A Million Men. |j.b|

«1»

Capítulo 1; "atrapada por siempre".

«¿Siempre tendré que estar aquí?»
se preguntaba ella, caminando de un lado a otro, ella no quería estar ahí, completamente sola, quería tener una vida normal, con amigos, un novio que la ame, estudiar y cumplir sus sueños.

—Aquí está tú cena— anunció una señora de cabellos rubios, le entregó la bandeja con comida a la chica que se encontraba en aquel sótano.

Ella asintió tomandola, callada como siempre, con miedo expresado en sus ojos.

—Gracias...— dijo en voz muy bajita y la señora de cabellos rubios sólo asintió y salió del sótano, dejándola completamente sola de nuevo.

La chica miró la bandeja, en ella había un vaso de agua y un par de sándwiches de jamón, tomó uno con su delgada mano y le dio una mordida, mientras tomaba un sorbo de agua. «¿Por qué mi madre me había vendido? Me jodio la vida» pensaba ella una y otra vez, ni siquiera la recordaba pero sabía perfectamente que las personas que la tenían no eran sus padres y para ellos, ella sólo era un objeto que era usado una y otra vez.

—¡Apurate a terminar de comer!— ordenó una voz masculina y ella obedeció terminando de comer un sándwich y bebiendo toda el agua.

—Se buena— ordenó sonriendo con malicia Jonathan, un hombre alto y de tez morena, se notaba que trabajaba en su cuerpo porque estaba bien marcado.

Ella sólo lo miró con miedo y asintió levemente, levantándose del colchón que se encontraba en el suelo, donde ella dormía cada noche. Arregló un poco su cabellera castaña e intentó hacer lo mismo con su ropa, el hombre que se encontraba a su lado la tomó por el brazo y la guió hasta la salida de aquel sótano.

—Hoy tendrás un cliente que parece ser de tú edad— anunció sonriendo. —Y pagará bien por ti, así que no lo eches a perder, niña estúpida.

—N-no...— balbuceo con miedo la chica. 

—Así me gusta— sonrió con superioridad.

Jonathan hizo que la chica entrará en la habitación donde tendría su encuentro con un chico perteneciente a una banda de narcotráfico, era normal que buscarán a chicas lindas y con buen cuerpo para pasar un rato con ellas. Mientras ella estaba en aquella habitación aprovecho buscando algo que tal vez le serviría para poder escapar de aquel lugar, cuando menos se lo esperarán ella estaría fuera.

—Siento la tardanza, muñeca— anunció el chico que antes había mencionado Jonathan, ella lo miró con admiración, sus pupilas se habían dilatado con tanta belleza frente a ella su boca se entre abrió y él un poco confuso frunció el ceño. —¿Pasa algo?— preguntó mirándola con cierta extrañeza.

Ella negó lentamente dejando de verlo, bajo su mirada claramente avergonzada y sonrojada. El chico se sentó junto a ella en la cama y la miró con atención y con curiosidad.

—¿Por qué no hablas?— le preguntó un poco confundido, parecía muy tímida, ella se encogió de hombros aún sin decir nada. —Vamos, no muerdo— rió con un poco de humor intentando que la chica hablará, él se quitó los vans que usaba aquella noche.

—¿N-no vas a hacerme n-nada?— preguntó la chica con miedo y los ojos color miel del chico se posaron sobre ella, él podía ver el miedo de la chica, podía sentirlo y sintió pena por ella.

—Sí no quieres hacerlo pediré mi dinero de vuelta— contestó él mirándola, el miedo en ella pareció aumentar.

—¡No! Porfa-favor no lo haga— protestó rápidamente, ella sabía lo que pasaría si un cliente se quejaba de ella, la castigarian.