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Dos semanas y un día antes del vídeo.

– Tranquilo, ya va a llegar –le dijo Namjoon mientras palmeaba su espalda.

– Se está demorando...

Jimin llevaba esperando más de veinte minutos y tenía miedo de que Jeongguk lo hubiese dejado plantado. Quizá era muy bueno para ser verdad.

– Que son vein...

Namjoon fue interrumpido por el timbre de la casa. Apenas Jimin escuchó el sonido agudo bajó corriendo las escaleras mientras arreglaba su disfraz del pirata Jack Sparrow. Estaba nervioso porque quería verse lindo para Jeongguk, esa noche debía ser perfecta.

Cuando abrió la puerta lo vio apoyado en el umbral sonriendo de forma reconfortante. Llevaba un traje idéntico al del Sombrerero Loco en Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton, uno de los mejores personajes, según Jimin, que haya interpretado su ídolo Jhonny Depp. La coincidencia de que Jeongguk estuviese vestido de esa forma le revolvía el estomago de mariposas. Su disfraz también había sido inspirado por uno de los personajes de ese actor.

– Lo siento, Jimin –se disculpo el castaño– se me ha echo tarde.

– No te preocupes, Jeongguk.

El corazón de Jimin no podía más de felicidad, por fin iba a tener una pequeña cita -o así creía- con el chico que le gustaba desde hace tantos años. Para él Jeongguk era inalcanzable, una obra de arte digna de admirar pero no de tocar. Llevaba tanto tiempo esperando una oportunidad como esa que se sentía mareado gracias al manojo de sentimientos dentro de su cuerpo.

– ¿Nos vamos? –pregunta Jeongguk.

– Claro, mi auto esta...

– No –lo interrumpe el– vine en mi camioneta.

– Oh, claro, mejor así.

Corrió a despedirse de Namjoon quien se iría después a la fiesta y salió siguiendo a Jeongguk hasta el auto. 

No podía mentirse a si mismo, estaba muy nervioso al estar tan cerca de Jeongguk. Apenas habían tenido dos conversaciones durante toda su vida así que el miedo de no tener de que hablar lo asechaba como una mosca. Jimin no quería parecer un aburrido, lo que deseaba era llevarse de maravilla con Jeongguk para así tener la posibilidad de que algo más entre ellos pasara.

– Abróchate el cinturón–le dijo cuando se sentó en el lado del copiloto.

Aquella frase acelero el corazón de Jimin porque Jeongguk se preocupaba de su seguridad, ¿acaso había algo más romántico que eso?

De camino a la fiesta hablaron solamente temas triviales, la conversación iba desde las últimas series que habían visto en Netflix hasta preguntas como el color favorito de cada uno. Jimin se sorprendió de lo ameno que era Jeongguk, a pesar de ser un chico que nunca estaba rodeado de gente y se viese bastante serio. 

– Aquí es –dijo Jimin señalando hacia la casa de dos pisos con luces de colores más gente entrando y saliendo de ella.

Jeongguk se aparco de forma experta y Jimin abrió su puerta para salir pero fue detenido por el tacto del primero en su mano derecha. Rápidamente volteó a verlo encontrándose con su característica sonrisa de conejo.

Sr. Payaso ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora