A Million Men. |j.b|

«29»

Capítulo 29; oscuridad.

Después de aquello Sarah busco a Justin, pero no lo encontró por ningún lado, tampoco respondió a sus llamadas hasta el día que se apareció frente a ella. Con la expresión molesta y soltando un bufido al verla.

—Justin, cariño— murmuró haciendo un mohín. —¿Es verdad todo lo que dijiste aquella noche?— preguntó con inocencia.

La cual había abandonado su vida desde los 13 años, su mirada triste se colocó sobre los ojos de Justin y sintió una punzada, odiaba ver llorar a la gente.

—Sarah— frunció los labios. —Creo que simplemente no podemos seguir con esto.

—¿Por qué?— preguntó alzando una ceja. —¿Aún me amas?

—Deje de hacerlo hace bastante tiempo.

—Jamás te di motivo— se defendió. Pero era tan tonto hacer aquello, sabía que lo merecía. —Bebé...

—Lo lamento— sus labios se curvaron.

Justin estuvo a punto de darse la vuelta cuando Sarah lo tomó del brazo y la hizo mirarlo.

—Si esto termina aquí... tendré que pedirte una última cosa— Justin confundido asintió. —Esté será nuestro último día juntos.

—Si así me dejarás en paz, está bien— aceptó aquello sin saber en lo que se estaba metiendo.

La tarde transcurrió normal, la "cita" sería esa misma tarde, el cielo estaba despejado pero aún así hacía frío, su mirada cansada divagaba en busca de Sarah quien pronto llegó. Tomaron un Starbucks mientras conversaban, Sarah mantuvo su mano sobre la de él así que de un momento a otro sus labios estaban unidos.

Él perdió aquella batalla, se sintió completamente idiota, Sarah se sentó junto a él provocándolo.

—Sarah creí que sólo estaríamos como amigos.

—Dije que este era nuestro último día juntos, Jus— murmuró sensualmente sobre sus labios.

Entraron al local riendo y jugueteando es que pasar tiempo con Alex y su hermano se había convertido en algo especial para ella, Alex se quedó inmóvil mirando a una mesa y aquello fue como si alguien sacudiera todo dentro de ella, sentía como sus órganos se retorcían del coraje, y sus ojos picaban por las lágrimas que se produjeron al instante.

—Justin...— su voz cortada.

Había metido la pata.

—No es Justin— murmuró Alex.

—Sí lo es— respondió Troye al ver cómo se separaban.

Fue como un impulso, ni siquiera lo pensó dos veces, salió corriendo de aquel lugar, con las lágrimas goteando y el cabello despeinado por el viento que soplaba sin parar. Dejándose caer de rodillas cuando estuvo lo suficientemente lejos de ahí.

Se había introducido al bosque, no conocía aquella parte, por lo que comenzó a caminar, había un gran lugar con finta de abandonado pero no se inmutó a entrar ahí por miedo, sino que decidió alejarse un poco.

Ya había pasado bastante rato por lo que la noche era fría, la nieve había comenzado a caer, pero entonces sintió haberse alejado mucho de casa y luego comenzó a escuchar voces, no le tomó importancia. Tropezó con algo, las voces comenzaban a escucharse más cerca, intentó correr, intentó luchar.

{...}

Despertó con una sensación extraña, algo lo inquietaba había sido algo duro la noche anterior, fue a la habitación de su hermana y no la encontró, probablemente ya se habría despertado y estaba en algún lugar de la casa pero no fue así.