A Million Men. |j.b|

«13»

Capítulo 13; ¿un nuevo comienzo?

Pasaron las semanas, Derek desapareció por dos o tres días, Justin no sabía por qué, pero sabía que estaba bien y que regresaría, Sarah aveces estaba con él pero ella aquí ya no era tan importante.

Cada momento que pasaba, cada segundo la recordaba, recordó como la había abrazado aquella noche, recordó como se había sentido y quería repetirlo mil veces más. No estaba bien pensar en ella mientras Sarah estaba presente.

Lo evitaría a toda costa.

Derek llegó con unos golpes, se dio una ducha y después fue a buscar a Justin a su habitación, literalmente corrió a Sarah del apartamento solo porque quería hablar en privado con Justin.

—Justin— lo llamó. —La policía me está buscando— dijo pero aún así no sonaba asustado.

—Pero eso no es nuevo— dijo Justin despreocupado.

—Alguien más me busca, me quieren matar, pero no te preocupes iré unas semanas a un lugar, solo vine a avisarte y alistar unas cosas— le avisó, le dió un abrazo y se fue.

—Éste tío sí que está loco— rió y se sentó en el sofá.

{...}

Despertó en otro lugar completamente diferente, se sintió feliz pero a la vez no se sentía libre, sabía que no lo era.

—Buenos días, guapa— sonrió él chico.

—Buenos... días— murmuró nerviosa.

Era él, él que le prometió sacarla, era él y lo había cumplido, su sonrisa apareció y tuvo unas inmensas ganas de abrazarlo. No podía creerlo aún, estaba fuera de ese lugar, en una verdadera cama con sabanas y cobijas, almohadas, en un lugar que no era oscuro y que incluso tenía un espejo.

—Gracias— murmuró sonriendo.

—Que hermosa sonrisa tienes— dijo sonriente, acercándose a ella.

—¿Puedo... saber tú... n-nombre?

—Soy Edward— sonrió mostrando su perfecta dentadura. —Te vas a quedar aquí y no saldrás pero no estarás en un infierno como el qué pasabas haya— su semblante serio la asustó. —No tendrás que dormir con un millón de hombres, sólo serás mía.

Se levantó y salió de la habitación dejándola sola, se levantó de la cama y se miró frente al espejo. Frustrada inspeccionó la habitación, había un baño dentro de ella, se dio una ducha caliente y por primera vez en su vida no se sintió tan miserable.

Edward entró de nuevo a la habitación, ella ya se había dado la ducha y la tomó por la cintura.

—Gracias— dijo ella y besó su mejilla. De verdad ella se sentía demasiado agradecida con él, su sentimiento fue tan fuerte que comenzó a llorar.

Edward era un mal hombre pero odiaba ver a las mujeres llorar, después de todo ella le pertenecía e incluso podría llegar a quererla pero eso lo evitaría.

—Vamos a que prepares algo para comer y ambos comamos— ella asintió y salió de la habitación junto a él.

No sabía hacer nada de comer pero era simple y una señora que ayudaba en la casa le dijo como, le enseñó a hacer todo lo necesario, eso le tomó bastante tiempo en aprenderlo pero finalmente aprendió. Pero un día al salir de su habitación no encontró a la señora que trabajaba para Edward.