-cinco.

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El pequeño demonio celeste no se movió de su sitio hasta después de algunos minutos, sus delgadas y cortas piernas se habían quedado tiesas por alguna razón que ni él mismo podía explicar. ¿Era por haber visto de aquella manera a su hermano, aquel que siempre se había mantenido fuerte frente a él?

Lo único en lo que podía pensar era en la tristeza que le provocaba ver a su hermano menor de esa manera, sin siquiera ánimos de perseguir aquello que amaba sólo por las malas experiencias del pasado.

—Miles de años después... te enamoras de nuevo —murmuró para sí mismo, sin notar que su lengua dejaba al descubierto esos pensamientos que tanto le estaban carcomiendo la mente—... y ni siquiera quieres intentar ganarte su corazón...

Bajó la vista a sus piecitos, y se volteó para empezar a caminar de regreso a la cabaña. Había recuperado ya el sentido de la orientación pero, ¿para qué? Bill ya se había ido a quién sabe dónde, a un lugar donde pudiera estar solo, supuso; y no quería ser él quien le dijera a Dipper sobre los sentimientos de su gemelo.

—¿Will? —alzó la vista asustado e intentó dar un paso hacia atrás por reflejo, tropezando con la raíz de un árbol y cayendo de espaldas al piso— Tranquilo, soy yo —oyó una suave risilla que logró tranquilizarlo.

—M-Mabel —se puso de pie con su ayuda, y le miró un tanto sorprendido—. ¿Qué haces aquí? C-creí que estarías en la cabaña.

—Bueno, resulta que oscureció y el par de triangulitos no volvían así que salí a buscarlos, aunque —miró hacia lo lados, y al no ver nada volvió la vista al demonio celeste—... parece que estás solo.

—B-Bill se molestó co-conmigo y se fue —unas pequeñas lágrimas empezaron a nublarle la visión, haciendo que la castaña se preocupara y se pusiera a su altura para acariciarle el rostro e intentar calmarlo.

Pasó su pulgar por debajo del ojo del demonio a medida que las lágrimas salían con rapidez de éste, y le sonrió maternalmente al oír los pequeños sollozos que eran ahogados en un vago intento por dejar de llorar.

—Will, calma —su voz, por un momento, sonó tan suave y cariñosa que logró sacarle un gran sonrojo al ser isósceles—. ¿Quieres ir a buscarlo? No creo que esté tan lejos, quiero decir, mira estas piernitas —pellizcó con diversión la pierna izquierda del demonio haciéndole reír.

—Vale —susurró aún riendo levemente y, como si estuvieran conectado y con sus movimientos sincronizados, pasó sus brazos por los hombros de la castaña mientras ésta lo tomaba en brazos—. S-se fue por allá.

 Mabel, siguiendo la dirección donde el pequeño en brazos apuntaba, empezó a caminar hacia lo profundo del bosque, donde la oscuridad era cada vez más grande. Will siquiera demostró señales de temerle a la oscuridad en esa ocasión, y la castaña estaba muy feliz por eso; pensaba que, quizás, no temía por estar junto a ella.

Muy equivocada no estaba.

Durante todo el camino, Will le contó historias y anécdotas que había vivido junto a su hermano en otras dimensiones en sus primeros milenios siendo demonios, cuando aún eran lo que podía llamarse inexpertos. La mayoría de historias trataban sobre Bill molestando con su altanero y arrogante tono a alguna criatura desconocida, lo que provocaba que ésta los atacara o persiguiera para devorarlos.

Estuvieron riendo por algunos minutos, y la linterna que Mabel sostenía con una mano había comenzado a titilar indicando que en cualquier momento se agotaría la batería y quedarían a oscuras, lo que era completamente malo teniendo en cuenta que el demonio celeste estaría terriblemente asustado.

—Debemos regresar —murmuró la castaña, girando sobre sus talones para seguir el sendero de vuelta a la cabaña.

—M-Mabel —Will, aún en brazos de la mencionada, empezó a jugar con sus dedos con nerviosismo— ¿Q-qué haces cuando te enamoras de alguien y crees que no es correspondido? —habló rápidamente con la voz temblorosa.

De un segundo a otro las mejillas de la joven se tiñeron de un fuerte color escarlata por la pregunta, por su mente pasaron muchas alocadas ideas por tan repentino cambio de tema. ¿Estaría Will enamorado de ella? ¿O de alguien más?

—O-oh b-bueno... ¿cómo actúa esa persona... contigo? —hacía lo imposible por no bajar la vista y verle al ojo.

Will se lo pensó un momento, debatiendo internamente si decirle que no era él quien estaba enamorado, sino su gemelo pero, ¿y si Bill se enteraba? No quería que se molestara aún más, y sabía que si actuaba como si el consejo fuera para sí mismo, Bill no se molestaría... tanto.

—Ho-hostil... c-con indiferencia... c-creo que ha-hasta me od-dia —desvió la mirada, jugando con sus pulgares.

—Ow, pequeño —Mabel bajó la vista preocupada, y le vio con cierta pena—. ¿De qué imbécil fuiste a enamorarte?

Will rió levemente achinando su ojo. —De tu hermano —soltó una suave risilla, hasta que cayó en cuenta de la verdad que había soltado, su plan estaba arruinado— ¡N-no, mentira, n-no me hagas c-caso!

Mabel se detuvo en seco y bajó la vista de nuevo, asombrada y con los ojos abiertos como platos; con Will temblando como una hoja en sus brazos.

—¿¡Estás enamorado de Dipper!? —exclamó aterrada, su hermano era la persona más heterosexual que conoció en toda su vida y, aunque no fuera homófobo, no quería que rompiera el pequeño corazón del demonio celeste— ¡Will! ¿¡Cómo pasó eso!?

—¡N-no estoy enamorado de Dipper! —cubrió su rosto con sus manitos.

—Pero lo dijiste...

—¡N-no, e-ese es Bill!

La castaña abrió los ojos como platos y sus labios se entreabrieron de la sorpresa, no podía siquiera imaginarse un mundo en el que Bill y su hermano estuvieran juntos.

—Will, voy a matarte —rápidamente volteó su rostro hacia atrás, encontrándose con un jóven alto, delgado y de cabellos rubios.

—M-mierda.

—o—

Por alguna razón no puedo poner sangrías en esta computadora y estoy sufriendo ahre

Love is for humans [BillDip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora