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Capítulo 7; estoy perdiéndome.

Justin entró en la habitación, dónde había una gran cama con sábanas rojas, se sentó sobre ellas y miró hacía el techo, lo apreció por minutos hasta que alguien abrió la puerta y entró.

—Hola— sonrió con timidez. —Creí que no te volvería a ver jamás— confesó en voz alta la chica castaña.

Por primera vez ella no hablaba con miedo, creía que ya lo conocía de tiempo atrás y eso a Justin pareció gustarle, querían tomar las cosas con calma y eso harían.

—Quise venir a verte— sonrió él.

—No hay mucho que contarte, Justin, tengo un nuevo amigo— dijo sentándose a su lado, aún teniendo un poco de distancia.

—¿Nuevo amigo?— preguntó él confuso, celos se mezclaron en su voz pero ella no lo notó.

—Sí, la verdad es que no sé su nombre, todas las noches me visita— murmuró.

—¿Todas las noches?— preguntó un poco alarmado.

—Sí, es un gato hermoso, no me siento tan sola ahora que viene.

Entonces Justin soltó un suspiro de tranquilidad, se estaba poniendo ¿celoso? Ni él mismo lo podía creer. Sonrió y la miró.

—¿Por dónde entra?— preguntó.

—En el sótano hay una pequeña ventana, apenas y la puedes ver, ésta detrás de un gran mueble— Justin asintió. —Fue ágil para entrar, supongo que ya le es más fácil.

—Bien— contestó. —Te prometo que en cuanto pueda te sacaré de aquí, pase lo que pase lo haré— tomó sus manos entre las suyas y besó sus nudillos.

—¿Por qué haces esto, Justin?— preguntó tímida. —No soy nadie para ti, hace menos de un mes me conoces.

—No mereces esto, eres demasiado buena para estar en este lugar— respondió simple, no estaba seguro de lo que sentía pero tenía una gran necesidad de sacarla de ese lugar, porque era horrible para ella y por lo tanto también lo era para él.

—Gracias, Justin Bieber— sonrió a medias para él. —Si no puedes hacerlo, simplemente no quiero que te sientas mal o te preocupes por mí, algún día estaré en un lugar mejor— Justin confundido sólo asintió sin entender el por qué de un lugar mejor.

—Cuando Justin Bieber se propone algo, lo logra— sonrió con orgullo.

—Pero esto es muy difícil, Justin.

—Difícil, pero no imposible.

—No quiero que te pase nada— aclaró la chica castaña mirándolo de una manera diferente que Justin notó.

—No me pasará nada, te lo aseguro.

Ella no estaba convencida del todo pero sonrió agradecida y un impulso hizo que lo quisiera abrazar, no dejó que eso sucediera porque su timidez se lo impidió. Sin embargo también unas ganas de llorar se apoderaron de ella.

—¿Por qué lloras?

—Porque nunca antes alguien había tenido el interés que tú tienes en mí, jamás nadie y no sé sí esto sea bueno o malo, Justin, tengo demasiado miedo de todo— él se quedó callado, no supo que responderle y se acercó a ella rodeando sus hombros con su brazo lleno de tatuajes.

—Tienes miedo y es normal, creo que alguna vez todos sentimos miedo— dijo recordando la primera vez que asesinó a alguien. —No soy bueno para esto, soy la persona más mala para dar consejos, pero realmente quiero que sepas una cosa— tomó el suficiente aire y valor para sonreirle y mirarla a sus orbes café. —No seré lo suficientemente bueno, pero te aprecio y quiero cuidar de ti, porque en tan poco tiempo has sido importante para mí.

A Million Men. |j.b| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora