  Negó con la cabeza rápidamente y apartó a su hermano de un pequeño empujón, sin intenciones de lastimarle realmente, sólo quería que se alejara si se pondría a decir tonterías. Cruzó los brazos sobre su pecho y volvió a negar con la cabeza, con un ligero y casi imperceptible puchero en los labios.

—Me odiaría —se encogió de hombros como si eso no le afectase, pero por dentro quería llorar; no podía imaginarse a Dipper humillándolo u odiándolo por haberse enamorado de él, pero sabía que era algo que sí podría pasar—, sabes que no corresponde a mis sentimientos, y está bien. No sabría cómo actuar si llegásemos a tener algún tipo de relación más allá de la extraña amistad que teníamos.